4 posts de junio 2010

A flor de piel

Como mi declaración de intenciones se aproxima bastante a la de Miguel (salvando el aspecto práctico de hacer pequeños experimentos en el propio blog, algo que les dejo a él y a Rodrigo, que tienen mucho más talento que yo), he decidido ahorrárosla en mi primer post e ir directamente al grano, hablando de algunos de los proyectos (no quiero llamarlos vídeos, porque algunos no lo son) que me han llamado la atención en los últimos días. Los tres son podríamos llamarlos aproximaciones intimistas a temas bastantes universales, sobre todo los dos primeros, que abordan la relación padre-hijo y la pérdida del ser querido. El tercero es un vídeo de The New York Times (mi medio preferido por la simplicidad de la que hacen gala en casi todos sus proyectos interactivos) que también toca tangencialmente los otros dos y que explora una anomalía genética en un pueblo de Colombia que está siendo estudiada para entender mejor los mecanismos desencadenantes del Alzheimer.

Philip Toledano: Days with my father

Es una fotogalería pero, qué queréis que os diga, las imágenes del deterioro del padre de Philip (que por aquellos tiempos se aproximaba al centenar de años) tomadas por su propio hijo, unido a unos textos en los que se describe muy bien esa especie de constante navegar entre la tristeza que da ver apagarse a un padre y la rabia del que ya no tiene fuerzas para soportar la carga de luchar día a día con un adulto al que se le escapa poco a poco la razón me llega profundamente al tuétano.

Maisie Crow: A life alone

Obra de una joven estadounidense, e híbrido entre vídeo y audioslideshow, es una visión devastadora de la insondable tristeza que puede llegar a causar la muerte del ser querido. Es un documento extraordinariamente conmovedor, narrado con voz temblorosa por un granjero anónimo que estuvo casado con su mujer durante ¡63 años! y que ahora no sabe ni puede ni quiere seguir viviendo sin ella. La combinación de las fotografías (esos objetos cotidianos que atestigüan el paso de alguien por la vida) y el relato de la asfixiante soledad de la que el protagonista no puede librarse (pese a su honesto y valiente intento de sacar fuerzas de flaqueza de donde no las hay) es un puñetazo en el estómago que hay que ver cuando uno se sienta con ánimo. En cualquier caso, y esto para mí es un leitmotiv sobre el que volveré una y otra vez, es una muestra de que las mejores historias se encuentran siempre muy cerca de uno, y de que ante el acongojante crujido del pañuelo al secar las lágrimas del anciano no hay tecnología ni innovación que valga...

Todd Heisler: Alzheimer en Colombia

Otro relato desgarrador, en este caso el de una familia de Yarumal, Colombia, que sufre de una mutación genética que provoca Alzheimer precoz en algunos de sus miembros y que provoca situaciones como que sean los progenitores quienes cuidan de sus vástagos ya adultos y no al revés. En fin, el reportaje que a mí me gustaría ver en una televisión en por ejemplo el Día del Alzheimer, en lugar de los totales habituales de turno tomados en un centro de mayores.

(Entono el mea culpa por evocar aquí tanta tristeza en mi primer post...)

No apto para gente innovadora

Si eres una persona innovadora no leas el siguiente mensaje.

Quizá eres una de esas personas que tienen una carpeta en el escritorio de tu ordenador que se llama “Formatos”. Y otra que se llama “Ideas”. No sigas leyendo.

Tus amigos están hasta el gorro de que les cuentes ideas y les pases biblias a medio hacer ¿Verdad? Si es así, aún estás a tiempo. No continúes con el post.

¿Vas a conferencias donde no dejan de hablar de la segmentación de la audiencia en la televisión? Crees que la TDT e Internet van a cambiar las cosas y pronto o tarde se va a optar por contenido innovador en nuestra tele nacional. Entonces, de verdad, para de leer. No quieres saberlo.

¿Piensas que programas arriesgados que vivan entre la televisión e Internet se tienen que estar haciendo ya? Democratización de los medios, madurez del usuario, participación en la web… Alguien ya se está encargando, seguro ¿no?

Entonces no quieres saber que ayer en Antena3 los programas “Vídeos vídeos” e “Impacto TV” consiguieron un shared casi igual a su apuesta de prime time.

Estamos hablando de programas de “videoaficionados” de los 90. Con hombreras, fechas y TC´s superpuestos en las imágenes y efectos de sonido cómicos. Estamos hablando de videoaficionados de los 90 en la época de Youtube, donde se cuelgan miles de horas de vídeo cada día.

Hay días en los que todo se hace más cuesta arriba ¿Verdad? No digáis que no os lo advertí.

Webseries Festival

Webseries Festival ha llegado a su fin. Como siempre suele ocurrir cuando un certamen de este tipo da a conocer su palmarés nadie está contento. La polvareda que se levanta, los juramentos, los gritos de “tongo” y los “no digo que el mío sea mejor, pero ¿éste?” han llenado estados, twitteos y blogs. En menor medida que el Notodofilmfest , pero nada mal para un certamen con sólo un año a sus espaldas.

Vaya por delante una ovación tanto para el certamen como para los participantes. El certamen ha arriesgado en una época en la que asumir riesgos no está de moda y los participantes han sacado adelante un piloto por sus propios medios, sean cuales éstos sean. Cualquier persona que haya pasado por lo mismo sabe lo doloroso que puede llegar a ser la experiencia.

Pero ahora, después de ser políticamente correctísimos, hagamos un ejercicio de abstracción. Imaginemos que el certamen no se llama Webseries festival, sólo se llama Series Festival. Podemos imaginar también que ni el miedo de las cadenas, ni el clasicismo de los programadores ni la búsqueda del target de abuela+niño han podido evitar que Nikodemo Tv se alíe con una TDT para hacer el festival. Y que no buscan series web, buscan series pequeñas para tapar de forma recurrente huecos en la siempre inestable programación de la televisión digital terrestre. Formatos de unos minutillos, diferentes y arriesgados ¿Algo habría cambiado? No.

Desde el principio el certamen se quedó corto. No pedían series web, pedían series que, da la casualidad, se iban a emitir por Internet, pero en ningún momento eso afectaba a los formatos. Internet para el certamen sólo era una ventana de distribución. Los creadores no podían arriesgarse con interactividad, participación, redes sociales, o los mil y un recursos que ofrece colgar un vídeo en la red. Cuando llegó la era digital muchos certámenes de cortometrajes aupados por la democratización de los medios decidieron sesgar las posibilidades de los realizadores para así poner en jaque su creatividad: tu corto no podía durar más de cinco segundos, lo tenías que hacer en un pueblo concreto, tenía que aparecer una calabaza gigante o el siempre recurrido “cortometraje grabado con un móvil”. La aceptación de la tecnología y la superación de ésta dio como resultado el suprimir algunas de sus ventajas para ver qué tenían que decir los cortometrajistas. En este caso la supresión de las ventajas del medio se ha dado por falta de ver más allá, de querer innovar de verdad y no ha espoleado la creatividad, la ha ablandado.

Y no, no es casualidad que toque justo este tema hoy .

Dicho esto… Doctor Beirut y Ruta 66 deberían haber estado más arriba ¡TONGO!

La lista de la compra 2.0

Empezar a escribir en un blog es como empezar una relación de pareja. Te tiene que apetecer de verdad, tienes que estar motivado por el compromiso que acabas de adquirir. Si ya desde el principio dudas, mal vamos. Además, como cuando empiezas una relación, sabes que ese compromiso va a ser tentado pronto o tarde y que es ahí cuando de verdad las cosas se ponen difíciles. Creedme, sé de lo que hablo, llevo tres blogs difuntos a mis espaldas.

Para evitar esos momentos de tentación y como no quiero empezar a arrastrar por todos lados la pregunta “¿Qué leches escribo en el blog?”, he pensado que mi primer post podría ser una lista de las cosas de las que quiero hablar y porqué quiero hablar de ellas. Una especie de lista de la compra del blog, una lista de la compra 2.0. Así, en esos días en los que el blanco de la página en blanco sea más blanco, con darle a “scroll” podré, de un vistazo, recordar qué es lo que me motivaba de esta idea y qué es lo que trato de evitar.

- Lo que tengo muy claro es que quiero grabar… cosas. Cosas, no sé, formatos diferentes, rápidos y fáciles, que den juego al blog y que nos dejen experimentar con el vídeo. Ya sabéis… cosas.

- No quiero escribir de modas en Internet ni de vídeos que ya lo hayan petado con dos semanas de retraso. Para eso la gente va a ver su página de noticias de Facebook. Me parece mucho más interesante el porqué hay vídeos y canales geniales, divertidos, brutales y adictivos que apenas llegan a los 300 visionados que enlazar otro remix del “Trololo”.

- Quiero hablar de la gente que hace cosas diferentes sin dejar de ofrecer un contenido decente y de paso, si puedo, hacerlo de una forma diferente.

- Miguel dice: quiero hablar del vídeo en las redes sociales.

- No quiero usar nunca la expresión: “red de redes”. Los años 2000 están a punto de pasar y hay cosas que no deberíamos llevarnos a la próxima década.

- No meterme mucho con las series web patrias, quiero que me sigan hablando en las fiestas.

- ¿No hay ya suficientes blogs que traducen cada mañana sus “RSS”? Pues eso.

- Tomarme lo suficientemente en serio.

- Quiero conseguir más “followers” en Twitter.

Creo que eso es todo. Por ahora.

Buffering


Buffering es un blog sobre innovacion audiovisual escrito por Rodrigo Simón, Ignacio Gómez y Miguel Campos.
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