El Bild Zeitung, ¿un partido político en la sombra?
jueves 19.sep.2013 por Aurora Mínguez 0 Comentarios
Tres días para las elecciones del domingo. Todos están nerviosos porque continúa el empate técnico. La Canciller y su partido, la CDU, están obsesionados con una idea: tienen que ganar con contundencia, para poder poner condiciones a su socio de gobierno, sea quien sea.
Merkel dice con la boca pequeña que quiere seguir con los liberales, pero ya no pide el voto para ellos, sino para sí misma. Insiste en que nadie se duerma en los laureles y que hay que evitar que la gente se quede en su casa el domingo pensando que la victoria de la democracia cristiana está asegurada.
Pero para ayudar a la canciller ya está el diario Bild, el periódico de más tirada de toda Europa, la "voz del Pueblo", ese periódico que es, en el fondo, un partido populista no declarado oficialmente.
El Bild va a publicar un ultimísimo sondeo de opinión el mismo domingo, algo dudoso desde el punto de vista legal. Es decir, el ciudadano X que salga de su casa camino del colegio electoral podrá comprarse el Bild Zeitung en el camino, leer esa encuesta y hacerse su composición de lugar. El coloso de la editorial Springer ha encargado el asunto al instituto Emnid con una muestra de dos mil ciudadanos y probablemente se puedan leer los resultados en internet ya en la noche del sábado.
¿Todo vale? ¿Hay que creer a pie juntillas lo que dicen los sondeos? ¿Por qué la prensa -o determinados órganos periodísticos- se empeñan en hacer política y en pastorear a la gente en lugar de informar lo más escrupulosamente posible y dejar que la gente saque sus propias conclusiones ? Preguntas sobre las que se puede teorizar, preguntas sobre las que seguramente también tendría su propia opinión una figura extraordinaria en el mundo de la cultura alemana de la posguerra.
Marcel Reich- Ranicki, el crítico literario más importante de este país, el judío polaco que sobrevivió al ghetto de Varsovia y que, por amor a la lengua y a la cultura alemana decidió regresar al país de sus verdugos, murió ayer a los 93 años de edad. Fue, como dice hoy el Frankfurter Allgemeine Zeitung,el periódico para el que trabajó durante decenios y en el que fué el responsable del Feuilleton, las páginas de cultura y pensamiento, "un gran hombre". Para el Süddeutsche Zeitung, "el hombre que enseñó a leer a los alemanes". Quien lee, aprende a pensar. Y evita, si es posible, el Bild Zeitung.