El asesinato de Jo Cox y la democracia británica
viernes 17.jun.2016 por Anna Bosch 1 Comentarios
Sigo en la distancia la conmoción en el Reino Unido por el asesinato, brutal, de la diputada Jo Cox. Y no me cuesta imaginar el estado de shock en el que se encuentran sus conciudadanos. Al asesinato no se suma solo el ensañamiento del asesino con Jo Cox y sus circunstancias personales. A su asesinato se le suma un atentado a una democracia de cercanía que se basa en parte en que los diputados puedan, deban de hecho, ir por la calle y entablar conversación con sus vecinos y electores. El sistema electoral es de un candidato/a por circunscripción, la constituency, palabra, concepto fundamental en la democracia británica. De modo que cada candidato/a debe, él o ella, personalmente ganarse los votos, ganarse la confianza de los electores y revalidarla con sus intervenciones y sus iniciativas parlamentarias, si quiere ser reelegido/a. Tiene que tener la oficina y el correo abiertos a esos electores, a los ciudadanos de su circunscripción, a su constituency, y debe escucharlos, conversar y discutir con ellos. Los ciudadanos británicos, sobre todo en las localidades pequeñas, saben quién es su diputado o diputada y no dudan en abordalos por la calle. Matar a una diputada en la calle es atentar contra esa relación fundamental de la democracia británica que los británicos tienen muy interiorizada.
Con cautela, porque de momento no se ha establecido una relación directa entre el asesinato y el referéndum sobre la Unión Europea, la muerte de Jo Cox ha hecho que muchos cuestionen hoy en el Reino Unido el tono de esta campaña electoral. Un tono cada día más agresivo, visceral y xenófobo. Jo Cox se había dedicado siempre con pasión a defender a los más vulnerables, primero como activista en Oxfam y este último año como diputada. Una de sus causas últimas, además de seguir en la Unión Europea, fueron los refugiados. Según testigos, quien la mató gritó algo parecido a “Gran Bretaña, primero”. No se ha establecido de momento un vínculo directo entre el asesinato y la campaña de referéndum, pero hoy crecen las voces que invocan la necesidad de erradicar el odio del debate político. Y el abogado más sobrecogedor de esa causa es el marido, perdón, el viudo y padre de los hijos de Jo Cox que ha hecho pública esta declaración. "Jo habría querido que ahora pasaran dos cosas por encima de todo: una, que nuestros hijos estén arropados con amor y la otra, que nos unamos contra el odio que la ha matado. El odio no tiene credo, ni raza, ni religión. Es venenoso".
llenadegracia dijo
Hola Anna, aprecio mucho tu mirada y siempre es un lujo poder leerte por aquí, echo de menos los días aquellos en los que escribías (y te leíamos casi a diario) desde Washington y luego un poco menos desde Londres..., no hay twitt, que supere una cuartilla.
Gracias :)