1987
viernes 12.feb.2010 por RTVE.es 0 Comentarios
Un año para el recuerdo, sí, para el recuerdo. Por primera vez los voluntariosos y emprendedores ¨chicos¨ de Al filo nos proponemos acometer la ascensión de dos ochomiles, las dos montañas más altas de la tierra: El Everest y el K2 con 8848 y 8611 metros de altura respectivamente. No, no es que estuviéramos locos, era cosa del ¨destino¨. Me explico, en aquellos tiempos las solicitudes de los permisos para la ascensión, había que realizarlas con al menos dos años de antelación para el K2; y para el Everest dada su intensa demanda y aun recibiendo un tratamiento especial servía ese tiempo mínimo pero no se sabía cual larga sería la espera. A sí en otoño del año 85 solicitamos el permiso del Everest con el pensamiento de que nos sería concedido no antes del año 88. De manera que el verano del 87, ya conseguido el permiso para el K2, lo podíamos dedicar a volver a aquella montaña, que en el intento del año 83 por su cara suroeste, nos rechazó a poco más de trescientos metros de su cumbre.
Pero, sorprendentemente, el gobierno de Nepal nos autorizó la expedición al Everest para la primavera del 87 por el Pilar Sur, de manera que sin quererlo nos encontramos con los permisos de las dos montañas para el mismo año y con escaso tiempo entre el final de una y el comienzo de la otra. No era el mejor momento para plantear el ambicioso proyecto, pues la tele vivía tiempos de cambio producto de la reciente consulta electoral y las nuevas jefaturas estaban por definir. El tiempo corría en nuestra contra. A dos meses escasos de la fecha prevista para la salida recibíamos la aprobación por parte de la dirección de la tele. Teníamos que ser capaces de completar el grupo con personas idóneas, y conseguir los equipos -tiendas, sacos, material de escalada, ropa, alimentación, botiquín-, en tan breve espacio de tiempo.Fuimos al Everest; una mañana de marzo el equipo partía de Barajas rumbo a Katmadú. Habíamos conseguido poner en marcha la segunda etapa de "Al filo de lo imposible". Al rodaje de la aventura en el Everest le siguió el K2.
Ya de vuelta, tras unos días de vacaciones a finales de agosto, con las pilas cargadas, encarábamos en septiembre el rodaje de una actividad que por entonces se introducía en España: el descenso de barrancos. La zona elegida estaba al otro lado de la frontera francesa en las inmediaciones de Larrau, un pequeño pueblo del pirineo. Un rappel de más de cien metros realizado desde el puente colgante del barranco de Holtzarte hasta el cauce del río daba la salida a un emocionante descenso. Para convertirlo en el "ideal" localizamos varios barrancos, de los cuales elegimos los mejores parajes, saltos a pozas, cascadas, toboganes. Fue en uno de esos tobogánes donde Carmen Portilla, protagonista del documental junto a Aurelio Bidaurre, sufrió un accidente que obligó a suspender el rodaje.
Unos días después de regresar a casa nacía mi hija Marta, razón de más para recordar aquel 1987.