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La frontera del Brexit

    lunes 1.abr.2019    por Anna Bosch    0 Comentarios

¿Han visto el reportaje de En Portada  "La frontera del Brexit"? ¿No lo han visto? 

Sin miedo a caer en el autobombo gratuito se lo recomiendo, si les interesa la cuestión (las posibles consecuencias de la salida del Reino Unido de la Unión Europea) y, muy especialmente, si les interesa Irlanda del Norte o Irlanda, en general.

A lo largo de esta road movie por los 500 Km de frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, yo no hacía más que decir a nuestros interlocutores en el programa que tenía la impresión de que cuando los británicos, sobre todo los ingleses, que son más del 80% de la población y del electorado, votaron salir de la Unión Europea se olvidaron de que tenían una frontera terrestre con la UE, y de que era una frontera muy compleja y traumática. "Ni siquiera se olvidaron, nunca nos tuvieron en cuenta, no estábamos en su cabeza" me contestó John Sheridan, un ganadero norirlandés anti-Brexit. Es un sentir general que hemos encontrado y la declaración con la que arranca nuestro reportaje.

Un reportaje donde hemos huido de los políticos y buscado las preocupaciones, la angustia, de la gente corriente. 

Si no lo vieron y les apetece, pueden recuperarlo en: http://www.rtve.es/alacarta/videos/en-portada/portada-frontera-del-brexit/5101501/

Y también, con calidad HD, en Youtube:

 

 

Un anticipo:

El referéndum del Brexit ha dividido y polarizado la sociedad británica, y en ningún lugar del Reino Unido esa división es tan traumática como en Irlanda del Norte.  Porque es una sociedad donde la división está marcada con sangre y apenas lleva veinte años de pacificación. Y por eso es ahí donde el Brexit ha encallado a última hora.  Como dice William  Hanbury-Tenison  en nuestro reportaje, la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda es una cicatriz en sus cerebros que tardará muchísimos años en cerrarse.

Kate Nash tiene esa cicatriz aún muy abierta. Es católica. Su hermano William fue una de las personas que mató el ejército británico en el conocido como Domingo Sangriento en Derry/Londonderry. Tenía 19 años y costó 38 años que un informe hiciera oficial que él y los otros 13 muertos iban desarmados. Han pasado 47 años y solo hace dos semanas que la Fiscalía de Irlanda del Norte ha anunciado el primer juicio por aquella matanza: un soldado. A Kate le parece insuficiente.  

Derry/Londonderry, la ciudad de los dos nombres. Otra división: Derry, para los católicos; Londonderry, para los protestantes. Una ciudad fronteriza de mayoría católica, donde la pertenencia a la Unión Europea sacó el porcentaje más alto: 78,3%. Es la segunda ciudad de Irlanda del Norte, pero no ha experimentado ni de lejos la transformación de Belfast, y sus habitantes están convencidos de que la falta de grandes inversiones es una nueva forma de discriminación contra los católicos.

La herida de los nombres tampoco ha cicatrizado.  Ni siquiera hay acuerdo en cómo llamar a esa parte de la isla. El nombre oficial es Irlanda del Norte, pero los católicos se resisten a llamarla así porque significa aceptar la partición que impuso el gobierno británico.

La división es física y muy concreta para muchos.

Eamon Fitzpatrick abrió una de sus gasolineras en una parcela que tiene en la frontera. Se atrevió a dar el paso con los acuerdos de paz de 1998, uno de cuyos fundamentos es que no vuelva a haber frontera dentro de Irlanda.  Tiene los surtidores de gasolina en la República de Irlanda y la caja, a unos cincuenta metros, en el Reino Unido. ¿Qué pasará si el Reino Unido, y con él Irlanda del Norte, sale del mercado único y empiezan a gravar sus mercancías con aranceles y vuelven los controles fronterizos?

Tom Conlon es ganadero y la frontera, hoy invisible, parte sus tierras en dos. Teme que con el Brexit la parte del norte pierda las subvenciones de la UE.   

Más dramático es el caso de pacientes como Lizzie Doherty. Vive en el condado de Donegal, en la República de Irlanda, y se está recuperando de un cáncer gracias a que la unidad de radioterapia la tiene en el otro lado, en el Reino Unido. Si el Brexit acabara a la larga con esa cooperación o impusiera controles fronterizos la situación se complicaría para ella y otros pacientes. Porque la unidad de radioterapia más cercana en la República de Irlanda está a unas 5 horas de carretera. La de Derry/Londonderry está a solo media hora.  

Lizzie, Kate, Tom, Eamonn y William son algunos de los casos reales que exponen sus angustias concretas a lo largo de esa frontera que hoy, y gracias a los acuerdos de paz, es invisible.  La frontera del Brexit es el límite del Brexit.

Anna Bosch    1.abr.2019 15:30    

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Anna Bosch

Bio A propósito de...

Anna Bosch lleva más de 20 años cubriendo información internacional. Ha sido corresponsal de TVE en Moscú, Washington y Londres. En la actualidad es redactora en el área de internacional.
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