A flor de piel
Como mi declaración de intenciones se aproxima bastante a la de Miguel (salvando el aspecto práctico de hacer pequeños experimentos en el propio blog, algo que les dejo a él y a Rodrigo, que tienen mucho más talento que yo), he decidido ahorrárosla en mi primer post e ir directamente al grano, hablando de algunos de los proyectos (no quiero llamarlos vídeos, porque algunos no lo son) que me han llamado la atención en los últimos días. Los tres son podríamos llamarlos aproximaciones intimistas a temas bastantes universales, sobre todo los dos primeros, que abordan la relación padre-hijo y la pérdida del ser querido. El tercero es un vídeo de The New York Times (mi medio preferido por la simplicidad de la que hacen gala en casi todos sus proyectos interactivos) que también toca tangencialmente los otros dos y que explora una anomalía genética en un pueblo de Colombia que está siendo estudiada para entender mejor los mecanismos desencadenantes del Alzheimer.
Philip Toledano: Days with my father
Es una fotogalería pero, qué queréis que os diga, las imágenes del deterioro del padre de Philip (que por aquellos tiempos se aproximaba al centenar de años) tomadas por su propio hijo, unido a unos textos en los que se describe muy bien esa especie de constante navegar entre la tristeza que da ver apagarse a un padre y la rabia del que ya no tiene fuerzas para soportar la carga de luchar día a día con un adulto al que se le escapa poco a poco la razón me llega profundamente al tuétano.
Maisie Crow: A life alone
Obra de una joven estadounidense, e híbrido entre vídeo y audioslideshow, es una visión devastadora de la insondable tristeza que puede llegar a causar la muerte del ser querido. Es un documento extraordinariamente conmovedor, narrado con voz temblorosa por un granjero anónimo que estuvo casado con su mujer durante ¡63 años! y que ahora no sabe ni puede ni quiere seguir viviendo sin ella. La combinación de las fotografías (esos objetos cotidianos que atestigüan el paso de alguien por la vida) y el relato de la asfixiante soledad de la que el protagonista no puede librarse (pese a su honesto y valiente intento de sacar fuerzas de flaqueza de donde no las hay) es un puñetazo en el estómago que hay que ver cuando uno se sienta con ánimo. En cualquier caso, y esto para mí es un leitmotiv sobre el que volveré una y otra vez, es una muestra de que las mejores historias se encuentran siempre muy cerca de uno, y de que ante el acongojante crujido del pañuelo al secar las lágrimas del anciano no hay tecnología ni innovación que valga...
Todd Heisler: Alzheimer en Colombia
Otro relato desgarrador, en este caso el de una familia de Yarumal, Colombia, que sufre de una mutación genética que provoca Alzheimer precoz en algunos de sus miembros y que provoca situaciones como que sean los progenitores quienes cuidan de sus vástagos ya adultos y no al revés. En fin, el reportaje que a mí me gustaría ver en una televisión en por ejemplo el Día del Alzheimer, en lugar de los totales habituales de turno tomados en un centro de mayores.
(Entono el mea culpa por evocar aquí tanta tristeza en mi primer post...)