Ciao, Sic
Una de las cosas más duras después de una muerte es el silencio. La ausencia total de palabras, de sonidos, que lo impregna todo.
Camino por el paddock, por la sala de prensa... a todos nos cuesta mirarnos a los ojos... todos los tenemos brillantes, a punto de derramar un caudal de lágrimas.
Os puedo asegurar que la sala de prensa está inmersa en un silencio que asusta. Nadie habla, todos teclean sus ordenadores con la vista nublada; hacen sus crónicas de radio con la voz entrecortada... En el Mundial hay muchísimos periodistas italianos, creo que son una de las delegaciones, junto a la español, más numerosas.
Y sé que todos estaban muy unidos a Marco Simoncelli, uno de los suyos.
Los españoles también están muy tocados. 'SuperPippo' ha vivido varias polémicas con pilotos españoles y lo hemos tratado mucho. Este año, la polémica le perseguía en las primeras carreras de MotoGP.
Pues bien, Marco nunca se escondió ante los periodistas, siempre dio la cara dando su versión de los hechos. Nunca tuvo un no para nadie ( y eso que se vio envuelto en una feroz polémica por su pilotaje agresivo).
Y es que fuera de la pista era difícil enfadarse con él. Su personalidad campechana le hacía simpático a todo el mundo.
Su carrera se ha visto truncada. Y lo que es mucho peor, su vida.
Un abrazo muy fuerte a sus padres. No quiero ni imaginar el dolor que estarán sintiendo. Y a su hermana pequeña, muy unida a él.
Hace unos meses estuve en Coriano, en su pueblo. Nada más entrar en la población te encuentras con un cartel enorme con la efigie de Sic. Y en una de las rotondas del pequeñito pueblo, hay un panel donde se informa siempre de cómo le va a su héroe en la general y en las carreras.
Un panel que tendrá que apagarse. Como se ha apagado la vida de un gran piloto, un campeón del mundo de 250cc en 2008.
Qué duro es decir adiós.
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