Merkel en el G20: otra forma de hacer campaña electoral
jueves 5.sep.2013 por Aurora Mínguez 0 Comentarios
En este día 17 antes de las elecciones Merkel no va a dar un mitin a nadie aquí en Alemania. Pero sí va a hacer campaña de otra manera, y de una que la favorece de una manera especial. En el G20 que hoy se celebra en San Petersburgo, ella va a codearse y hablar mirando directamente a los ojos a los grandes de este planeta. Y será ella, con su traje de chaqueta y su gargantilla (cada día una distinta), la única mujer europea entre varones más o menos respetables, que mantendrá sus encuentros bilaterales con Obama, Putin y el resto de ilustres convocados en la antigua ciudad imperial.
Pero también en esta reunión del G20, en la que Siria va a tener un protagonismo indudable, se van a tratar temas en los que Merkel, como el resto de los líderes, no se puede poner ninguna medalla. ¿Se ha avanzado algo en la desaparición de los paraísos fiscales? NO. ¿Han desaparecido los bancos fantasma en los que se siguen haciendo operaciones especulativas de alto riesgo? NO ¿Pagan impuestos en algún sitio esas multinacionales que se están forrando ( Apple, Microsoft, Starbucks...)? NO.
Desde que surgió la crisis económica, en el 2008, han sido innumerables las ocasiones en las que Merkel, en el Parlamento o en otros foros, ha abordado la necesaria reforma del sistema bancario mundial, la persecución del fraude fiscal a gran escala o la implantación del impuesto de transacciones financieras (que obliga a los bancos a que paguen un mínimo porcentaje por sus operaciones, lo mismo que tenemos que hacer sus clientes, es decir, todos nosotros). Palabras que no se han visto seguidas de leyes o normativas vinculantes hasta ahora.
Y estos puntos son los que están precisamente muy claritos en el programa del SPD y en cada discurso de su líder, Peer Steinbrück, quien, como ministro de Finanzas de Merkel en la época de la Gran Coalición hizo ya un trazado preciso de lo que convenía hacer. Cuando la canciller regrese de San Petersburgo, con los previsiblemente escasos avances en materia de regulación financiera a nivel mundial ( los Estados Unidos y Gran Bretaña forman ahí un frente de rechazo común), el señor Steinbrück tendrá una gran oportunidad de pegarle a su rival Merkel unos buenos mordiscos en la yugular y de reprocharle, una vez más, que gobierna lanzándoles demasiadas sonrisas y haciendo demasiadas concesiones al mundo de la Banca y el Capital.