El duelo que no fue
lunes 2.sep.2013 por Aurora Mínguez 0 Comentarios
Mejor que como lo hace hoy el Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) no se puede definir lo que ocurrió anoche,entre las ocho y media y las diez, en cuatro televisiones alemanas. "¿ Dónde está el toro?" se pregunta un comentarista del FAZ refiriéndose al "afeitado" que sufrió el hasta ahora mordaz, irónico y, a veces, desagradablemente incisivo Peer Steinbrück, el líder socialdemócrata, a quien muy probablemente los spin doctors del SPD aconsejaron moderarse un poquito para no asustar a la gente y no ahuyentar a todos aquellos que tienen tirria a los que van de intelectuales por la vida.
Steinbrück , retóricamente más brillante que la canciller, sabía perfectamente que Merkel no iba a responder a sus provocaciones y que sus ataques, duros o no, iban a resbalar a la famosa "canciller Teflon®" cuya actitud principal es no darse por aludida ante cualquier agresión, aunque le duela, e intentar demostrar que, incluso si ha habido algún fallo, ella es la persona más preparada para encauzar las cosas y para dirigir el país.
Merkel, según todas las encuestas, fue más simpática que Steinbrück, y resultó más creíble, pero él tuvo mejores argumentos y resultó también más comprensible.
Me comentaba un amigo politólogo que la gente sin demasiada educación no comprende a Steinbrück, que habla como si estuviera en un foro con académicos y personas con educación universitaria. Su ironía y su talante algo soberbio intimidan, mientras que Merkel habla de una manera que cualquiera puede captar y transmite ese mensaje tranquilizador de " conmigo usted puede sentirse seguro". Y, además, y ese fue el único punto en el que Merkel se mostró ofensiva, "yo no le voy a subir los impuestos, como pretenden los socialdemócratas".
¿Ha sido o va a ser decisivo este no-duelo para los comicios del 22 de septiembre? No, pero sí ha sido, a pesar del empate técnico, un soplo de optimismo para el SPD. Steinbrück, que partía como perdedor, no lo hizo nada mal, especialmente cuando se tiene uno que enfrentar a una esfinge, y la gente, probablemente, piensa de él mejor que hace unos días. Una encuesta de urgencia de anoche afirmaba que aunque el 71 por ciento de los alemanes cree que Merkel es una buena canciller, otro 57 por ciento opina que Steinbrück también podría ser otro buen primer ministro.
Lo interesante del formato de este no- duelo es que, a diferencia de los que se celebran en España, los partidos no mandan y los periodistas - cuatro- preguntan lo que les da la gana, repreguntan y se permiten interrumpir o provocar a los dos rivales electorales. Stefan Raab, de Pro7, se destacó por el descaro de sus preguntas y su tono juguetón, que alivió un poco la tensión de las cuestiones de sus otros colegas más serios.
Y, en estos tiempos de modernidad, la protagonista sorpresa de la noche fue...la gargantilla que llevaba la canciller, con los colores rojo, negro y dorado. Casi los de la bandera alemana. Cinco mil tweets para la dichosa gargantilla... de la que se va a hablar mucho más de lo que se merece.