Mensaje del Rey a las Acampadas
El rey está con el movimiento 15M, el rey está con los acampados, el rey ha tomado la plaza. En efecto. Consciente de su papel de representante del sentir de los ciudadanos, como demuestra cada Navidad, nuestro campechano monarca ha decidido apoyar las reivindicaciones del pueblo llano y por eso, la semana pasada, tomó la plaza. La plaza de toros. Bien, vale, no es lo mismo pero no es lo que parece: ésta ha sido la manera de enviar un mensaje de apoyo a los ciudadanos que se sienten toreados. Es un mensaje sutil y en clave para evitar las suspicacias de los políticos y banqueros, pero un mensaje claro si sabemos interpretarlo. Y nosotros, que somos ciudadanos inteligentes que sabemos leer entre líneas, hemos leído perfectamente el doble sentido del mensaje del rey.
Me explico. El rey tomó la plaza de las Ventas porque el coso madrileño está lleno de referencias ocultas a la otra plaza de Madrid que ha sido origen de las propuestas: la Puerta del Sol. En primer lugar las Ventas también tiene una puerta (incluso varias) y es conocida por el nombre de una de esas puertas, que es muy grande, tanto como para que entre el sol.
En segundo lugar, miles de personas se dan cita en las Ventas, igual que en la Puerta del Sol, muchas veces para abuchear a los que no saben torean, igual que en Sol y otras plazas se abuchea a los políticos que no saben torear la crisis ni coger el toro por los cuernos pero sí torearnos.
En tercer lugar, no es casual que el rey eligiera la plaza de las Ventas para ir a los toros y no otro coso taurino porque precisamente las ventas de derechos democráticos al sistema financiero es una de las protestas fundamentales de la ciudadanía. De esta forma, el rey está diciendo: "sé que las ventas de vuestros derechos es una de vuestras críticas y por eso he ido a las Ventas". Y aún hay más: esta plaza es conocida tener un elevado número de indignados en sus tendidos. ¿Hacen falta más señales? Pues las hay.
El rey hizo en la plaza esta declaración que refuerza nuestra teoría: “Aunque yo ya estoy mayor, siempre apoyaré la fiesta” . No es que al rey le vaya la marcha, que también, o que esté a favor de la ruta del bakalao, que a lo mejor, pero no era eso lo que quería transmitir sino esto otro: aunque ya se siente mayor para ir de acampadas, está a favor de la fiesta de la democracia que está teniendo lugar en las plazas desde hace semanas. Si no fuera éste el sentido de la frase, no habría sido necesario decir que estaba mayor porque para ir a los toros nunca se es demasiado viejo. No hay más que recordar a la madre del rey que a los 90 y tantos años no se perdía una corrida… De toros, se entiende (para las otras no tenía ya edad). Es evidente, pues, que el rey se refería a otra fiesta, la de los acampados para la que es cierto que ya no tiene edad.
Está claro, el rey no es ajeno a lo que pasa en la calle aunque jamás pase por ella y está al tanto de lo que piensan sus compatriotas aunque jamás hable con ellos. Y como su representante en la Tierra que es, no ha podido ni querido quedarse al margen y marcharse a los toros como quien no quiere la cosa. No, ha ido a los toros pero no a divertirse viendo maltrato de animales sino a mostrar su apoyo simbólico a sus súbditos maltratados y toreados. Pero como no podía ir a la Puerta del Sol sin levantar críticas fue a otra plaza que también es conocida por su puerta, una plaza cuyo nombre hace referencia al sistema financiero y una plaza que está llena de indignados. El rey quiere “democracia real ya”. Es lógico, él es el principal interesado en que la democracia sea real y no republicana.
Con el apoyo del rey, ya podemos decir que la democracia es “real”. Ahora sólo falta conseguir que sea “democracia”. Y que sea “ya”. Pero para eso vamos a necesitar algo más que el apoyo de un señor que va a los toros.
Más que al rey, necesitamos gente con el espíritu, el entusiasmo y la energía de Albert Casals, el trotamundos que hoy nos visita y un tío excepcional. Con 8 años tuvo una leucemia que le dejó en silla de ruedas pero eso no le ha impedido viajar por todo el mundo desde que tiene 16 años. En los últimos cuatro ha recorrido medio mundo con su silla, SOLO, SIN DINERO Y HACIENDO AUTOSTOP. En su libro "Sense Fronteres" explica cómo hacerlo y un puñado de asombrosas y emocionantes aventuras que ha vivido en sus viajes: cómo fue rescatado por unos traficantes cuando estaba a punto de morir ahogado, cómo cruzó una selva llena de murciélagos gigantes o aquella vez en la que le tomaron por la reencarnación de un monje.
Albert nunca ve límites para hacer lo que realmente le gusta: viajar. Ante lo que la mayoría dice "no se puede", él responde "y por qué no" y lo hace. Ejemplos como el suyo son los que te hacen darte cuenta de que muchas veces nos quejamos en balde y no hacemos las cosas porque no nos atrevemos, no porque no podamos hacerlas. Por eso, hoy te preguntamos: ¿QUÉ SUEÑO TE GUSTARÍA CUMPLIR Y TODAVÍA NO LO HAS HECHO? ¿QUÉ TE LO IMPIDE?