La moto y su preparación
Desde el momento en que un plan toma forma, uno procura dotarse de los medios mejor adaptados para la realización de ese plan y que mejor contribuyan a garantizar el éxito de lo que uno se propone. Sobre todo si en la empresa que se acomete se han depositado tantas expectativas relacionadas con el trabajo que se pretende hacer y para quien pretendemos hacerlo. Éste viaje, más que cualquier otro, debe salir bien o, dicho de otro modo, fallar no es una opción. Si la Expedición Africana se va a caracterizar por la acumulación de gran cantidad de kilómetros diarios, la mayor parte de ellos por pistas de tierra, sometiendo a la moto a un uso muy intensivo, con considerable carga, puntos de abastecimiento de combustible (llamarlo gasolineras puede resultar en muchos casos un eufemismo) a gran distancia a veces entre sí, y prácticamente inexistentes puntos de asistencia mecánica en la mayor parte de la ruta, entonces la mejor opción posible es la BMW R1200GS Adventure.
La R1200GS Adventure se caracteriza por su motor Boxer, su autonomía y el uso de cardan. Además, la versión Adventure de la GS equipa barras de protección, plato de protección del cárter, pareja de luces adicionales, parabrisas más grande y elevado, llantas de radios con cubiertas de tacos, y una distancia entre ejes algo más corta que en la versión menos aventurera que la hacen más manejable. Adicionalmente, esta moto equipa ABS desconectable, puños calefactados y GPS.
Además de todo el equipamiento BMW posible, le han sido instalados algunos elementos para protegerla aún más de posibles golpes y caídas. Es el caso de los protectores del Telelever, radiador de aceite, faro, potenciómetro de mariposa o cardan. Para hacer más cómodo el manejo de la moto se ha elevado el manillar, y le ha sido ampliada la bandeja del caballete. En la parte exterior de las maletas laterales han sido instalados porta botellas, que permiten transportar hasta cuatro botellas de litro y medio de líquidos durante el viaje (agua, aceite motor, etc.), pero bien separados del equipaje. Y para proteger los inyectores de la baja calidad de la gasolina africana se ha montado un filtro adicional de gasolina.
El top case ha sido sustituido por otro más grande, instalado de forma artesanal sobre el soporte original, y compartimentado en su interior para albergar equipo de fotografía, vídeo y ordenadores por separado. Uno de los compartimentos contiene una batería auxiliar idéntica a la principal. Hace las funciones de batería de repuesto, pero conectada a la principal alimenta dos transformadores de corriente de 12 voltios de entrada, cada uno de ellos con una toma de enchufe de salida a 230 voltios a los que poder conectar los cargadores de baterías para las cámaras y ordenadores, y otra salida de USB a 5 voltios a las que conectar iPhone e iPad. Sendos interruptores instalados en el manillar permiten activar o desconectar la alimentación de los transformadores, y un relé instalado entre las dos baterías las desconecta entre sí cuando la moto no está en funcionamiento, evitando su descarga.
El equipo
La moto se ha elegido y se ha equipado para poder llegar a cualquiera de los lugares a los que debemos ir y hacer allí lo que tenemos que hacer, dependiendo de los elementos lo menos posible. El resto de material con que se ha cargado la moto responde al mismo criterio. Por esa razón, el equipo lo forma lo necesario para poder trabajar, comer y dormir dondequiera que me encuentre.
El material de trabajo está compuesto de lo necesario para escribir, hacer fotos, y grabar vídeo. El equipo de fotografía consta de: Canon 5D Mark II, Canon G11, tres lentes (17/35mm 2.8, 50mm 1.2, 70/200 2.8), filtros polarizadores y transparentes, unidad de flash, varias baterías extra, tarjetas de memoria SanDisk de 64 GB, cables, kit de limpieza, trípode plegable Benro). El equipo de vídeo, además de la Canon 5D utilizada en modo vídeo, se compone de: Canon Legria HRF21, GoPro instalada en el casco, rótula de vídeo Manfrotto para el trípode, micro de ambiente Senheiser MKE 400, visor de enfoque Hofman para 5D, baterías de repuesto, cables de conexión, tarjetas de memoria SanDisk también de hasta 64 GB de memoria y lector de tarjetas SanDisk Extreme. El equipo lo completa un MacBook Pro de 13” y un iPad de 64 GB y 3G, teclado inalámbrico y ratón magic mouse. Para almacenar gran cantidad de información se utilizará un disco duro externo La Cie de 2 TB.
Lo más valioso de cuanto se carga en este viaje es el material que se va a obtener, tanto textos como fotografías o imágenes de vídeo. El disco duro externo (modelo diseñado para el ejército de los Estados Unidos), se utilizará como copia de seguridad, pero una doble copia de todo del material se enviará periódicamente a Madrid contenida en las tarjetas de memoria de 64GB. Sólo cuando todo el material se haya puesto a salvo en Madrid se reiniciará el disco duro externo para utilizar de nuevo toda su capacidad.
Debo poder descansar razonablemente bien en cualquier circunstancia, por eso cargaré con una ligera tienda de campaña con espacio para tres plazas (nada debe quedar fuera de la tienda, no tanto por los ladrones como por los insectos) de 2,8 kilos de peso. Llevaré conmigo una colchoneta y una almohada realmente hinchables pero de gran resistencia al mismo tiempo, y un confortable saco de dormir elegido para temperaturas entre 15ºC y 5ºC. Para incrementar 5º la temperatura del saco en las pocas ocasiones en que se prevé que el frío arrecie, o para utilizarla cuando la temperatura ambiente supere los 15º, se ha incorporado un saco-sábana de seda al equipo. Pesa poco más de100 gramos y cabe en un bolsillo.
La moto carga con lo necesario para calentar comida y bebida, así como los utensilios para comer cómodamente. Pero no es un equipo pensado para cocinar. Deberé prever esta circunstancia y hacer acopio de comida preparada, precocinada o de muy fácil preparación antes de adentrarme en una zona en que comer con seguridad pueda no estar garantizado. Todo peso cuenta, y se ha elegido unos resistentes cubiertos de titanio que pesan 30 gramos. Eso da una idea de la obsesión por el peso que se vive en la Expedición.
Documentación
Para llevar a cabo la Expedición Africana se precisa una importante cantidad de documentación, y hace falta algo de tiempo para obtenerla. Deberé llevar conmigo el pasaporte, cartilla de vacunaciones, carnet de conducir español, carnet de conducir internacional (lo expide Tráfico presentando el español y una foto, y es válido por un año), seguro de, al menos, asistencia médica y repatriación, y lo que se precise para obtener dinero durante el viaje; normalmente una tarjeta de crédito y, en este caso, algunos cheques de viaje que poder canjear en hoteles cualquier día a cualquier hora en caso de emergencia.
Los visados no tienen que ser un problema. Todo país tiene legación diplomática en sus países vecinos, y lo normal es obtenerlos por el camino (por supuesto, hay excepciones como la de Marruecos con Argelia pero, aunque la situación puede cambiar en cualquier momento, no afectan a la Expedición). Pueden tardar hasta tres días en emitirlos, por lo que conviene juntar la solicitud de un par de visados o tres en una misma capital cuando el trabajo a hacer allí nos va a retener por más de tres días. En todo caso, lo primero que hay que hacer al llegar a una capital es solicitar visados.
Algunos países tienen normas para la emisión de visados a extranjeros que sí son un verdadero inconveniente y cuya solución hay que prever. Es el caso de Angola, por ejemplo, pues la entrada en el país debe ser efectiva en un plazo inferior a dos meses desde la emisión del visado (la Expedición tardará cuatro meses en llegar a Angola) y el visado debe ser solicitado en el país de origen del viajero. Afortunadamente, en este caso el visado lo puede pedir una persona distinta del titular del pasaporte. Lo importante es tratar de tener claro dónde se van a presentar los problemas para anticiparnos a ellos, y para eso es necesario contactar en España con las embajadas de los países a visitar e informarnos, aunque no vayamos a solicitar el visado todavía.
Para la moto es necesaria una cantidad de documentación similar. El documento más importante, que hace las veces de pasaporte para vehículos de motor, es el “Carnet de Passages en Douane”. Su razón de ser responde a un convenio internacional promovido por la Federación Internacional de Automovilismo para facilitar el tránsito de vehículos entre países, evitando de esa forma trámites aduaneros a veces imposibles. En España lo expide el Real Automóvil Club de España (RACE, en Eloy Gonzalo, 32 de Madrid, teléfono 915947245). Antes era suficiente con un depósito que garantizara el regreso del vehículo, pero ahora es necesario aportar un aval bancario equivalente a un porcentaje del valor venal del vehículo. Para ese trámite habrá que visitar, desde luego, al notario. Además, es imprescindible la Carta Verde, que emite sin coste la compañía de seguros de cada cual. Además, es necesaria la ficha técnica. Si el titular de la moto y el conductor no responden al mismo nombre, hay que llevar una autorización escrita del propietario de la moto (aunque sea una empresa) con tantos sellos como nos sea posible. Si añadimos uno del club de fans de la tortilla de patata pues mejor. Imagino que se entiende la idea.
Hay que tener en cuenta que toda la documentación deberá estar en vigor por un plazo superior al que se prevé el regreso, con un margen de seguridad amplio. Y de toda la documentación se debe hacer una copia escaneada que uno se envía a sí mismo por Internet para tenerlo todo disponible en caso de pérdida o robo.
Sanidad y prevención
La Expedición Africana no se debe poner en peligro porque la persona que la lleva a cabo no disfrute de un estado de forma física suficiente, o porque no se hayan tenido en cuenta las eventualidades que sí se pueden anticipar. Otra cosa es lo que no se puede prever, y los accidentes.
Las vacunas y los tratamientos preventivos o profilácticos a que me he sometido están relacionados no sólo con los países a visitar, sino con la climatología que se da en esos países en el momento en que los visitaré. Algún tratamiento es tan agresivo para el cuerpo (ocurre con el tratamiento en versión profilaxis para la malaria tomando Lariam) que puede resultar peor el remedio que la enfermedad. Lo recomendable es contactar con el Centro de Vacunación Internacional (si llamas de desde Madrid, 010, y si lo haces desde fuera de Madrid 915298210) y que nos digan ellos qué es obligatorio y qué solo es recomendable y puede quedar a nuestro criterio.
En el caso de la Expedición Africana no ha habido que sopesar gran cosa. Baste decir que sumadas a las vacunas que ya figuraban en mi cartilla de vacunación, ha sido necesaria una segunda cartilla para poder reflejar todas, y deberé viajar con dos cartillas complementarias entre sí. En ellas aparecen vacunas para enfermedades de las que uno no tenía ni noticia, como la encefalitis japonesa (sólo necesaria en Asia). Lo normal para África son las vacunas contra la Fiebre Amarilla (obligatoria para poder entrar en casi todos los países africanos), Rabia (si se va a estar en contacto con animales), Meningitis, Tifus, Cólera y Tétanos.
El proceso para la vacunación contra la Rabia es el más largo debido a que se administra en tres dosis separadas entre sí un par de semanas en el tiempo, así que conviene ser previsor con las fechas del viaje.
Quien no conozca su grupo sanguíneo debe necesariamente hacerse un análisis de sangre y obtenerlo. Mejor si finalmente ha sido para nada, pero en caso de resultar necesario es lógico pensar que no habrá tiempo que perder. Hablamos de África.
Con la colaboración de nuestro médico de cabecera podremos componer un botiquín suficiente, en el que no falte nada de lo realmente necesario. Se diría que existe una cierta tendencia a la hipocondría entre los médicos de cabecera, pero manejan toda variable posible aunque remota es su obligación, y su punto de vista debe marcar el criterio general en la composición del botiquín.
Consejos útiles
Hay una máxima que leí de Miguel de la Quadra Salcedo y que aplico a mi vida cotidiana desde entonces. Decía así: “Si puedes dormir, duerme. Si puedes comer, come, si puedes cagar, caga”. Esta frase resume muy bien la idea de anticipación. La clave para el éxito de la Expedición se resume en esa palabra: ANTICIPACIÓN. Y esa debe ser la constante.
Además, hay algunos consejos útiles que conviene tener en cuenta. Lo resumo así:
- Llevar copia de todas las llaves oculta en algún lugar de la moto.
- Esconder algo de dinero de emergencia “cosido” a la moto.
- Placa “militar” metálica con datos personales, grupo sanguíneo, alergias y teléfono de contacto colgada al cuello (las venden en tiendas de efectos militares).
- Llevar siempre fotografías tamaño carnet para visados de emergencia.
- Llevar film transparente (el que se utiliza para conservar alimentos en la nevera) para poder utilizar cámara y ordenadores protegidos del polvo del desierto o la humedad de la selva.
- Llevar encima lista de contactos (embajadas, médico, abogado…).
- Designar una persona en “casa” a quien tendremos informada de nuestros pasos, y con quien habremos diseñado un plan de contingencia que deberá ser puesto en marcha si algo no sale como durante el viaje se ha anunciado que debe suceder (ejemplo: Cruzo Sur de Sudán. Si en cuatro días no tienes noticias, pon en marcha el plan de emergencia). Eso incluye viaje a la zona, contacto con Medios de Comunicación, contacto con embajadas…).
- En cualquier lugar, la mejor información la proporcionan los locales. Preguntar siempre, aún cuando uno crea no tener nada que preguntar.
- Si viajas en solitario, espera en lugar seguro el paso de otros vehículos para atravesar zonas peligrosas (Mauritania, Nigeria…).
- Esperar a otro vehículo antes de cruzar una frontera que se sospecha conflictiva. No cruzar solo nunca.
- Paciencia, flexibilidad, buen humor y talante negociador. No levantar la voz.
- No perder de vista jamás, en cualquier circunstancia, el hecho de que nosotros somos los extranjeros: respeto por la cultura, tradiciones, normas y costumbres.
- Sentido común y prudencia. Asumir riesgos siempre un poco por debajo de lo que cada cual considere aceptable según su preparación. No confiar de más en uno mismo. Un ligero exceso puede poner en riesgo la expedición y a nosotros.
Por último, quien quiera embarcarse en una aventura similar a la Expedición Africana, de la forma en que yo lo hago (diez meses de vuelta a África en solitario y en moto), debe estar dispuesto también a esperar lo peor. Es una posibilidad remota, francamente difícil de que ocurra, pero no por eso se puede obviar. Si el menos deseado de los sucesos tuviera lugar, bastante será con privar a nuestros seres queridos de nuestra compañía. No sería justo cargarles además con los problemas y quebraderos de cabeza que nuestra repentina ausencia pueda llegar a ocasionar. Por eso es recomendable -y es lo que he hecho- visitar al notario y dejar las cosas bien atadas y resueltas por si este viaje tuviera que ser el más largo.