Un poco de folklore sintético con canto de pájaros robóticos
El finlandés Esa-Pekka Salonen es, además de uno de los directores más prestigiosos del momento, un interesante compositor, cuyas obras son cada vez más grabadas y programadas en las salas de conciertos. En febrero de 2007 Salonen presentó con la Filarmónica de Nueva York su primer y hasta la fecha único concierto para piano. Hay que destacar que a diferencia de muchos directores, Salonen no es pianista y su instrumento es la trompa. La obra no es sino una exaltación de su amistad con el pianista Yefim Bronfman, que es quien la estrenó.
Desde sus primeros compases, el concierto introduce al oyente en un clímax dramático, con el piano luchando por liberarse de la cautividad orquestal a la que está sometido. En su esfuerzo, según el compositor, el piano crea su propio lenguaje y gramática. Después, las maderas graves generan un interludio que posee la elegancia de los animales más altos- Salonen dixit-. Después se suceden una serie de secciones entrecortadas que dan lugar a un dúo entre el piano y la viola, y al término del primer movimiento, el saxofón protagoniza un inspirado solo lento, que recuerda que Salonen compuso un concierto muy temprano para este instrumento.