¿La última frontera del tango?
«Tengo una ilusión: que mi obra se escuche en el 2020. Y en el 3000 también. A veces estoy seguro, porque la música que hago es diferente. En 1955 empezó a morir una forma de ejecutar el tango para que naciera otra. Y en la nueva partida de nacimiento está mi Octeto Buenos Aires». Con estas palabras de Astor Piazzolla, el artista más criticado, querido, admirado y odiado también de la historia del tango moderno, vamos a comenzar nuestro programa del próximo domingo. Un café del sur especial para descubrir la evolución musical del tango a partir de finales de los años ‘50, con sus frecuentes incursiones y fusiones con el mundo del jazz. «Maestro, ahora que se terminó el concierto, ¿por qué no se toca un tango?»... Durante años esta ha sido una de las muchas y reiteradas persecuciones sufridas por Piazzolla al final de sus conciertos. Escuchando sus discos publicados en Nueva York al final de su carrera – Tango: Zero hour (1986), The Rough dancer and the cyclical night (1987), La camorra (1989) Five tango sensations (1991)– descubriremos los logros, pero también las paradojas, de músicos y compositores que a partir de la segunda mitad del Novecientos intentaron lanzar al tango más allá de todo límite.