Hola a todos! Hoy estoy realmente cansado. No sólo por habernos levantado a las 6:30, sino también por el partido tan físico que hemos tenido. Anoche nos fuimos a dormir a las 11, y la verdad es que a todos nos costó bastante porque no estamos acostumbrados. Yo particularmente me puse una película para relajarme, y la verdad es que me ayudó. Es la única manera que tenía de poder dejar la mente en blanco y desconectar de las miles de emociones que rondan mi cabeza…
Pero aún así, cuando el despertador sonó a las 6:30 de la mañana, parecía que se nos caía el cielo encima. Inmediatamente nos bajamos al restaurante de la Villa a desayunar, y la verdad es que estaba todo desierto. Bien es cierto que se veía a algún que otro deportista aprovechando la soledad de las calles para entrenar y correr un poco, pero el paisaje era absolutamente desconocido a como nos tiene acostumbrado, con todos los coloridos de los chandals de todos los países.
Ya en el restaurante, muchos teníamos el estómago cerrado al ser tan pronto. El cuerpo es muy sabio y si estás acostumbrado a unas rutinas, sobre todo como yo que soy muy disciplinado con las comidas, pues cuesta el día que las rompes. Y la verdad es que me costaba meterle algo sólido. El café, sin duda hoy me ayudó mucho. De hecho, el médico del club, el Doctor Gutierrez aconsejaba a los que no son cafeteros que hoy hicieran una excepción. Había mucho sueño la verdad, y había que activar el cuerpo y la mente. Yo lo hice más bien pronto tras escuchar bromas sin parar sobre el hinchazón de mis ojos… Hubo un momento en que ya tenía que activar mi mente para contestar a los chistes que me hacían llamándome ojos de sapo jajajaja
Y en medio de tanta broma, ya subimos a la habitación a preparar los últimos detalles antes de acudir al pabellón a pelear el partido. En el apartamento, aprovechamos, como todas las mañanas, para ver un poco el canal internacional de TVE y ponernos al día con los detalles deportivos y la agenda del día aquí en Londres.
En el autobús que nos llevaba a nuestra pista todos íbamos muy concentrados. Mirábamos por la ventana, aunque estoy seguro que ninguno estaba viendo nada de lo que había fuera. Todos íbamos metiéndonos poco a poco en el encuentro, íbamos visualizando jugadas, repasando lanzamientos en la cabeza, y es el silencio más bonito que un jugador puede tener. Es el último que se tiene con uno mismo antes de un partido. Y sin duda es el que más se recuerda. A medida que te vas acercando al pabellón va subiendo la adrenalina, vas notando que llega el momento de la verdad, por el que llevas tanto tiempo trabajando, tanto tiempo renunciando a cosas, y tantas ilusiones que se pueden marchar en tan sólo 60 minutos…
Una vez que ya llegamos al pabellón, ya nos vamos animando unos a otros, nos vamos comentando jugadas, ponemos música que entre todos hemos elegido, algunos incluso bailaban y cantaban para activar el cuerpo, aunque la verdad es que allí, una vez que ya estábamos los 15 en el vestuario, nadie se acordaba de la hora… Poco a poco empezábamos a escuchar como rugían las gradas, y la verdad que eso ya nos dio el punto de motivación que nos lanzó a por todas, ya que pensábamos que por el horario hoy sería un día con poco público. Pero no ha sido así. Miles de personas han venido a apoyarnos y a darnos fuerza en un partido que sabíamos que iba a ser complicado, y efectivamente lo ha sido.
Para mi ha sido un partido muy pesado, ya que los coreanos hacían muchísimas faltas. Son jugadores que están acostumbrados a mucho contacto, y aunque vayas ganando de 6 o 7 goles ellos no dejan de pelear con la misma intensidad en todo el partido como si fuera el último minuto. A mí de hecho me han dado un buen golpe en la pierna, nada que no se cure con descanso y un poco de hielo. Y sobre todo con una victoria. Y así ha sido. Hemos ganado en un día en el que teníamos mucha presión, ya que hoy había que ganar. Por ello, al final ha sido un día perfecto.
De vuelta a la Villa, nos hemos dividido. Los que tienen la suerte de tener ya a las mujeres en Londres se han ido a pasar la tarde a visitar la ciudad. Otros han aprovechado para ir a animar a las chicas de vóley playa, y los restantes, nos hemos juntado para tomar algo y celebrarlo antes de comer y, al acabar el almuerzo, hemos ido a descansar. Yo de hecho, lo necesitaba, porque con el madrugón y la intensidad de los coreanos estaba agotado.
A la tarde nos ha llegado sin duda la mejor noticia que se podía tener. Estábamos en el salón cuando de repente nos han informado de la medalla de Chourraut, y todos lo hemos celebrado como chiquillos. La verdad que la plata de ayer de Mireya y el bronce de hoy nos hace motivarnos muchísimo más cuando vemos las imágenes y todo lo que conlleva algo de ese tipo.
A la tarde, nos llevan a cenar a la Casa España a todo el equipo, aunque estaremos de vuelta pronto ya que aquí no hay prácticamente días para descansar.
Antes de marchar, he podido hacer una video conferencia con mi hijo de 9 meses, y sin duda me ha dado muchísima fuerza. Son ya muchos días sin verlo, pero aún me reconoce!!! Los echo mucho de menos a él y a mi mujer, pero al verlos hoy me han dado muchos ánimos, y me han mandado mucha energía para seguir con la misma fuerza e ilusión o más incluso con la que llegué a este sueño tan bonito como son los JJOO de Londres.