Después de ganar a Brasil, toca recuperarse...
sábado 17.ene.2015 por Albert Rocas 1 Comentarios
sábado 17.ene.2015 por Albert Rocas 1 Comentarios
sábado 17.ene.2015 por Albert Rocas 1 Comentarios
Albert Rocas, en el Mundial de Catar (3): Antes del partido ante Brasil.
viernes 16.ene.2015 por Albert Rocas 2 Comentarios
jueves 15.ene.2015 por Albert Rocas 0 Comentarios
lunes 28.ene.2013 por Albert Rocas 13 Comentarios
La sensación después de pasar la semifinal ya fue muy especial, grande, única… te ves con la plata colgada y te quitas la responsabilidad de sacar una medalla en el Mundial de Balonmano de tu casa. Porque esa era una sensación de todos: pensábamos que era obligatorio obtener una medalla.
A partir de ahí, el equipo se planteó enseguida poder sacar el oro. Es cierto que todos dicen que “las finales están para ganarlas” pero a veces te toca la otra cara y la pierdes. En este caso, no. Todos parecíamos preparados para ganar nuestra final.
Excepto Alberto (Entrerríos) y yo la mayoría del equipo nunca había llegado a la final de un campeonato mundial por eso me sorprendió el temple de mis compañeros. Estábamos todos bastante tranquilos, serenos, con aplomo, con ganas… Todo ello favorecido por el hecho de que jugábamos en casa, respaldados por el público y por la familia, lo que hizo que el equipo diera lo mejor de sí.
Recuerdo los momentos previos animados, con el gusanillo en el estómago y con una especie de incertidumbre-ilusión de saber que va a ser algo importante.
Le teníamos ganas a Dinamarca un equipo que, no debemos olvidar, era el subcampeón del mundo y campeón de Europa. Así que llegó el momento y nos fuimos a conseguirlo.
Hasta la salida del hotel fue especial. La gente nos estaba esperando en la puerta para animarnos mientras subíamos al autobús. Esto, habitual por ejemplo en el fútbol, no suele pasar en el caso del balonmano.
También nos estaban esperando los de la charanga de amigos de Maqueda con lo que entramos en el pabellón con la sensación de que era un día especial. Un día en el que podía pasar algo grande.
Pese a ello, en el vestuario no se notó que fuera un partido diferente. Parecía un encuentro más y no una final ya que nadie rompió sus rituales previos.
Cuando saltamos a la pista lo hicimos con la idea de disfrutar del momento porque sabíamos que esto solo pasaría una vez en la vida (ninguno de nosotros vamos a volver a vivir la final de un Mundial en casa). Y así lo hicimos.
Disfrutamos a tope y conseguimos una comunión única con el público, llegando a tener la sensación de que éramos un equipo imbatible. Y todo ello, reitero, sin olvidar que los daneses son unos de los mejores equipos del mundo.
Respecto a la final salió todo a pedir de boca. Desde el minuto uno fue el partido perfecto. Impresionante es la palabra que mejor lo define porque nadie podía imaginar que lograríamos la mayor renta encajada en una final de balonmano.
Acabado el encuentro la sensación de magia se extendió por el pabellón. Pudimos celebrarlo con el público, con nuestra gente, con el mundo del balonmano. Y disfrutamos cada segundo: cuando el capitán levantó la copa, al festejarlo con nuestros hijos o cuando veíamos a la afición corear al equipo… y es que el hecho de ganar en casa una final le da al evento un plus de deportividad que yo, por ejemplo, no sentí en la final de Túnez (en el Mundial de 2005).
Ya en el vestuario seguimos celebrándolo con algunas cervezas y de ahí nos fuimos a la fiesta que organizó la Federación en una terraza de Barcelona. A las tres de la mañana, la diversión continuó en una discoteca y aunque yo a las tres y media ya no podía más, muchos compañeros continuaron festejándolo hasta más tarde.
Había que celebrarlo así, por todo lo alto, porque nunca sabes cuando vas a volver a vivir algo de esta grandeza.
Otro aspecto que me gustaría destacar de este Mundial es la sensación que te queda de haber dado una alegría a los aficionados. En un momento como este, donde todo son malas noticias, te hace especial ilusión notar que, aunque sea con el deporte, has hecho feliz a mucha gente.
Además, siempre recordaré este Mundial de Balonmano por haber disfrutado como niños pequeños. En todo momento. Desde el inicio, con la Caja Mágica volcada en nosotros, en Zaragoza en el Príncipe Felipe o ya en la final en Sant Jordi, donde fue la culminación de todo.
Los compañeros de la selección ya nos despedimos anoche y ahora toca volver a la realidad del club. Solo tenemos un par de días de descanso, que seguramente pasaremos de entrevista en entrevista, pero no quiero terminar este blog sin dar las gracias a toda la gente que ha trabajado por hacer este Mundial inolvidable: organizadores, voluntarios, seguidores a través de las redes sociales… y a toda la gente del balonmano que ha disfrutado con nosotros.
También agradecer a los medios de comunicación por la repercusión que ha dado a esta cita mundialista. Ojala que este éxito sirva para dar un empujoncito a este deporte que, como este país, está en un momento de crisis.
Por último, también dar las gracias a RTVE.es por haberme permitido contar mis vivencias a través de este espacio y por supuesto, a vosotros. A todos los que habéis estado siguiéndolo. Espero que lo hayáis disfrutado tanto como yo y que el recuerdo de este Mundial de Balonmano 2013 sea imborrable.
jueves 24.ene.2013 por Albert Rocas 4 Comentarios
Ha costado mucho, pero por fin estamos en Barcelona. Teníamos mucha ilusión por estar en la lucha por las medallas, aunque todavía quedan dos finales y la primera es mañana mismo; es vital.
Atrás han quedado tres días increíbles en Zaragoza. Increíble el recibimiento, la organización, la cobertura mediática y, sobre todo, la comunión con el público. La gente llenó el Príncipe Felipe los dos días y nos llevó en volandas hacia la victoria con holgura. Contribuyó bastante la cercanía de la grada con la pista, algo que echaremos un poco de menos en el Palau Sant Jordi. Pero seguro que el público de Barcelona lo compensa.
También nos sorprendió gratamente el ambiente que tuvimos en Madrid y creo que hasta ahora este Mundial está siendo un éxito. Sabíamos desde el principio que para que este torneo fuera exitoso nosotros teníamos que llegar a Barcelona. Hemos asumido la responsabilidad y hemos respondido dándolo todo por la gente, por sus expectativas.
Tal vez esa responsabilidad nos pesó un poco los dos primeros partidos. Sabíamos que un tropiezo inesperado nos dejaba fuera del camino a las medallas, pero al final todo salió a pedir de boca y aquí estamos. Ayer estuvo con nosotros el secretario de Estado, Miguel Cardenal, y nos transmitió el orgullo de todas las autoridades y del pabellón. Se agradece tanto apoyo, porque es una señal de que estamos haciendo bien nuestro trabajo.
Nos abruma un poco la buena acogida que hemos tenido entre el público. Con el lema de "¡Hispanos!" quisimos reflejar nuestro espíritu de lucha y de entrega. Ha resultado ser un éxito entre la gente y eso lo notamos en las audiencias, en los pabellones, en las redes sociales, en este blog, incluso en la gente que nos para por la calle. Gente que no sigue habitualmente el balonmano me ha hecho llegar su emoción y eso siempre es bonito.
El hecho de que el partido crucial lo den mañana por La 1 de TVE nos da una satisfacción, porque gracias a nuestro trabajo hemos conseguido que este deporte tenga por fin repercusión. Para nosotros es un logro y una responsabilidad, y esperamos estar a la altura.
Con esa ilusión hemos venido a Barcelona. La mitad del trabajo ya está hecha y ahora queda la otra mitad, quizá la más importante. Queremos conseguir el oro, pero primero hay que ganar a un equipo como Eslovenia, que no es un rival ni mucho menos fácil. Quizá no tenga nombres tan conocidos como Francia, Croacia o Dinamarca, pero son un buen conjunto. Sabemos que si no damos el 200%, si nos confiamos, podemos caer. Necesitamos hacer bien nuestro trabajo y también tener un poco de suerte para que las cosas salgan bien.
Ya estamos en Barcelona. Nos hemos instalado en el hotel y hemos pisado por primera vez el Sant Jordi para hacer un entrenamiento ligero, para estirar las piernas y relajarnos después del viaje. Nos ha causado una muy buena impresión. Esta tarde hemos podido descansar y, en mi caso, pasar tiempo con la familia. Después de la cena viene la sesión de vídeo y empieza el trabajo duro. El objetivo es estar a tope para afrontar la primera final. ¡Vamos, Hispanos!
domingo 20.ene.2013 por Albert Rocas 5 Comentarios
Ayer fue un día extraño desde el principio. Fue raro porque teníamos que preparar el traslado antes del partido. Tocaba hacer las maletas y despedirnos de toda la gente del hotel Husa Princesa después de más de 20 días con ellos. Han tenido un trato exquisito hacia nosotros y quiero agradecerles desde aquí el cariño que nos han dispensado en este Mundial de Balonmano 2013.
Había que dejar todo empaquetado para enviarlo a Zaragoza antes de comer.
Salvo este trabajillo extra que teníamos ayer, la rutina no fue muy diferente a la de otros días de partido. Un ratito para disfrutar de la familia, comida y siesta.
Lo extraordinario del día lo comprobamos al montar en el autobús. Fue un trayecto increíble con la gente haciendo sonar sus bocinas al paso del autocar. Tal vez los futbolistas están más acostumbrados a esto pero nosotros no, por eso nos quedamos con la boca abierta.
Esos ánimos del público se multiplicaron por cien en la Caja Mágica. Fue algo espectacular ya desde el calentamiento. Al saltar a la pista viví un momento mágico de esos que siempre has soñado cuando juegas en países como Alemania. Me refiero a la presentación previa al duelo contra Croacia. El speaker anunciaba los dorsales y la gente gritaba y coreaba todos los nombres de los 'Hispanos'.
Estuvimos hablándolo después y todos coincidíamos en que no lo olvidaremos nunca.
El público estaba entregado. Algunos me consta que recorrieron hasta 600 kilómetros para ver ese partido y os prometo que nos hubiera gustado ganar por toda esa gente. Por suerte para nosotros, era el único partido en el que estaba permitido caer derrotados. A partir de ahora ya no, ahora empieza el todo por el todo.
Nos vamos de Madrid con el mejor recuerdo, desde el cariño del público al buen hacer de la organización, pasando por el reconocimiento para los voluntarios.
Esperamos que en Zaragoza tengamos un recibimiento parecido. Estoy seguro que así será porque la ciudad respira balonmano estos días. Lo noto y me lo cuentan excompañeros que me he encontrado aquí como Igropulo o Rutenka.
Acabo aquí este pequeño rato con vosotros y me voy a descansar. Mañana nos espera la primera de las cuatro finales.
viernes 18.ene.2013 por Albert Rocas 1 Comentarios
Ayer era uno de los día señalados en el calendario para nosotros, había una mezcla de tensión e ilusión en el ambiente de la concentración, sabíamos que era importante ganar para conseguir tener opciones de cara a quedar primeros de grupo. [Hungría 22-28 España]
Vamos a ponernos en antecedentes: El día anterior al partido ya estábamos con el gusanillo en el estómago esperando a que llegara el gran día. Por la mañana estuvimos preparando el partido en el entrenamiento, y ya se notaba que era un día diferente porque vino mucha gente a vernos, entre ellos un gran grupo de niños. Se palpaba por las preguntas de la prensa que había muchas ganas de ver un partido de los grandes en la Caja Mágica. Por la tarde tuvimos un rato libre, yo aproveché como siempre para pasarla en casa con mi mujer y mi hijo.
Estuvimos pasando una tarde relajada jugando a escondernos y mientras jugábamos íbamos viendo las evoluciones de los partidos que daban en Teledeporte, que como ya he dicho nos ha sorprendido a todos por la cantidad y la calidad de los contenidos, los programas especiales, balonmano las 24 horas, ¡nuestro sueño hecho realidad! Después volví al hotel y vimos un vídeo de los húngaros; había que tener listo todo lo que había que hacer durante el partido.
En el desayuno del día de partido ya estuvimos hablando sobre las cosas del mismo, cada uno visualizando lo que quería hacer durante el encuentro, y recibimos la visita de Don Vicente del Bosque; la verdad es que fue una sorpresa para todos. Fue muy amable con nosotros y nos dio la fuerza y motivación necesarias para afrontar el partido. Uno siempre escucha con atención a la gente que ha hecho nuestro deporte tan grande y él es uno de ellos.
Y llegó la hora... Después de la siesta nos fuimos para la Caja Mágica. Era el momento; todo estaba preparado; la gente había venido, muchos incluso después de muchas horas de viaje, para ver el primer gran partido del Mundial. Y ahí estábamos, charlando en el vestuario como todos los días pero con un punto de nerviosismo por lo que venía. Recuerdo la sensación de cuando salimos al campo, la gente aplaudiendo. Fue especial; un día de esos que se recuerdan en tu carrera deportiva. Todo el mundo estaba allí, se había cumplido el objetivo, la Caja Mágica estaba a tope para la ocasión, y el 'speaker' como siempre intentando meter a la gente en el partido.
Empezó el partido y estuvimos nerviosos en la primera parte. Nos pesó un poco la responsabilidad de no querer defraudar a toda tu gente, pero una vez quitado ese peso el grupo se transformó y demostró que somos un equipo de 16 jugadores. Todo el mundo aportó su granito de arena, todos a una para conseguir la victoria, eso es lo que hace grande a un equipo, como dije ayer. Los jugadores ganan partidos pero los equipos ganan campeonatos.
Ayer, mención especial para jugadores que habían jugado menos estos días y que solventaron el partido, como Carlos Ruesga, Antonio García o Ángel Montoro. Mañana será seguro el turno de otros, esto es lo que hace grande al equipo. Y la Caja Mágica rugió, se volcó con nosotros, supo sufrir en los momentos delicados y supo disfrutar de los mejores momentos con el equipo, una sintonía que a buen seguro volveremos a necesitar contra Croacia. El ambiente solo se puede describir en una palabra Mágico, como la Caja. Cuando vas a jugar fuera siempre quieres que llegue un momento como este y poder disfrutar con tu público de lo mismo que ves en otros paises y ayer fue así.
Poco quedar por decir, esto es muy largo y sólo acaba de comenzar. Todavía queda mucho campeonato y el partido contra Croacia es importantísimo, no es lo mismo quedar primero que segundo, tanto para octavos como para cuartos, en caso de pasar, y todos lo sabemos, así que, ¡hay que ir a por todas!
Por último, quiero desde aquí agradecer a toda la gente que nos manda ánimos desde cualquiera de las formas posibles. Se os agradece todo el cariño, y creo que hablo en nombre de todos cuando digo que nos hemos quedado fascinados por todas las muestras de afecto recibidas. En fin, vamos paso a paso y partido a partido y a ver qué nos depara este Mundial. El equipo está con confianza y con ganas de gustar. Vamos para arriba, pero siempre con la cabeza fría y los pies en suelo. Todos sabemos como es el deporte y ahora más que nunca hay que prepara a conciencia el siguiente partido y empezar de 0 una vez más. ¡Vamos, 'Hispanos'!
martes 15.ene.2013 por Albert Rocas 0 Comentarios
Ayer lunes, cuando nos levantamos de la cama ya teníamos interiorizada la sensación de que la cosa iba a ser diferente al viernes. El primer día con Argelia había ido todo demasiado bien. No hubo nervios, el rival nos dejó hacer nuestro juego, pudimos anotar fácilmente, etcétera pero esta vez, con Egipto enfrente, era otra cosa.
Valero había decidido suspender el entrenamiento que teníamos programado para tenernos más frescos por la tarde. Cambiamos el entrenar de corto por las sesiones de vídeo. Egipto es un rival muy correoso y no queríamos que nos sorprendieran luego en el partido.
Son muy técnicos, con un disparo desde el lateral muy certero a pesar que no tienen una gran envergadura. Sabíamos de sus virtudes y por la mañana ajustamos esos últimos retoques.
Luego vino la siesta, para mí es el primer paso del partido. Aunque está planeada para descansar antes de, es difícil conciliar bien el sueño. Uno siempre tiene por dentro un gusanillo que recorre todo su cuerpo que te hace dar más vueltas de las esperadas hasta que logras cerrar los ojos.
Hay que reconocer que luego durante el partido nos atascamos tras el descanso pero tenemos que mirar el lado positivo. Cuando la cosa se puso complicada, este equipo supo unirse y sacar la casta de un equipo que juega en casa para ganar el partido.
Más allá de lo estrictamente deportivo, seguimos alucinando con varias cosas. La primera sigue siendo el poder ir por las calles de Madrid en un autobús escoltado hasta la Caja Mágica. A nosotros nos resulta extraño porque hay veces que incluso rodamos por direcciones contrarias pero como vamos escoltados… “¡Así también vivía yo en la Gran Vía!”, pensamos.
La segunda cosa con la que estamos encantados es con el ambiente de la Caja Mágica cada día de partido. Ayer, por ejemplo, había tres tipos vestidos de Los Increíbles que fueron unos cracks a la hora de animar al pabellón. Cosas de este tipo junto a la labor del speaker, están convirtiendo cada partido en una caldera a nuestro favor y eso es algo que el jugador siempre agradece.
Tras el encuentro ante Egipto, esta vez no hubo partida de cartas ni de nada en las habitaciones. Estábamos cansados y, sobre todo, sabíamos que teníamos que madrugar mucho para estar al lado de nuestro médico Juan José Muñoz Benito en el funeral de su madre.
A pesar de que él mismo había insistido en que no acudiéramos a la ceremonia, a ninguno se le pasó por la cabeza el no estar junto a él y su familia. Todos formamos este equipo y somos un grupo en el que cuando las cosas se tuercen, como ayer al inicio de la segunda parte o ahora para nuestro médico, es cuando más unidos estamos.
sábado 12.ene.2013 por Albert Rocas 3 Comentarios
Ayer fue uno de esos días que dejan huella en el alma. Uno de esos días que le dan sentido a años y años de trabajo, de esfuerzo y de caídas. Porque si ya es un privilegio estar entre los elegidos para jugar un mundial, no os podéis imaginar la sensación de ser uno de los elegidos para jugar un mundial en casa, con tu gente. La sensación que tuve ayer al salir a la pista y ver tantas caras conocidas y tanto calor de las gradas en un momento tan importante de tu vida, es un premio que recordaré siempre.
Yo he sido campeón del mundo. Es cierto que me llevo para toda la vida una marca histórica en la piel y que jamás nadie me podrá quitar por muy corta que sea nuestra carrera deportiva. Pero ahora estoy viviendo este Mundial casi con más ilusión, juventud e intensidad, porque soy mucho más consciente de los pequeños detalles, y porque a medida que pasa el tiempo sé que el reloj de arena se va agotando.
Y por eso, ayer pude saborear, ver y sentir como nunca el inicio de la competición. Desde primera hora de la mañana, la atmósfera que nos rodeaba ya era especial. A todos se nos ha hacía lejana la llegada del debut de nuestro mundial. Pero al despertarnos y ver que Televisión española ya estaba desde primera hora en directo desde la Caja Mágica anunciando nuestro debut ya nos hacía ver que el momento había llegado. Nuestro momento.
No olvidaré la cara de algunos de mis compañeros en el desayuno y sus ganas de que llegara la hora, sobre todo aquellos que debutan en un gran torneo. Pero afortunadamente, el planning de nuestros técnicos nos ayudo mucho a centrarnos en lo importante, en el partido frente a Argelia.
Después de comer y echar una siesta, más corta de lo normal en mi caso por los nervios, llegó la hora de la verdad. Llegó nuestro momento. Nuestro mundial.
Todos nos quedamos sorprendidos al ver que nuestro autobús era escoltado por un grupo de policías abriéndonos paso entre el tráfico madrileño, con sirenas y gestos a los demás conductores. Realmente nos quedamos impresionados y éramos cada vez más conscientes de que estábamos formando parte de algo muy grande.
De camino a la Caja Mágica íbamos charlando sobre todos los temas del momento. Entre ellos, la ilusión que nos hace ver Madrid empapelada con los carteles de nuestro mundial. Y para relajarnos, nos reíamos de los carteles con las fotos de Julen, porque sale en un par de posturas que no le acaban de convencer. La verdad que, tener un cartel a la entrada del comedor de varios equipos con tu cuerpo pintado y en postura complicada, debe ser duro jejeje.
Al llegar al pabellón, ya nos dimos cuenta que era un día especial. Todo estaba milimetrado, sin faltar ni un solo detalle. La organización -todo sea dicho- estuvo de 10, hubo una temperatura perfecta en el Caja Mágica, el público para quitarse el sombrero, y el pabellón estaba realmente precioso preparado para la ocasión.
Y a partir de ahí, creo que ya nos olvidamos de todo lo que no tenía que ver con el partido. Comenzamos nuestros rituales, nuestras manías de vestuario. Uno de ellos, es poner antes de empezar una lista de canciones que hemos elegido entre todos. Cada uno ha escogido una canción. La mía es una de los Cantajuegos "soy una taza", que de hecho está siendo duramente criticado por mis compañeros. Pero mi mundial es para mi hijo, mi pequeño Gonzalo y por eso me gusta acordarme de él antes de salir a la pista...
Y ese gusanillo del estómago se hizo un nudo enorme en el momento de salir a la pista. Aunque a partir de ahí, la presentación y todo lo que rodeó la inauguración hasta que empezó el partido nos hicieron estar bastante cómodos y nos costó menos de lo que pensábamos. Y gracias a todo eso, los nervios y tensión del debut desaparecieron muy rápido. Al final todo salió a pedir de boca.
Al acabar el partido recibimos en el vestuario la visita del Príncipe de Asturias y de la Alcaldesa de Madrid. Quisieron darnos la enhorabuena y tuvimos el placer de hacernos unas fotos. Un detalle de apoyo que yo personalmente les agradezco mucho.
También fue impresionante ver tantísimas felicitaciones en mi twitter y tantísimos mensajes de apoyo en mi móvil. De verdad, muchas gracias por hacerme sentir tan querido. Es espectacular cuando os leo a todos siempre en el autobús de camino al hotel.
Y al llegar al hotel, cenamos y después -más relajados-, nos juntamos unos cuantos para comentar las jugadas y cascarrillos del partido mientras nos distraíamos echando una partida a las cartas. Siempre viene bien estar un rato con los compañeros porque cuesta mucho dormir tras un partido con tantas emociones.
Pero hoy ya nos hemos levantado de otra manera. Mucho más relajados, esperando a que llegue la tarde para empezar a ver a los demás equipos y empezar a disfrutar de lo que es un mundial. Hoy hay que hacer mención a un jugador que nos deja: Gonzalo Pérez de Vargas. Es uno de los porteros con más futuro que hay en el balonmano mundial y hoy se vuelve a casa después de estar ayudándonos durante toda la preparación de este campeonato. Muchas gracias Gonzalo. Todo lo que pase en este mundial siempre tendrá un parte tuya. En el futuro seguro que estarás jugando tú en estos partidos.
En fin, seguimos adelante con más ilusión si cabe tras el partido frente a Argelia y con muchas más ganas de las que teníamos al inicio. Sólo deseamos que el público siga animando como hasta ahora y que todo vaya como ayer. Un abrazo a todos