Carne viva y feliz
miércoles 29.oct.2014 por Arantxa Vela Buendía 0 Comentarios
A veces el teatro es una fiesta. Ya he ido a ver “Carne viva” en la madrileña Pensión de las pulgas en dos ocasiones y he salido feliz en ambas. Los actores tienen mucha culpa de mi alegría porque una de las cosas que me hace disfrutar cuando voy al teatro es notar que ellos se lo están pasando bien haciendo la función.
“Carne viva” es una especie de guiño, cuenta todo el tiempo con la complicidad del espectador. Los personajes manejan lugares comunes, recetas pseudomísticas, fórmulas para salir de la angustia, para provocar la risa, para amar y ser amado, para llegar a fin de mes o librarse de una obsesión… en fin, esas tareas que nos ocupan todo el día y toda la noche.
No quiero destripar la obra porque todos los que vayáis a verla os merecéis disfrutar de sus sorpresas. Sólo diré que “Carne viva” me parece una celebración. Celebra la humanidad con sus anhelos y taras, con sus mentiras e ingenio, celebra que hacemos lo que podemos, celebra que tenemos defectos y que si no fuera por ellos, con qué íbamos a contar para sacarle jugo a la vida.