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Del "barrage" y el frente republicano contra Le Pen. Francia 2017 no es Francia 2002.

    lunes 1.may.2017    por Anna Bosch    1 Comentarios

Hace quince años por estas fechas estaba recorriendo Francia para Informe Semanal y los telediarios. "La Francia de Le Pen".  Estábamos, como ahora, entre la primera y la segunda vuelta de la elección presidencial. Y la primera había sido un electroshock, en Francia y en Europa. Contra todo pronóstico el líder del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen, padre de, había pasado a la segunda vuelta y el primer ministro socialista, Lionel Jospin, había quedado eliminado. 

2017 no es 2002.  Entonces apenas hubo debate sobre por quién votar en la segunda vuelta, y así el conservador Jacques Chirac , erosionado por el primer mandato y los casos de corrupción, pasó en catorce días de ser el presidente con peor resultado en la primera vuelta para su reelección (19,8%) al presidente más votado en la segunda, un 82% de los votos.  Un barrage (dique) anti Le Pen espectacular.  El "Frente Republicano" (que defiende los valores de la República) se movilizó de manera extraordinaria. La derecha votó a su candidato y se le unió la izquierda, que con una pinza en la nariz votó por un presidente que rechazaba dos semanas antes.  En las dos semanas de la primera  a la segunda vuelta hubo, desde la misma noche electoral,  manifestaciones de repulsa al racismo y la xenofobia de Le Pen y el Frente Nacional por toda Francia. Coreaban "Tous ensemble, tous ensemble!" (Todos juntos) y "Première, deuxième, troisième génération. Nous sommes tous des enfants d'immigrés" (Primera, segunda, tercera generación. Todos somos hijos de inmigrantes).  Otro lema fue "Votad por un corrupto, no por un fascista".  Nada parecido quince años después.

En 2017 no estoy físicamente en Francia, pero esa revolución que es internet me permite estar en contacto con mis amigos y conocidos franceses y sus charlas, debates, preocupaciones, intercambios de artículos, argumentaciones y discusiones. Y esa es la gran novedad, esta vez hay debate. Hay quien repudiando a Marine Le Pen y lo que representa no está dispuesto a votar por Emmanuel Macron. Crece el enfrentamiento entre quienes, para evitar una victoria de Marine Le Pen, llaman a votar por el joven político centrista ("socioliberal")  y quienes se muestran reticentes. Se llega al insulto, a poner amistades a prueba. Los principales argumentos de quienes se resisten a votar por Macron desde la izquierda, no solo la de Jean-Luc Mélenchon, también la de Benoît Hamon, es que ya pasaron por esto en 2002 y aquí estamos, con una ultraderecha más fuerte, y, sobre todo, que si el voto para esa derecha nacionalista y xenófoba crece es porque las políticas económicas que defiende Macron han echado a millones de electores en sus brazos y, rematan, votar por Macron hoy es seguir alimentando ese fenómeno.  Argumento al que desde el otro lado de la discusión responden: "O sea, para no tener Le Pen en 2022, ¿la tenemos ahora?"

En 2017 la pinza en la nariz para votar contra Le Pen no se la tienen que poner solo los votantes de izquierda. También en la derecha los hay reticentes a votar por Macron. Aún no han asimilado que François Fillon haya quedado eliminado. Y es comprensible, hace solo tres meses todo el mundo daba por descontado que Fillon sería presidente y ahora ni siquiera está en la final. Por la, presunta, corrupción destapada. ¿Se han quedado en el último momento sin candidato y encima tienen que votar por el heredero del socialista François Hollande? A algunos les cuesta y, en algunos casos, además, se sienten en algunas cuestiones más cerca de Marine Le Pen.

"Es la abstención lo que llevará al FN a la victoria: Con una participación por debajo del 60-65% el techo de cristal se convierte en membrana de celofán".  Escribía hace unos días el analista Aurélien Leblay en La Tribune.

No pasará. Quienes se plantean votar en blanco o abstenerse consideran que las encuestas aciertan  y que ganará Macron (le dan alrededor de 20 puntos, veinte, de ventaja) y que eso les permite el gesto de no votar por él sin arriesgarse a una presidenta Le Pen.         

2017 no es 2002. La operación de dédiabolisation de Marine Le Pen ha funcionado y ella da menos miedo que su padre. Políticamente es muchísimo más hábil.  En 2002 nadie se imaginaba que Le Pen, Jean-Marie, pudiera pasar a la segunda vuelta, ahora en 2017 todo el mundo había asumido las encuestas que pronosticaban el paso de Marine a la final, hasta el punto de que la noche del 23 de abril hubo, incluso, alivio al ver que pasaba, pero no era la más votada. Del escándalo-shock de 2002 al alivio relativo en 2017. 

En 2002 Jacques Chirac se negó a debatir con Jean-Marie Le Pen con este argumento: "No puedo aceptar la banalización de la intolerancia y el odio". Emmanuel Macron debatirá este miércoles con Marine Le Pen.   2017 no es 2002.

PD Si las encuestas fallan estrepitosamente y nos encontramos la noche del domingo 7 con presidenta Le Pen, prepárense para oír hablar del artículo 16 de la Constitución francesa.

PD 2-  En alguna ocasión que he entrado en el debate alguna amiga me ha contestado: "Gracias por interesarte tanto. Has vivido en Francia, quieres a este país y te agradezco que te sigas preocupando". Perdón, replico en esos casos, esta vez no me preocupo por vosotros, me preocupo por mí, por el resto de europeos que, al igual que el año pasado con el Brexit, vemos nuestro propio futuro en manos de otros europeos. Sin derecho a votar, apenas podemos observar y esperar.

 

Categorías: Actualidad , Internacional

Anna Bosch    1.may.2017 21:25    

1 Comentarios

,, ..... en cierta forma Francia siempre ha sido el estandarte europeo de las libertades ( ... igualdades y fraternidades ) y siempre ha servido de termómetro político europeo, ...al tiempo que de contrapeso a cuando han existido o coincidido un solo extremo político en la mayoría de Europa ( ...¡ no voy a decir toda !).

Por eso las elecciones de este país son tan importantes y decisivas para nuestro continente. No es solo que los franceses no debieran votar y arrimarse a los populismos europeos, pues ellos deberían de ser el grito " en contra " para de esta manera servir de vigía europeo al acecho y expectante ante lo que pudiera pasar con este populismo generalizado en el que cada día que pasa nos engulle mas y mas a todos .
No solo no deberían acercarse a estos sino que deberían ( ... con mas razón), mostrar rechazo a las políticas ultras de Le pen.(...desde un particular punto de vista ).
Los franceses deberán afinar bien si no desean que el sueño europeo se vaya a freír puñetas. En cierta manera, es lo que en estos momentos tienen entre manos: la vida, recorrido y existencia de Europa y sus ciudadanos.
Con la entrada de Le pen en el Elíseo , el nacimiento de un Francexit esta mas que asegurado. Y esto si sucede traería de manera mas que probable un contagio con efecto domino por toda Europa.

PD. Solo dejar constancia que este comentario fue realizado un día después de que se colocara el post . Ayer pude observar que las coincidencias en algunos de los elementos redactados y utilizados para elaborar la noticia por los medios informativos de esta casa eran increíblemente coincidentes y semejantes a lo que aquí pueden Vds. leer.
Quede claro que todo es mera coincidencia. Gracias por permitirme la aclaración.
Un saludo.

domingo 7 may 2017, 09:09

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Anna Bosch

Bio A propósito de...

Anna Bosch lleva más de 20 años cubriendo información internacional. Ha sido corresponsal de TVE en Moscú, Washington y Londres. En la actualidad es redactora en el área de internacional.
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