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Vida y arte de un pelagatos

Y traemos hoy a Acompasa2, a Giuseppe Valentini un pintor, poeta, violinista y compositor, nacido en Florencia en 1681. Resulta curioso que Valentini sea todavía hoy tan poco conocido, teniendo en cuenta las personalidades con las que se relacionó y los cargos que obtuvo. A los once años se trasladó a Roma y estudió a las órdenes de Giovanni Bononcini, convirtiéndose en un experto violinista. Poco después, Valentini comienza a participar en los conciertos más reputados que organizan en la Ciudad Eterna personalidades como el Príncipe Ruspoli y los cardenales Ottoboni y Pamphili, para los que Haendel escribiría a principios del siglo XVIII diversas cantantas.

Valentini debía ser un personaje peculiar, a juzgar por su apodo, el Straccioncino, que puede traducirse como “el pequeño galopín” o “el pequeño pelagatos”. También debía ser un hombre bastante manirroto, o, en su caso, muy mirado con el dinero, ya que, según confesión propia, tardó mucho tiempo en publicar sus poemas y sonatas porque no le apetecía rascarse el bolsillo para pagar a los editores.

Durante varios años anduvo errático, buscando en vano un patrón, hasta que en 1710, tuvo ocasión de sustituir a un enfermo Arcangelo Corelli como director musical de la Iglesia de San Luis de los Franceses. Según nos cuenta Francesco Geminiani, que había sido alumno de Corelli, éste enfermó aún más, sin posibilidad de recuperación, al enterarse de que el pelagatos había sido designado su sucesor. Curiosamente, Valentini le tuvo siempre en gran estima y le dedicó un soneto y la séptima sonata de su opus 5, llamada la Corelli.

A partir de ese momento la suerte de Valentini cambia, y se convierte en violinista habitual en la iglesia de San Jaime de los españoles, y también actúa en las veladas dominicales de la Residencia Ruspoli. También se le abren las puertas de la Iglesia de San Juan de los Florentinos, de la de Santa María Magdalena, donde es nombrado maestro de capilla, y de Santa María la Mayor, y el príncipe Michelangelo Caetani lo toma a su servicio. Desde esta nueva posición de privilegio, Valentini compondrá varias cantatas sacras, pero su producción irá disminuyendo poco a poco hasta abandonar para siempre la composición.

Una buena muestra del prestigio del que llegó a gozar es el hecho de que fuese uno de los pocos músicos admitidos dentro de la Academia de la Arcadia, honor del que sólo habían gozado Corelli, Gasparini, los hermanos Marcello, Alessandro Scarlatti y Bernardo Pasquini. El nombre arcádico de Valentini fue Euginaspe Leupinto.

Después de su muerte en 1753, el Straccioncino fue olvidado, pero a partir de la década de los ochenta del siglo XX, comenzó a despertar la curiosidad del mundo musical, y hubo quienes le situaron a la altura de Corelli, Vivaldi y Locatelli. En su música se ha observado una constante obsesión por sorprender al oyente con algo nuevo y original, siempre tratando de zafarse del corsé del modello corelliano. Por ejemplo, en el prólogo a su opus 7 confiesa que ha intentado escribir esa serie de conciertos en un nuevo estilo, teniendo en cuenta que las novedades no siempre desagradan. Y en su opus 4 aún irá más allá, confesando que si ha se ha abstraído de las reglas imperantes es para dar placer a aquellos oyentes no sometidos a la estrechez de miras de lo convencional.

Hoy en Acompasa2 les invitamos a escuchar ahora uno de los conciertos del op. 7 de Giuseppe Valentini, el número 11 en la menor para cuatro violines, en la interpretación de Musica Antiqua Köln, a las órdenes de Reinhard Goebel.

Y hoy también en nuestro programa:

-Khamma de Claude Debussy.

3 Comentarios

Francamente gracioso el sobrenombre de este músico y el agravamiento de la enfermedad de Corelli al saber quién iba a ser su sustituto... Y total que su olvido le llegó por ser demasiado moderno y original. Es triste.

Hola Martin.

Se nota tu mano en el programa. Ya te llevo tiempo oyendo desde que presentabas esa maravilla de programa por las mañanas, Delicatesen, que me descubrió una enorme variedad de compositores y estilos, como no puede ser de otra manera porque el mundo de la música clásica es así de infinito y maravilloso.
Gracias por traer estos compositores y sus músicas, al menos ampliamos nuestros horizontes musicales. Por supuesto también felicidades a Beatriz.

Hola, hay un concierto en particular de este autor que me llama mucho la atencion, http://www.youtube.com/watch?v=popO7f3mp3M, concierto en la menor. Quisiers saber si me podias proporcionar alguna pagina donde pueda encontrar estar partituras, hace unas semanas que la busco y no la encuentro.
Gracias.

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