Café Interior Bruto
Las comparaciones son odiosas...Eso deberían ir aprendiéndolo ya los políticos, pero en fin, otra de las muchas cosas que tienen que aprender.
Ayer, el autor del símil fue el Ministro de Industria, Miguel Sebastián, que minimizó el efecto en las economías familiares de la subida del 9'8% de la luz, argumentando que supondrá "poco más de un café". Explica Sebastián que este 9'8% equivaldrá aproximadamente a 3'5 euros de media por hogar, y teniendo en cuenta que en un hogar viven normalmente dos personas o más, la subida será poco más de 1'7 euros al mes por persona. Acrobacias retóricas aparte...¡Qué pesados con los cafés! Parece mentira que no se acuerde ya del famoso café de Zapatero...Si tanto se mide la economía de un país por la capacidad de consumo de café de sus habitantes, hagámoslo en serio y sustituyamos el PIB, producto interior bruto, por el CIB, café interior bruto. Por ejemplo, el aumento del salario mínimo interprofesional del 1.3% será aproximadamente de 5'8 cafés, lo que garantizará que todo trabajador de nuestro país se pueda tomar 530 cafés al mes. Algo peor de los nervios podría acabar Cristiano Ronaldo, el futbolistas mejor pagado del mundo, que se puede meter entre pecho y espalda 833.402 cafés al mes...Si se los toma todos, no me extreña que corra la banda de esa forma.
Y siguiendo así, el rescate a Irlanda ha sido de 70.833 millones de cafés al mes, el Gobierno pretende ahorrarse en café 12.500 millones para el año que viene, las hipotecas subirán en el 2011 una medida de 166 cafés al año, y con el 1% de los cafés que los Gobiernos han inyectado a la Banca, se habría eliminado las ganas de café de los países pobres...
¿Se entiende? Yo creo que no demasiado...Porque, por ejemplo, con "las ganas de café de los países pobres" me refería al hambre del mundo, y "el café" que sube la luz a partir de Enero, puede suponer para las personas desde una insignificante moneda en el bolsillo, hasta la posibilidad de pasar un poco menos de hambre ese día...
Deberían los señores políticos dejar de comparar la velocidad con el tocino, (o el café con la luz, que es muy parecido) para ponerse a...la verdad que no sé a qué, por lo menos a no incordiar más.