Basta ya
Triste y cabreado. Harto a ratos. Otros, con ganas de montar una revuelta, de liarme a pedradas, de devolver las cartas del banco con lo que devuelva mi estómago, de hacer una pintada en el parlamento que diga “romanos, marchaos a casa”, de meterle el dedo en el ojo a un presidente de gobierno, de multinacional, de financiera. Piratas. Ahora, con la idea reconfortante de bajarle los pantalones en mitad de la calle, al que le ha hecho un agujero más a nuestro cinturón. Así veremos que no tiene vergüenzas. En este momento, saboreo la palabra “sinvergüenza” entre mis labios y tengo tantos nombres a los que dedicársela que la escupo antes de que se me amargue en la boca: sinvergüenzas. Respiro el aire que ensucian las declaraciones de mandatarios que sólo saben mandar callar, cargos electos que cargan más que un piquete policial y que envían cargas policiales para descargar sobre otros hombros el peso de su responsabilidad, responsables que no se han ganado la dignidad de tal nombre. Respiro y todo tiene un tufo repelente a mentira, a basura, a paños calientes, a palabras manoseadas que huelen a falta de verdad, a sudor de carroñeros. Y no me queda otra que toser, toser encima, toserles saliva verdosa en sus blancas pecheras que hinchan como palomos con un aire de suficiencia que se desinfla cada vez que abren la boca. Hay una halitosis de palabras que no se puede aguantar.
Harto y triste, asqueado. Alguien a quien conozco y aprecio perdió el trabajo ayer. Alguien a quien tú conoces y aprecias, lo perdió ayer o antes de ayer o lo perderá hoy o mañana. Desde que se aprobó la reforma laboral no dejo de recibir noticias de gente a la que echan del trabajo. La reforma laboral está dando unos resultados de miedo. De echarse a temblar. Les ha faltado tiempo a algunos empresarios para aprovecharse de lo barato que sale ahora despedir. A menos de la mitad de precio les sale: una ganga. Esta reforma va a incentivar la contratación, el empresario corre menos riesgos, explican, eso le animará a dar empleo. Se cuidan mucho de decir que lo contrario también es cierto: tampoco hay riesgos en despedir. Eso le animará a deshacerse de los trabajadores que más cuestan. Que soporte ese peso la seguridad social, pensarán, que lo soporten los demás, que ya mal contrataré yo a alguien, alguien a quien pueda echar por cuatro perras. Perros.
Más de 5 millones de personas están sin trabajo en este país y la solución no es proteger a los que aún lo conservan. No, la solución pasa siempre por proteger al que tiene mucho. A ése no se le aprieta el cinturón porque le estallaría el vientre hinchado. A ése ni tocarlo, que no deje de ganar. Si no gana, no invierten, dicen, y si no invierte a todos nos irá mal. Ya les va muy mal a muchos con ese cuento que no por mucho repetirse se hace verdad. A ése ni se os ocurra meterle la mano fiscal que se va. Que se vayan, mejor que se vayan los que no quieren contribuir que no que se vayan los que querrían quedarse a trabajar. A éstos, a éstos sí que se les aprieta. Las tuercas. Diecisiete millones de españoles cobrarán menos este mes que termina por la subida de impuestos. Al mismo tiempo, los bancos recibirán hoy del banco central europeo una inyección de liquidez a un interés irrisorio que utilizarán para comprar deuda de los países a un interés mucho más alto con lo que harán un negocio redondo.
La rueda sigue avanzando. Y veo columnas vertebrales doblarse bajo su peso. Se oye el crujido de los huesos. Duele. Harto, triste, dolorido, asqueado. Basta ya. A qué esperamos. Somos capaces de aguantar esto y mucho más. Pero aguantar se hace inaguantable. No aguantemos, resistamos. Opongamos resistencia. Hay una halitosis de mentiras que no se puede aguantar. Respira. Toma aire. Toma el aire de la calle. Basta ya. Estalla.
Llamando a la gente, llamando a ciudades, llamadas de auxilio como la que lanzó desde Libia el periodista, Alberto Arce. Un grito que acaba de publicar en forma de libro: "Misrata Calling". Él aprovechó la imdemnización por un despido para marchar a Libia y contar desde allí la barbarie de la guerra, vió una oportunidad dónde otros verían un fracaso. ¿QUÉ PROYECTO EMPRENDERÍAS TÚ SI TUVIERAS ESA OPORTUNIDAD? ¡¡SI LO HAS HECHO YA CUÉNTANOSLO TAMBIÉN!!
Y proponemos fundar un nuevo movimiento. Frente al FMI el FMT: FRENTE MUNDIAL DE TOCAPELOTAS, nuestro líder es el camarero que tiró sobre Angela Merkel la bandeja llena de Paulaners....
Nuestro FRENTE MUNDIAL DE TOCAPELOTAS no busca cambiar el mundo, sólo hacer putadillas a los dirigentes que hacen de nuestro planeta un lugar peor. ¿TE UNES A NUESTRO FRENTE? ¿QUÉ ACCIONES LLEVARÍAS A CABO Y CONTRA QUIÉN?