15 posts de mayo 2009

El universo del malagueño Emilio Lehmberg

Acompasa2 comienza hoy con el "Concierto para violín" de Reynaldo Hahn, una página poco conocida de este autor venezolano, francés de adopción. Niño prodigio, fue admitido a los diez años en el selecto Conservatorio de París, convirtiéndose en el alumno predilecto de Jules Massenet, si bien también tuvo como profesores a Saint-Saëns y Gounod.

Hahn es recordado hoy día casi exclusivamente por su faceta de compositor de canciones, siendo "A Cloris" (de carácter bachiano) su pieza más universalmente divulgada. Su concierto, compuesto en 1927, es para muchos deudor del perfumado melodismo de su maestro Massenet, algo que es especialmente palpable en la sensualidad sonora del segundo movimiento, que en lugar de una indicación de tempo lleva por título “canto de amor” y el evocador subtítulo de “Souvenir de Túnez”. El primer movimiento, que lleva la indicación de “Decidido”, destaca por una opulencia formal que puede recordar vagamente a la música de otro niño prodigio de una generación posterior como es Erich Wolfgang Korngold.

Respecto al último movimiento, comienza con un clímax apacible, a fin de no truncar de raiz la atmósfera generada en el “canto de amor” central. Sin embargo, luego deriva en una suerte de eufórica danza de carácter popular, que permite al solista dar rienda suelta a su pirotecnia virtuosística.

La obra sería grabada por vez primera 70 años después de haber sido escrita, en la versión que presentamos, con Denis Clavier y la Filarmónica de Lorena, a las órdenes de Fernando Quattrocchi.

Concluiremos el programa, tras el recital del Liceo de Barcelona, con un músico poco conocido: el malagueño Emilio Lehmberg Ruiz (1905-1959). Aunque es más recordado por composiciones como "Cántame un pasodoble español" o algunas bandas sonoras del cine escritas durante los años 40 y 50, Lehmberg posee una interesante producción orquestal, que oscila entre un pulcro andalucismo de ecos impresionistas, y la más pura tradición sinfónica, heredada de grandes maestros como Johannes Brahms. La única sinfonía de Lehmberg-una partitura indudablemente bella, independientemente de los posicionamientos estéticos imperantes de la época en la que fue escrita- fue concluida el año de su temprana muerte y revela, en efecto, una arquitectura de una solidez insólita para un género muy poco cultivado, y no con demasiada fortuna, en nuestro país.

Escucharemos esta sinfonía y la "Suite andaluza" de 1942, en la interpretación de la Orquesta Filarmónica de Málaga, a las órdenes de José Luis Temes.

El universo del malagueño Emilio Lehmberg

Acompasa2 comienza hoy con el "Concierto para violín" de Reynaldo Hahn, una página poco conocida de este autor venezolano, francés de adopción. Niño prodigio, fue admitido a los diez años en el selecto Conservatorio de París, convirtiéndose en el alumno predilecto de Jules Massenet, si bien también tuvo como profesores a Saint-Saëns y Gounod.

Hahn es recordado hoy día casi exclusivamente por su faceta de compositor de canciones, siendo "A Cloris" (de carácter bachiano) su pieza más universalmente divulgada. Su concierto, compuesto en 1927, es para muchos deudor del perfumado melodismo de su maestro Massenet, algo que es especialmente palpable en la sensualidad sonora del segundo movimiento, que en lugar de una indicación de tempo lleva por título “canto de amor” y el evocador subtítulo de “Souvenir de Túnez”. El primer movimiento, que lleva la indicación de “Decidido”, destaca por una opulencia formal que puede recordar vagamente a la música de otro niño prodigio de una generación posterior como es Erich Wolfgang Korngold.

Respecto al último movimiento, comienza con un clímax apacible, a fin de no truncar de raiz la atmósfera generada en el “canto de amor” central. Sin embargo, luego deriva en una suerte de eufórica danza de carácter popular, que permite al solista dar rienda suelta a su pirotecnia virtuosística.

La obra sería grabada por vez primera 70 años después de haber sido escrita, en la versión que presentamos, con Denis Clavier y la Filarmónica de Lorena, a las órdenes de Fernando Quattrocchi.

Concluiremos el programa, tras el recital del Liceo de Barcelona, con un músico poco conocido: el malagueño Emilio Lehmberg Ruiz (1905-1959). Aunque es más recordado por composiciones como "Cántame un pasodoble español" o algunas bandas sonoras del cine escritas durante los años 40 y 50, Lehmberg posee una interesante producción orquestal, que oscila entre un pulcro andalucismo de ecos impresionistas, y la más pura tradición sinfónica, heredada de grandes maestros como Johannes Brahms. La única sinfonía de Lehmberg-una partitura indudablemente bella, independientemente de los posicionamientos estéticos imperantes de la época en la que fue escrita- fue concluida el año de su temprana muerte y revela, en efecto, una arquitectura de una solidez insólita para un género muy poco cultivado, y no con demasiada fortuna, en nuestro país.

Escucharemos esta sinfonía y la "Suite andaluza" de 1942, en la interpretación de la Orquesta Filarmónica de Málaga, a las órdenes de José Luis Temes.

El universo del malagueño Emilio Lehmberg

Acompasa2 comienza hoy con el "Concierto para violín" de Reynaldo Hahn, una página poco conocida de este autor venezolano, francés de adopción. Niño prodigio, fue admitido a los diez años en el selecto Conservatorio de París, convirtiéndose en el alumno predilecto de Jules Massenet, si bien también tuvo como profesores a Saint-Saëns y Gounod.

Hahn es recordado hoy día casi exclusivamente por su faceta de compositor de canciones, siendo "A Cloris" (de carácter bachiano) su pieza más universalmente divulgada. Su concierto, compuesto en 1927, es para muchos deudor del perfumado melodismo de su maestro Massenet, algo que es especialmente palpable en la sensualidad sonora del segundo movimiento, que en lugar de una indicación de tempo lleva por título “canto de amor” y el evocador subtítulo de “Souvenir de Túnez”. El primer movimiento, que lleva la indicación de “Decidido”, destaca por una opulencia formal que puede recordar vagamente a la música de otro niño prodigio de una generación posterior como es Erich Wolfgang Korngold.

Respecto al último movimiento, comienza con un clímax apacible, a fin de no truncar de raiz la atmósfera generada en el “canto de amor” central. Sin embargo, luego deriva en una suerte de eufórica danza de carácter popular, que permite al solista dar rienda suelta a su pirotecnia virtuosística.

La obra sería grabada por vez primera 70 años después de haber sido escrita, en la versión que presentamos, con Denis Clavier y la Filarmónica de Lorena, a las órdenes de Fernando Quattrocchi.

Concluiremos el programa, tras el recital del Liceo de Barcelona, con un músico poco conocido: el malagueño Emilio Lehmberg Ruiz (1905-1959). Aunque es más recordado por composiciones como "Cántame un pasodoble español" o algunas bandas sonoras del cine escritas durante los años 40 y 50, Lehmberg posee una interesante producción orquestal, que oscila entre un pulcro andalucismo de ecos impresionistas, y la más pura tradición sinfónica, heredada de grandes maestros como Johannes Brahms. La única sinfonía de Lehmberg-una partitura indudablemente bella, independientemente de los posicionamientos estéticos imperantes de la época en la que fue escrita- fue concluida el año de su temprana muerte y revela, en efecto, una arquitectura de una solidez insólita para un género muy poco cultivado, y no con demasiada fortuna, en nuestro país.

Escucharemos esta sinfonía y la "Suite andaluza" de 1942, en la interpretación de la Orquesta Filarmónica de Málaga, a las órdenes de José Luis Temes.

Lorenzo Ramos en Acompasa2

Hoy en Acompasa2 contaremos con la presencia de Lorenzo Ramos, uno de los jóvenes directores más activos del panorama musical español, tanto en el terreno como sinfónico, como coral. Ramos se formó como músico en Viena y ha sido, entre otras muchas cosas, director asistente de la JONDE, director artístico y musical de la Escolanía de El Escorial, director titular de la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid o director del Coro Nacional de España.

En la actualidad Ramos ostenta la titularidad musical de la temporada Lírica del Teatro Cervantes de Málaga.

En la segunda hora de Acompasa2, tras el concierto de la UER, tendremos ocasión de disfrutar de un registro histórico: el primer libro de Preludios de Claude Debussy (1910), que incluye páginas tan célebres como "La chica de los cabellos de lino" o "Lo que ha visto el viento del oeste", en la interpretación de Arturo Benedetti Michelangeli, realizada en 1978.

Acompasa2 concluirá con el Concierto para trompeta Nº 2 de André Jolivet.

Lorenzo Ramos en Acompasa2

Hoy en Acompasa2 contaremos con la presencia de Lorenzo Ramos, uno de los jóvenes directores más activos del panorama musical español, tanto en el terreno como sinfónico, como coral. Ramos se formó como músico en Viena y ha sido, entre otras muchas cosas, director asistente de la JONDE, director artístico y musical de la Escolanía de El Escorial, director titular de la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid o director del Coro Nacional de España.

En la actualidad Ramos ostenta la titularidad musical de la temporada Lírica del Teatro Cervantes de Málaga.

En la segunda hora de Acompasa2, tras el concierto de la UER, tendremos ocasión de disfrutar de un registro histórico: el primer libro de Preludios de Claude Debussy (1910), que incluye páginas tan célebres como "La chica de los cabellos de lino" o "Lo que ha visto el viento del oeste", en la interpretación de Arturo Benedetti Michelangeli, realizada en 1978.

Acompasa2 concluirá con el Concierto para trompeta Nº 2 de André Jolivet.

Lorenzo Ramos en Acompasa2

Hoy en Acompasa2 contaremos con la presencia de Lorenzo Ramos, uno de los jóvenes directores más activos del panorama musical español, tanto en el terreno como sinfónico, como coral. Ramos se formó como músico en Viena y ha sido, entre otras muchas cosas, director asistente de la JONDE, director artístico y musical de la Escolanía de El Escorial, director titular de la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid o director del Coro Nacional de España.

En la actualidad Ramos ostenta la titularidad musical de la temporada Lírica del Teatro Cervantes de Málaga.

En la segunda hora de Acompasa2, tras el concierto de la UER, tendremos ocasión de disfrutar de un registro histórico: el primer libro de Preludios de Claude Debussy (1910), que incluye páginas tan célebres como "La chica de los cabellos de lino" o "Lo que ha visto el viento del oeste", en la interpretación de Arturo Benedetti Michelangeli, realizada en 1978.

Acompasa2 concluirá con el Concierto para trompeta Nº 2 de André Jolivet.

El concierto de violín de William Walton

En la primera hora del Acompasa2 de hoy escucharemos la Sinfonía Nº 1 de Mendelssohn (en realidad la decimotercera de su catálogo, si contamos las sinfonías de cuerda de su adolescencia), una obra de impecable factura técnica, muy influenciada por "El cazador furtivo" de Weber.

Después de la gala lírica desde el Teatro Monumental, continuaremos con el Concierto para violín del británico William Walton (1902-1983).

William Walton era ya un compositor célebre cuando comenzó a escribir su concierto para violín. Su entretenimiento satírico Façade, su concierto para viola, el oratorio babilónico El festín de Baltasar y su sinfonía, estrenada en 1935, le habían convertido en el compositor británico más destacado de su generación. Si bien estas obras pecaban todavía de un poso excesivamente romántico, especialmente el concierto para viola, sería en el concierto para violín donde Walton mostrara su verdadero color, con un espíritu más libre de convencionalismos y un lenguaje de gran modernidad, eso sí, dentro de los cánones de un autor tonal de la época.

En 1938 recibió el encargo de escribir un concierto para violín para Jascha Heifetz, a fin de que fuese estrenado al año siguiente en Nueva York. Los dos primeros movimientos quedaron esbozados en Italia pero el último fue escrito en Nueva York, tras haber conocido personalmente a Heiffetz. Deslumbrado por su extraordinaria técnica, Walton reelaboró el material escrito hasta el momento, a fin de adecuarlo al virtuosismo de Heiffetz y puede definirse el concierto de violín como todo un vehículo de lucimiento y brillantez para los solistas.

Como curiosidad, hay que señalar que el manuscrito se perdió por un ataque de submarinos alemanes al barco en el que viajaba la partitura durante la batalla del Atlántico, en 1941. Por fortuna, para entonces existían ya numerosas copias de la misma por lo que no se perdió. Walton revisaría la partitura antes de su publicación, en 1943, reduciendo las intervenciones de la percusión.

Para esta obra, Walton amplió el esquema empleado en su concierto para viola, y es probable que tomase como modelo el Concierto nº 1 de violín de Prokofiev, de 1917.

Un primer movimiento de gran lirismo precede a un brillantísimo y vertiginoso scherzo, y después conduce a una breve cadenza tras la cual se procede a una recapitulación de los motivos ya expuestos. La inteligente orquestación de Walton dota a este andante tranquilo de una vibrante e intensa expresividad.

El scherzo de carácter italiano que es el presto capriccioso alla napolitana del segundo movimiento es el que explora al máximo las capacidades técnicas del solista e incluye tanto una sección de vals de corte sentimental, como un ensoñador trío que es una canzonetta, inspirada en el folklore napolitano. No olvidemos que este movimiento fue escrito en Italia.

El concierto concluye con un movimiento con tres temas principales que confieren carácter cíclico a la obra, al aludir al tema principal del primer movimiento. El desarrollo está sometido a un tratamiento polifónico de tinte dramático, acompañado por una extensa cadenza que retrotrae a la vena más romántica de Walton.

Escucharemos este concierto interpretado por el violinista Joshua Bell, y la Orquesta Sinfónica de Baltimore, a las órdenes de David Zinman.

El programa continuará con "Dos piezas para dos pianos op. 58" del ruso Nikolai Medtner. Dichas piezas llevan por título "Danza rusa" y "Caballer errante" y las escucharemos interpretadas por Hamish Milne y Boris Berezovski.

Acompasa2 concluirá con una selección de números de la ópera "Una cosa rara" del valenciano Vicente Martín y Soler, contemporáneo de Mozart y autor de moda en la Europa de finales del siglo XVIII. Esta selección nos la brindará en un arreglo de la época para cuarteto de cuerda, el Cuarteto Manuel Canales.

El concierto de violín de William Walton

En la primera hora del Acompasa2 de hoy escucharemos la Sinfonía Nº 1 de Mendelssohn (en realidad la decimotercera de su catálogo, si contamos las sinfonías de cuerda de su adolescencia), una obra de impecable factura técnica, muy influenciada por "El cazador furtivo" de Weber.

Después de la gala lírica desde el Teatro Monumental, continuaremos con el Concierto para violín del británico William Walton (1902-1983).

William Walton era ya un compositor célebre cuando comenzó a escribir su concierto para violín. Su entretenimiento satírico Façade, su concierto para viola, el oratorio babilónico El festín de Baltasar y su sinfonía, estrenada en 1935, le habían convertido en el compositor británico más destacado de su generación. Si bien estas obras pecaban todavía de un poso excesivamente romántico, especialmente el concierto para viola, sería en el concierto para violín donde Walton mostrara su verdadero color, con un espíritu más libre de convencionalismos y un lenguaje de gran modernidad, eso sí, dentro de los cánones de un autor tonal de la época.

En 1938 recibió el encargo de escribir un concierto para violín para Jascha Heifetz, a fin de que fuese estrenado al año siguiente en Nueva York. Los dos primeros movimientos quedaron esbozados en Italia pero el último fue escrito en Nueva York, tras haber conocido personalmente a Heiffetz. Deslumbrado por su extraordinaria técnica, Walton reelaboró el material escrito hasta el momento, a fin de adecuarlo al virtuosismo de Heiffetz y puede definirse el concierto de violín como todo un vehículo de lucimiento y brillantez para los solistas.

Como curiosidad, hay que señalar que el manuscrito se perdió por un ataque de submarinos alemanes al barco en el que viajaba la partitura durante la batalla del Atlántico, en 1941. Por fortuna, para entonces existían ya numerosas copias de la misma por lo que no se perdió. Walton revisaría la partitura antes de su publicación, en 1943, reduciendo las intervenciones de la percusión.

Para esta obra, Walton amplió el esquema empleado en su concierto para viola, y es probable que tomase como modelo el Concierto nº 1 de violín de Prokofiev, de 1917.

Un primer movimiento de gran lirismo precede a un brillantísimo y vertiginoso scherzo, y después conduce a una breve cadenza tras la cual se procede a una recapitulación de los motivos ya expuestos. La inteligente orquestación de Walton dota a este andante tranquilo de una vibrante e intensa expresividad.

El scherzo de carácter italiano que es el presto capriccioso alla napolitana del segundo movimiento es el que explora al máximo las capacidades técnicas del solista e incluye tanto una sección de vals de corte sentimental, como un ensoñador trío que es una canzonetta, inspirada en el folklore napolitano. No olvidemos que este movimiento fue escrito en Italia.

El concierto concluye con un movimiento con tres temas principales que confieren carácter cíclico a la obra, al aludir al tema principal del primer movimiento. El desarrollo está sometido a un tratamiento polifónico de tinte dramático, acompañado por una extensa cadenza que retrotrae a la vena más romántica de Walton.

Escucharemos este concierto interpretado por el violinista Joshua Bell, y la Orquesta Sinfónica de Baltimore, a las órdenes de David Zinman.

El programa continuará con "Dos piezas para dos pianos op. 58" del ruso Nikolai Medtner. Dichas piezas llevan por título "Danza rusa" y "Caballer errante" y las escucharemos interpretadas por Hamish Milne y Boris Berezovski.

Acompasa2 concluirá con una selección de números de la ópera "Una cosa rara" del valenciano Vicente Martín y Soler, contemporáneo de Mozart y autor de moda en la Europa de finales del siglo XVIII. Esta selección nos la brindará en un arreglo de la época para cuarteto de cuerda, el Cuarteto Manuel Canales.

El concierto de violín de William Walton

En la primera hora del Acompasa2 de hoy escucharemos la Sinfonía Nº 1 de Mendelssohn (en realidad la decimotercera de su catálogo, si contamos las sinfonías de cuerda de su adolescencia), una obra de impecable factura técnica, muy influenciada por "El cazador furtivo" de Weber.

Después de la gala lírica desde el Teatro Monumental, continuaremos con el Concierto para violín del británico William Walton (1902-1983).

William Walton era ya un compositor célebre cuando comenzó a escribir su concierto para violín. Su entretenimiento satírico Façade, su concierto para viola, el oratorio babilónico El festín de Baltasar y su sinfonía, estrenada en 1935, le habían convertido en el compositor británico más destacado de su generación. Si bien estas obras pecaban todavía de un poso excesivamente romántico, especialmente el concierto para viola, sería en el concierto para violín donde Walton mostrara su verdadero color, con un espíritu más libre de convencionalismos y un lenguaje de gran modernidad, eso sí, dentro de los cánones de un autor tonal de la época.

En 1938 recibió el encargo de escribir un concierto para violín para Jascha Heifetz, a fin de que fuese estrenado al año siguiente en Nueva York. Los dos primeros movimientos quedaron esbozados en Italia pero el último fue escrito en Nueva York, tras haber conocido personalmente a Heiffetz. Deslumbrado por su extraordinaria técnica, Walton reelaboró el material escrito hasta el momento, a fin de adecuarlo al virtuosismo de Heiffetz y puede definirse el concierto de violín como todo un vehículo de lucimiento y brillantez para los solistas.

Como curiosidad, hay que señalar que el manuscrito se perdió por un ataque de submarinos alemanes al barco en el que viajaba la partitura durante la batalla del Atlántico, en 1941. Por fortuna, para entonces existían ya numerosas copias de la misma por lo que no se perdió. Walton revisaría la partitura antes de su publicación, en 1943, reduciendo las intervenciones de la percusión.

Para esta obra, Walton amplió el esquema empleado en su concierto para viola, y es probable que tomase como modelo el Concierto nº 1 de violín de Prokofiev, de 1917.

Un primer movimiento de gran lirismo precede a un brillantísimo y vertiginoso scherzo, y después conduce a una breve cadenza tras la cual se procede a una recapitulación de los motivos ya expuestos. La inteligente orquestación de Walton dota a este andante tranquilo de una vibrante e intensa expresividad.

El scherzo de carácter italiano que es el presto capriccioso alla napolitana del segundo movimiento es el que explora al máximo las capacidades técnicas del solista e incluye tanto una sección de vals de corte sentimental, como un ensoñador trío que es una canzonetta, inspirada en el folklore napolitano. No olvidemos que este movimiento fue escrito en Italia.

El concierto concluye con un movimiento con tres temas principales que confieren carácter cíclico a la obra, al aludir al tema principal del primer movimiento. El desarrollo está sometido a un tratamiento polifónico de tinte dramático, acompañado por una extensa cadenza que retrotrae a la vena más romántica de Walton.

Escucharemos este concierto interpretado por el violinista Joshua Bell, y la Orquesta Sinfónica de Baltimore, a las órdenes de David Zinman.

El programa continuará con "Dos piezas para dos pianos op. 58" del ruso Nikolai Medtner. Dichas piezas llevan por título "Danza rusa" y "Caballer errante" y las escucharemos interpretadas por Hamish Milne y Boris Berezovski.

Acompasa2 concluirá con una selección de números de la ópera "Una cosa rara" del valenciano Vicente Martín y Soler, contemporáneo de Mozart y autor de moda en la Europa de finales del siglo XVIII. Esta selección nos la brindará en un arreglo de la época para cuarteto de cuerda, el Cuarteto Manuel Canales.

"Marsias", una comedia mitológica de Alphons Diepenbrock

En la primera parte de Acompasa2 escucharemos la "Suite lírica" de Alban Berg, interpretada por el Cuarteto Schoenberg. El programa concluirá con "Marsias o la fontana mágica", una comedia mitológica compuesta por el holandés Alphons Diepenbrock para una obra de teatro de Balthazart Verhagen estrenada en 1910.

Marsias es un personaje de la mitología griega. En unas versiones era un sátiro y en otras un pastor, que encuentra un aulos, una flauta doble, que la diosa Atenea había arrojado con desdén después de inventarla, al comprobar con desagrado cómo se hinchaban sus hermosas mejillas al tocarla. Se cuenta que el tañido de la flauta de Marsias conmovía a quienes lo escuchaban. Muy pronto esta fama derivó en una rivalidad con el dios Apolo (lo que se ha interpretado como un conflicto entre lo dionisíaco y lo apolíneo), que dio lugar a una competición entre ambos. Marsias y Apolo decidieron que el vencedor podría hacer del vencido lo que quisiera. Las musas fueron las jueces del concurso, en el que Apolo resultó vencedor. En unas versiones se dice que el dios tocó la misma melodía que Marsias, pero volviendo su lira del revés, lo que el sátiro no pudo hacer con su flauta. En otras se afirma que Apolo acompañó a la lira de su canto, conmoviendo hasta tal punto a las musas que le coronaron vencedor, pese a las protestas de Marsias, que juzgó el ardid fraudulento. Apolo decidió entonces cobrarse su victoria desollando vivo al incauto mortal, por haberse atrevido a desafiarle. Esto tuvo lugar cerca del lago Aulocrene y las lágrimas de las musas por el crimen fueron tantas que formaron el río Marsias, afluente del Meandro (en otras versiones se afirma que fue la sangre de Marsias la que lo formó). La leyenda señala que Babis, hermano de Marsias, también se atrevió a tocar el aulos pero que, dada su falta de talento, Apolo no se ofendió con él y lo dejó seguir viviendo.

En su dramatización de esta leyenda, Balthazar Verhagen introduce un tercer personaje en liza, la ondina Deiopea, amada por Apolo y Marsias. Es ella la que decide la victoria de Apolo en el concurso; entonces Marsias, que aqui es un fauno, se arroja voluntariamente a una fuente, para morir ahogado en sus aguas y mezclarlas con sus lágrimas. De ellas nace una poción de amor. Y es que como escribió Diepenbrock a una amiga: “El dolor de los poetas y los artistas proporciona deleite y ensoñación a otras personas; es una poción de amor que no debería utilizarse”.

"Marsias" se retiró para siempre del cartel tras diez funciones muy poco exitosas. Diepenbrock recicló la música incidental en una suite de cinco movimientos, dando la opción de seguir utilizando el texto hablado de la obra de teatro.

El primer movimiento describe el despertar de Marsias en primavera, el segundo es el entreacto existente entre los actos I y II y nos muestra el confuso deambular de Marsias por el bosque mientras fluye un arroyo y las hojas caen de los árboles.

En el tercer número, la danza de las ninfas entristece a Marsias, deprimido porque Deiopea ha escogido como ganador del duelo musical a Apolo y éste la desposa. Furioso por la danza de las ninfas, Marsias toca su flauta una vez más, pero tras brotar de ella un sonido estridente, ésta se rompe. El cuarto número es el preludio al acto III, que evoca la atmósfera sensual de una noche de verano. El último número comienza con una orgiástica danza de las ninfas y concluye con el epílogo que Apolo añade a la obra, reconciliando la lira y la flauta y celebrando el nacimiento del arte, en el que se unen lo apolíneo y lo dionisíaco.

Diepenbrock atribuye un motivo a cada uno de los personajes: Marsias, por supuesto, está personificado por la flauta, mientras que deiopea es presentada siempre por un leitmotiv interpretado por el violín solista. Apolo es evocado a través de una serie de acordes en las trompas, y el sonido del arpa.

Escucharemos "Marsias" en la interpretación de la Orquesta Residente de El Hague a las órdenes de Hans Vonk.

Acompasa2


Acompasa2 es un magazín de tarde-noche, programado de lunes a viernes, de 19.00 a 23.00 horas y presentado por Beatriz Torío y Martín Llade.
Ver perfil »

Síguenos en...