Ya estamos en Londres!!! He tenido que dormir para creérmelo. La ilusión que tengo con estos Juegos es inmensa, y mi cabeza aún no ha aterrizado del todo. Ayer, la experiencia fue maravillosa. Llegamos con mucho tiempo de antelación al aeropuerto de Barajas, pero afortunadamente me encontré con una expedición más corta que en Pekín, imagino que será porque al estar Londres más cerca, el traslado será más escalonado. Aún así, el aeropuerto estaba absolutamente teñido de rojo y amarillo, y esa es la primera sensación que te hacer creerte que ya estás viviendo algo muy especial, algo que no vives con ningún otro campeonato.
El despegue fue increible ya que antes de marchar me sorprendieron con la visita de mi mujer y mi hijo de 9 meses en el aeropuerto para darme el último beso... Y gracias a eso tampoco fui muy consciente del retraso del avión. El vuelo fue tranquilo, se palpa en el ambiente que toda la expedición va muy concentrada, con ganas y sabiendo a donde va y qué objetivos hay...
Al llegar a Londres fui mucho más consciente de lo privilegiado que soy. El recibimiento fue estupendo, incluso un sol radiante con el que no contaba salió a recibirnos... Y a continuación, nos dieron rápidamente las acreditaciones para que estuvieramos identificados como olímpicos...
Después todo se hizo muy largo, no se si por mis ganas de llegar a la Villa, pero la salida de las maletas fue eterna... Después estuvimos casi una hora y media en el autobus que nos desplazó hasta la zona olímpica, y el viaje fue muy turístico. Pudimos ver el La Torre de Big Ben y el Puente Westminster... Así que la sensación fue: madre mía, ojalá todo salga igual de bien en esta aventura!
Pero la Villa se hacía de rogar. Tuvimos que esperar también mucho tiempo en el control de acceso de los apartamentos, y el sol apretaba como si estuviesemos en Málaga. Nos dieron las 22h de la noche, y sin probar bocado desde la comida... Y una vez ya dentro, un desconocido se acercó hacia mi compañero Raul y otro hacia mí y nos dijo que teníamos que ir a hacer un control anti-dopping. Así que, hasta las 23:30 de la noche no pude ni ver mi habitación ni llevarme nada a la boca...
Y ambas cosas merecían la espera. El comedor es realmente inmenso, digno de apreciar, y las habitaciones, algo más pequeñas que en Pekín aunque el toque de la colcha le da un punto especial con los logos de todos los deportes... Mis compañeros y yo estamos instalados en dos pisos, donde compartimos unos salones más que acogedores.
Y con todo esto, tocaba irse a dormir. Yo aún no me podía creer que estuviese allí, sentía tensión por todo el cuerpo entre el viaje y el entusiasmo, pero es lo que tocaba. Apagamos la luz, mil pensamientos rondaban mi cabeza y el calor seguía apretando!
Al despertar, parece todo más real. No he descansado todo lo que esperaba, y es que la ausencia de persianas se nota! Al principio estaba desubicado, no se si es que no sabía donde estaba o es que me parecía un sueño.. Pero vi las colchas y me di cuenta que era real!
El sol de nuestro país ha decidido acompañarnos tb en esta aventura porque vuelve a hacer un día radiante. La jornada se presenta intensa, a las 10 nos hemos ido a desayunar y a las 11 toca entreno... Y cada vez tengo más ganas de que esto empiece de verdad.
A la tarde seguramente tendremos tiempo libre para conocer bien la Villa, así que mañana podré describírosla con detalle... Internet de momento funciona a la perfección, y los voluntarios son muy amables. Aquí todo el mundo tiene un brillo especial, una ilusión que sobresale. Y no es para menos. Estamos en unos Juegos Olímpicos... ROAD TO LONDON!!!