Cuando las cosas se tuercen es cuando estamos más unidos
martes 15.ene.2013 por Albert Rocas 0 Comentarios
Ayer lunes, cuando nos levantamos de la cama ya teníamos interiorizada la sensación de que la cosa iba a ser diferente al viernes. El primer día con Argelia había ido todo demasiado bien. No hubo nervios, el rival nos dejó hacer nuestro juego, pudimos anotar fácilmente, etcétera pero esta vez, con Egipto enfrente, era otra cosa.
Valero había decidido suspender el entrenamiento que teníamos programado para tenernos más frescos por la tarde. Cambiamos el entrenar de corto por las sesiones de vídeo. Egipto es un rival muy correoso y no queríamos que nos sorprendieran luego en el partido.
Son muy técnicos, con un disparo desde el lateral muy certero a pesar que no tienen una gran envergadura. Sabíamos de sus virtudes y por la mañana ajustamos esos últimos retoques.
Luego vino la siesta, para mí es el primer paso del partido. Aunque está planeada para descansar antes de, es difícil conciliar bien el sueño. Uno siempre tiene por dentro un gusanillo que recorre todo su cuerpo que te hace dar más vueltas de las esperadas hasta que logras cerrar los ojos.
Hay que reconocer que luego durante el partido nos atascamos tras el descanso pero tenemos que mirar el lado positivo. Cuando la cosa se puso complicada, este equipo supo unirse y sacar la casta de un equipo que juega en casa para ganar el partido.
Más allá de lo estrictamente deportivo, seguimos alucinando con varias cosas. La primera sigue siendo el poder ir por las calles de Madrid en un autobús escoltado hasta la Caja Mágica. A nosotros nos resulta extraño porque hay veces que incluso rodamos por direcciones contrarias pero como vamos escoltados… “¡Así también vivía yo en la Gran Vía!”, pensamos.
La segunda cosa con la que estamos encantados es con el ambiente de la Caja Mágica cada día de partido. Ayer, por ejemplo, había tres tipos vestidos de Los Increíbles que fueron unos cracks a la hora de animar al pabellón. Cosas de este tipo junto a la labor del speaker, están convirtiendo cada partido en una caldera a nuestro favor y eso es algo que el jugador siempre agradece.
Tras el encuentro ante Egipto, esta vez no hubo partida de cartas ni de nada en las habitaciones. Estábamos cansados y, sobre todo, sabíamos que teníamos que madrugar mucho para estar al lado de nuestro médico Juan José Muñoz Benito en el funeral de su madre.
A pesar de que él mismo había insistido en que no acudiéramos a la ceremonia, a ninguno se le pasó por la cabeza el no estar junto a él y su familia. Todos formamos este equipo y somos un grupo en el que cuando las cosas se tuercen, como ayer al inicio de la segunda parte o ahora para nuestro médico, es cuando más unidos estamos.