Día de emociones...
sábado 12.ene.2013 por Albert Rocas 3 Comentarios
Ayer fue uno de esos días que dejan huella en el alma. Uno de esos días que le dan sentido a años y años de trabajo, de esfuerzo y de caídas. Porque si ya es un privilegio estar entre los elegidos para jugar un mundial, no os podéis imaginar la sensación de ser uno de los elegidos para jugar un mundial en casa, con tu gente. La sensación que tuve ayer al salir a la pista y ver tantas caras conocidas y tanto calor de las gradas en un momento tan importante de tu vida, es un premio que recordaré siempre.
Yo he sido campeón del mundo. Es cierto que me llevo para toda la vida una marca histórica en la piel y que jamás nadie me podrá quitar por muy corta que sea nuestra carrera deportiva. Pero ahora estoy viviendo este Mundial casi con más ilusión, juventud e intensidad, porque soy mucho más consciente de los pequeños detalles, y porque a medida que pasa el tiempo sé que el reloj de arena se va agotando.
Y por eso, ayer pude saborear, ver y sentir como nunca el inicio de la competición. Desde primera hora de la mañana, la atmósfera que nos rodeaba ya era especial. A todos se nos ha hacía lejana la llegada del debut de nuestro mundial. Pero al despertarnos y ver que Televisión española ya estaba desde primera hora en directo desde la Caja Mágica anunciando nuestro debut ya nos hacía ver que el momento había llegado. Nuestro momento.
No olvidaré la cara de algunos de mis compañeros en el desayuno y sus ganas de que llegara la hora, sobre todo aquellos que debutan en un gran torneo. Pero afortunadamente, el planning de nuestros técnicos nos ayudo mucho a centrarnos en lo importante, en el partido frente a Argelia.
Después de comer y echar una siesta, más corta de lo normal en mi caso por los nervios, llegó la hora de la verdad. Llegó nuestro momento. Nuestro mundial.
Todos nos quedamos sorprendidos al ver que nuestro autobús era escoltado por un grupo de policías abriéndonos paso entre el tráfico madrileño, con sirenas y gestos a los demás conductores. Realmente nos quedamos impresionados y éramos cada vez más conscientes de que estábamos formando parte de algo muy grande.
De camino a la Caja Mágica íbamos charlando sobre todos los temas del momento. Entre ellos, la ilusión que nos hace ver Madrid empapelada con los carteles de nuestro mundial. Y para relajarnos, nos reíamos de los carteles con las fotos de Julen, porque sale en un par de posturas que no le acaban de convencer. La verdad que, tener un cartel a la entrada del comedor de varios equipos con tu cuerpo pintado y en postura complicada, debe ser duro jejeje.
Al llegar al pabellón, ya nos dimos cuenta que era un día especial. Todo estaba milimetrado, sin faltar ni un solo detalle. La organización -todo sea dicho- estuvo de 10, hubo una temperatura perfecta en el Caja Mágica, el público para quitarse el sombrero, y el pabellón estaba realmente precioso preparado para la ocasión.
Y a partir de ahí, creo que ya nos olvidamos de todo lo que no tenía que ver con el partido. Comenzamos nuestros rituales, nuestras manías de vestuario. Uno de ellos, es poner antes de empezar una lista de canciones que hemos elegido entre todos. Cada uno ha escogido una canción. La mía es una de los Cantajuegos "soy una taza", que de hecho está siendo duramente criticado por mis compañeros. Pero mi mundial es para mi hijo, mi pequeño Gonzalo y por eso me gusta acordarme de él antes de salir a la pista...
Y ese gusanillo del estómago se hizo un nudo enorme en el momento de salir a la pista. Aunque a partir de ahí, la presentación y todo lo que rodeó la inauguración hasta que empezó el partido nos hicieron estar bastante cómodos y nos costó menos de lo que pensábamos. Y gracias a todo eso, los nervios y tensión del debut desaparecieron muy rápido. Al final todo salió a pedir de boca.
Al acabar el partido recibimos en el vestuario la visita del Príncipe de Asturias y de la Alcaldesa de Madrid. Quisieron darnos la enhorabuena y tuvimos el placer de hacernos unas fotos. Un detalle de apoyo que yo personalmente les agradezco mucho.
También fue impresionante ver tantísimas felicitaciones en mi twitter y tantísimos mensajes de apoyo en mi móvil. De verdad, muchas gracias por hacerme sentir tan querido. Es espectacular cuando os leo a todos siempre en el autobús de camino al hotel.
Y al llegar al hotel, cenamos y después -más relajados-, nos juntamos unos cuantos para comentar las jugadas y cascarrillos del partido mientras nos distraíamos echando una partida a las cartas. Siempre viene bien estar un rato con los compañeros porque cuesta mucho dormir tras un partido con tantas emociones.
Pero hoy ya nos hemos levantado de otra manera. Mucho más relajados, esperando a que llegue la tarde para empezar a ver a los demás equipos y empezar a disfrutar de lo que es un mundial. Hoy hay que hacer mención a un jugador que nos deja: Gonzalo Pérez de Vargas. Es uno de los porteros con más futuro que hay en el balonmano mundial y hoy se vuelve a casa después de estar ayudándonos durante toda la preparación de este campeonato. Muchas gracias Gonzalo. Todo lo que pase en este mundial siempre tendrá un parte tuya. En el futuro seguro que estarás jugando tú en estos partidos.
En fin, seguimos adelante con más ilusión si cabe tras el partido frente a Argelia y con muchas más ganas de las que teníamos al inicio. Sólo deseamos que el público siga animando como hasta ahora y que todo vaya como ayer. Un abrazo a todos
Bernardo dijo
Muy buenas,
La emoción que dejas patente en tus palabras es compartida por todos los que amamos este deporte. Está muy bien esto de poder saber de primera mano cómo se vive desde dentro esta situación tan especial.
Salud y suerte.
Flavia dijo
Emocionarse es propio de humanos. Las emociones agradables nos refuerzan, las desagradables nos enseñan a crecer. La una y la otra por separado, crea engendros.
Un acierto cambiar de London a hispano. Me gusta más el nombre de Hispania que la derivación España .
http://www.youtube.com/watch?v=GsiC6MVi5Yo
Northern Kings I should be so lucky
Miguel dijo
gracias por hacernos disfrutar de este magnífico deporte