El amor es un teatro lleno
Recuerdo cuando pronunció algo parecido Asier Etxeandía nada más recibir un Premio Max por su trabajo en La avería y lo cierto es que entra un gustirrinín especial cuando veo con mis propios ojos un aforo con todas las localidades ocupadas: es el placer de encontrar un teatro repleto de fieles, aunque lo sean solo por un rato.
Esta semana hablamos de ello en La sala al hilo de colgar el cartel de “no hay localidades”, no para una función o dos, sino para todas las representaciones de Hamlet en el Teatro de la Comedia, en Madrid y, además, ¡a tres semanas antes de su estreno! Sobre esto también coincidían durante la presentación a la prens...