"El festín de Alejandro", una delicia de Georg Friedrich Haendel
La primera media hora del Acompasa2 de hoy está dedicada a una rareza de Richard Wagner, una "Fantasía en fa sostenido menor" para piano, escrita cuando contaba 18 años y buscaba aún su propio camino, mientras que la última parte del programa, tras el Liceo de Cámara, continuando con el Año Haendel, está dedicada a El festín de Alejandro o el poder de la música. Se trata de una obra a caballo entre la ópera y el oratorio, que presenta afinidades con ambos géneros pero que de alguna manera parece situarse en terreno de nadie. En enero de 1736, Haendel realizó esta adaptación de una oda escrita por el poeta John Dryden para el día de Santa Cecilia de 1697 y musicalizada en su momento por el compositor Jeremiah Clarke, si bien la partitura de su obra se ha perdido. Puede decirse que esta era la primera vez que el músico, que había llegado a Londres veintiséis años antes, medía fuerzas con un grande de las letras inglesas. Ello le llevaría a adaptar, en años posteriores, otras obras de Dryden, como su Canto para el día de Santa Cecilia de 1739, a partir de un poema más breve sobre el mismo tema, o a Milton en L’allegro, Il Pensieroso ed il moderato.
Haendel contó para esta tarea con la ayuda de Newburgh Hamilton, que fue quien le propuso musicalizar la oda de Dryden. Eso sí, Hamilton llevó a cabo un acto por el que ha sido muy criticado. Añadió nueve versos finales al poema, de su propio y puño y letra, pertenecientes a otra oda a Santa Cecilia que había escrito para el día de esa festividad de 1720.
En El festín de Alejandro se da una fusión imposible entre historia antigua y cristianismo, muy habitual en la época, pues nos presenta a Alejandro Magno invocando a la patrona de la música.
La oda de Dryden describe el festín que Alejandro ofreció en el año 330 A.C. en la conquista Persépolis, ciudad que acababa de conquistar. El texto describe a Alejandro junto a su amante Thais, y presenta al músico Timoteo, que canta y toca su lira, despertando en el ánimo del Magno las más variopintas emociones e incitándole a quemar la ciudad en venganza por la muerte de sus soldados durante la conquista.
Pero finalmente, se evoca a Santa Cecilia, cuyo arte calma los ardores del guerrero, concluyendo la obra en una suerte apoteosis cristiano-pagana, en la cual se ensalza el poder de la música, subtítulo de la obra.
El éxito de "El festín de Alejandro "en el momento de su estreno fue enorme y actualmente su importancia radica en que constituyó la obra de transición de Haendel entre sus óperas compuestas en italiano y sus obras corales inglesas.
La versión que escucharemos fue dirigida por John Eliot Gardiner en 1988, y está interpretada por los solistas Donna Brown, Carolyn Watkinson, Ashley Stafford, Nigel Robson, Stephen Varcoe, el Coro Monteverdiy los English Baroque Soloists.