Memorias de un amnésico
Hay que acabar con la seriedad. La seriedad nos mata. Hay que acabar con la fealdad. La fealdad nos pudre. Hay que acabar con el ruido. El ruido acaba con nosotros. El silencio y la música, el humor y la risa, nos dan la vida. Son lo único habitable.
Por eso hoy quiero hablaros de Erik Satie, uno de los músicos que me han dado la vida, que me han salvado en días feos y que me ha dado el silencio necesario en el que reposar del mundanal, del infernal, del insoportable ruido. Por eso, quiero hablaros de Satie, Monsieur le Pauvre, el señor Pobre que desvistió a la música seria de la seriedad mortal con una risa poética, absurda, surreal, sutil y traviesa, que la desnudó de excesos y de pomposidad elitista con obras sencillas, austeras, intangibles, etéreas. Quiero hablaros de este músico excéntrico que dio al silencio el mismo espacio que a la melodía, que paró el tiempo y se adelantó al suyo en un siglo porque como él decía: nací demasiado joven en un mundo demasiado viejo.
Nació en Francia a mediados del siglo XIX, en una Europa tan wagneriana como los mercados y la señora Merkel y, en sus propias palabras, le quitó el chucrut a la música. Y también a la cultura. Frente a la imponente y mastodóntica cultura germana, frente a la gastada, plomiza y grandilocuente cultura europea que ahora vemos naufragar, Satie nos devolvió la belleza de la ingenuidad, la pureza más liviana, nos quitó un peso de encima y se burló del peso de la cultura y de la música. De hecho, él decía que no era músico que era fonometrista, medidor de sonidos y que había medido un si bemol y le había parecido demasiado pesado. Él le quitó todo el peso a las notas. Las hizo flotar. Él quitó notas que sobraban y prefirió repetir con calma las notas justas. Así, como quien no quiere la cosa, imaginó el minimalismo y el serialismo (antiserio) mucho antes de que existieran o tuviera nombre.
Tenía Satie un humor muy especial para los nombres, para titular sus composiciones quitándoles todo el hierro, el plomo y la importancia que se daban los demás. Tres piezas en forma de pera, Vals de chocolate con almendras, Estar celoso del colega que tiene un cabezón, Comerse su tartaleta o Aprovecharse de que tiene callos para apoderarse de su cerebro, llamó a algunas de sus obras. Y a sus memorias, por llamar de alguna forma a esa colección de pensamientos bufos, las tituló Memorias de un amnésico. Y como un amnésico se comportó, como si hubiera olvidado casi toda la historia de la música hasta ese momento para empezar de nuevo desde la nada del silencio. Así, mientras los europeos cultos se tragaban El Anillo de los Nibelungos de Wagner, Satie escribía diminutas obras para piano Mientras la gente seria iba cuatro días seguidos a ver una mismo ópera para abarcarla entera, él tocaba en un café bohemio de Montmartre piezas cómicas y escribía óperas dadaístas que desconcertaban y enfurecían al público bien pensante.
Desconcertó Satie toda su vida, que es lo que tiene que hacer un músico para crear algo nuevo, desconcertar el concierto de las cosas. Él lo hizo en su obra y en su vida: se imaginó las obras más delirantes, se compró doce trajes de terciopelo gris y doce pares de zapatos iguales porque le obsesionaba el número tres y sus múltiplo (jamás utilizó muchos de ellos), estuvo en una secta herética, fundó después una iglesia de la que era el único miembro… Eso fue Satie, el padre de una iglesia satiérica de un único miembro que predijo el surrealismo, las vanguardias, el minimalismo y hasta el pop. Me declaro fiel de su credo. Viva el satierismo. ¡Vive Satie!
Carne Cruda rinde homenaje al fascinante pianista ERIK SATIE, un compositor que se inició en el cabaret, fue denostado por los académicos pero su genialidad ha trascendido hasta hoy. Su obra es tan magnética como su excéntrica vida que hoy descubriremos. Y te preguntamos por GRANDES EXCÉNTRICOS Y POR TUS GRANDES EXCENTRICIDADES
Carne cruda prepara un gran tributo al fascinante Erik Satie de la mano de una gran orquesta: AFRODISIAN ORCHESTRA, toda una big band que en su último disco "Satierismos" hace versiones del genio excéntrico. Uno de los delirios de Satie era el título d...e sus composiciones, por ejemplo "Preludio Canino", "Comerse su tartaleta" o "Aprovecharse de que tiene callos para apoderarse de su cerebro" (fabuloso!) Hoy te preguntamos por TÍTULOS ORIGINALES DE CANCIONES ¿¿CUÁLES SON TÍTULOS GENIALES DE CANCIONES PARA TI??