Nikolai Roslavets, un músico prohibido
Hoy en Acompasa2 escucharemos la música de un compositor que sufrió muy amargamente las tres últimas décadas de su vida. Se trata de Nikolai Roslavets. Nacido en 1881, fue un compositor de gran importancia a principios del siglo XX que se movía entre el nacionalismo y el modernismo. Entre sus profesores en el Conservatorio de Moscú se encontraba Ippolitov-Ivanov. En la década de los 10 se interesaría profundamente por el futurismo dentro de la música y realizaría una labor ejemplar como musicólogo. Además se encargó de editar por vez primera en Rusia el Pierrot Lunare de SChoenberg. Pocos años después de estallar la Revolución rusa le lloverían las críticas siendo acusado de contrarrevolucionario, artista burgués, formalista y enemigo del proletariado. Pocos años después, sería tildado de troskista y saboteador. Roslavets trató de congraciarse con el régimen soviético escribiendo obras como una cantata que celebraba el décimo aniversario de la revolución. Despedido de algunos de sus cargos, en 1930 reconoció públicamente sus errores políticos a fin de salvar su vida y pasó a residir en Uzbekistán. En 1933 regresó a Moscú, pero víctima de las purgas no pudo nunca acceder a ningun cargo y vivía de dar clases de música ocasionalmente. La presión a la que fue sometido con constante acoso y denuncia pública le provocaría un infarto en 1939. Roslavets quedó parcialmente inválido a consecuencia de esto, declarado persona non grata en su propio país y sin posibilidad de escapar de él, sufriría un segundo infarto en 1944, muriendo a consecuencia de éste. Ni aún muerto le dejaron descansar los stalinistas. Un grupo de autoerigidos proletarios musicales entró en su casa después de su fallecimiento y la arrasó destruyendo todos los manuscritos que encontraron en ella. Por suerte, la viuda de Roslavets pudo esconder algunos de ellos. Durante 35 años el nombre de Roslavets desapareció de los diccionarios musicales y si se le mencionaba, era para denostarlo. En 1978 un diccionario musical soviético lo nombraba afirmando que sus obras no valían más que el papel en que estaban escritas. Por fortuna, en Europa Occidental su obra fue reedescubierta y algunos musicólogos rusos exiliados reconstruyeron algunas de sus obras a partir de los manuscritos salvados por su mujer. Uno de los compositores que más le defendió en su país sería Edison Denisov. Con la llegada de la Perestroika la obra de este compositor comenzó tímidamente a ser estudiada e interpretada en su país natal. El catálogo de Roslavets contiene poemas sinfónicos, cuartetos de cuerda y otras obras camerísticas, además de piezas orquestales y música para piano. Lamentablemente muchas de estas partituras se han perdido para siempre destruidas por orden de los mandatarios soviéticos. Nosotros les ofreceremos el primero de sus dos conciertos para violín y orquesta, escrito en 1925, y que pudo salvarse de esta destrucción. Lo escucharemos interpretado por la violinista Tatiana Grindenko y la Orquesta Sinfónica de la Radio del Sarre, dirigida por Heinz Holliger.