OFFF Atelier: un nuevo concepto de escuela multimedia
Hace unas cuantas semanas tuve la ocasión de pasar un rato en el taller oficina del Atelier OFFF en Barcelona. Allí, después de asistir a una distendida clase magistral con el realizador Rob Chiu, pude hacerle algunas preguntas a Aimeé Campos, directora creativa del Atelier.
El Atelier es un proyecto educativo singular, una de esas escuelas de nuevo formato más enfocadas en lo práctico, en el que todo está articulado para dar rienda suelta a la creatividad. Cada año acoge apenas una docena de jóvenes talentos multimedia que trabajan durante un año en proyectos nacidos de sus propias inquietudes y bajo la supervisión de profesionales consagrados del ámbito audiovisual y multimedia.
¿De dónde surgió la idea del OFFF Atelier?
La idea del Atelier surge de la experiencia acumulada durante once años en la producción del festival OFFF (cuya próxima edición tendrá lugar el 9, 10 y 11 en Barcelona) y sobre todo de la colaboración que iniciamos hace ya hace cinco años con varias universidades en distintos másters y licenciaturas etc. De ahí salió la idea de que los alumnos trabajaran en proyectos reales y de que pudieran presentarlos dentro del ámbito del Festival OFFF.
El año pasado tuvimos el primer programa piloto y resultó todo un éxito. Los alumnos produjeron un libro, una pieza de vídeo y toda la campaña gráfica del festival. Los chavales tuvieron ocasión de comenzar sus carreras profesionales a partir de una plataforma internacional bastante importante.
¿Cuánta gente aceptáis en el OFFF Atelier y qué perfil tienen?
Nuestra idea es trabajar con grupos pequeños de no más de doce personas. El perfil es tanto recién graduados de Diseño, Vídeo, Multimedia, como personas con alguna experiencia, porque aquí trabajamos con un formato de agencia, en el que las tutorías y clases magistrales se dan a partir de los proyectos en el que los alumnos están trabajando, lo que requiere experiencia previa en el manejo de ciertas técnicas. Los grupos que se crean son muy diversos.
¿Cuáles fueron los resultados de la primera edición?
La publicación de un libro publicado por Index Book para conmemorar el décimo aniversario del festival. Fue un libro dibujado a mano por los alumnos que ha sido muy bien acogido por la crítica internacional en Diseño y que se ha vendido bastante bien. En el libro se incluye la película que los alumnos hicieron también con motivo de la décima edición del OFFF. Ahora los chavales, que han constituido su propio estudio, empiezan a realizar proyectos fuera del amparo del OFFF, como una empresa joven que acaba de nacer.
¿Cuál son las líneas de creación audiovisual que más te interesan?
Al margen de mis preferencias personales, el espíritu del Atelier es el de que los alumnos encuentren la libertad suficiente para dar salida a sus inquietudes personales. El Atelier se encarga de proporcionarles las personas o tutores que les ayuden en estas tareas. Por ejemplo, el año pasado no había inquietudes en 3D, mientras que este año sí que hay mucho interés en este tema. Y, simultáneamente, este año los alumnos exploran un lenguaje mucho más cinematográfico en la creación de sus obras. No es por tanto algo que dependa tanto del OFFF como de los propios alumnos.
¿En qué crees que os diferenciáis de otros centros educativos?
Nosotros lo enfocamos como una especie de complemento, le damos al alumno la posibilidad de explorar unas inquietudes personales a las que no ha conseguido dar forma en otros ámbitos escolares más tradicionales. De alguna forma nos inspiramos en la propia filosofía del OFFF, que ofrece a los artistas la posibilidad de mostrar dentro del festival sus trabajos más experimentales y más alejados del ámbito comercial. Es un formato escuela más cercano al taller que a una escuela tradicional.
¿Cuáles son las líneas de creación que más destacan actualmente?
Yo creo que la tendencia en este último año tiene que ver más con el trabajo de Rob Chiu, que sale del motion Graphics (tipografía, 3 D) pero que de pronto se encuentra de frente con un ámbito más puro que tiene que ver con el cine. Lo otro no dejan de ser técnicas que se utilizan a favor de este lenguaje. La tendencia es hacia la narrativa cinematográfica.
¿Cuál es el estado de la creación audiovisual en España?
Yo creo que es bastante positivo, se hacen más cosas de las que se promocionan o publicitan. Una de las razones para que el OFF volviera este año a Barcelona es que aquí están ocurriendo cosas muy interesantes. El público español es más crítico con los proyectos españoles que con lo que viene de fuera pero creo que aquí la creación audiovisual está en un buen momento.
¿A qué artista no deberíamos perder de vista?
Uno que me gusta mucho y que se aleja por ejemplo de la narrativa de Rob es el canadiense Julien Vallée. Es joven y sin embargo en los dos últimos años la calidad y complejidad de su trabajo ha ido evolucionando, creo que nos dará muchas sorpresas.
¿Qué podemos esperar de la nueva edición del OFFF?
Éste es el año en el que habrá más artistas invitado, alrededor de 80. Habrá muchas sorpresas, con diferentes escenarios simultáneos, una gran zona expositiva, etc. Estamos trabajando para que todo el mundo pueda interaccionar y relacionarse de una forma más fluida.