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Fingir para sobrevivir

    viernes 20.abr.2012    por Miguel Castro    6 Comentarios

Microrrelato. Desamor.

Se  miraban cuando uno de los dos sugirió: finge que me quieres que yo fingiré que te deseo.

     Me vino a la cabeza este microrrelato nada más terminar de ver De Nicolas a Sarkozy, fiel retrato de un hombre que ha basado su vida en hacer política de consumo, política de usar y tirar. Con ella no se construye un mundo mejor  pero permite satisfacer una ambición personal desmedida a base de cambiar de opinión en función de las encuestas de intención de voto. Una ambición compartida con alguien que un día le quiso y que le ayudó a alcanzar lo que más deseaba, la presidencia de la República Francesa. Es desasosegante el retrato de esa mujer que decidió dejar de fingir para entregarse a una pasión, justo cuando le esperaban las puertas de El Eliseo.  
      9788433962676 Tengo un libro de cabecera sobre el amor y las pasiones. Lo escribió una antropóloga,  Helen Fisher. Nada como ponernos en nuestro sitio para explicar nuestro comportamiento, y nuestro sitio está con el de los animales. Según Fisher los seres humanos necesitamos alimentar nuestras vidas de amor romántico, lujuria y apego, ya que inyectan al cerebro el chute de enzimas necesarias que precisa nuestra especie para vivir satisfactoriamente. El caso es que hay muchos individuos que son capaces de encontrar una sola persona que les satisfaga estas necesidades, pero hay otros muchos, prácticamente la misma cantidad, que pueden amar a una persona, desear a una segunda y querer vivir con una tercera. Esto lo argumenta científicamente Fisher en Anatomía del amor.

     Debe de ser difícil que te expliquen esto de pequeño. Por eso el esquema de relación de pareja se transmite, generación tras generación, simplificado con el cuento del Príncipe Azul. Años más tarde, ya en la madurez, con el príncipe morado y la princesa hastiada, se pasa en muchos casos al hagámoslo por los niños, por la república, por la monarquía: finge que me quieres y yo fingiré que te deseo.  Dejando a un lado el arte de la apariencia me puse a preparar el reportaje de Los juegos del hambre para Días de cine, una antiutopía con final feliz de muy recomendable visionado, cuando surgió el Rey en la pantalla de mi ordenador. Se abría una puerta en un lugar muy estrecho y aparecía el monarca con la cara abotargada. El escenario era tan pequeño como inusual y la puesta en escena simple y apresurada. El monarca saludaba, informaba sobre su salud y un tanto apesadumbrado decía: “ Lo siento mucho, no volverá a ocurrir”. 

    Continué con el guión del reportaje que me llevo a considerar Los juegos del hambre como una mezcla de Gladiator, El show de Truman y el programa de televisión Supervivientes. Una película basada en cuestionar la insaciable necesidad de consumir la vida privada de los demás a través de la televisión. Revisaba  El show de Truman cuando apareció un titular debajo de la imagen del Rey. Un grupo de comunicadores y sociólogos había analizado sus gestos y determinaba que su perdón era sincero. Curioso que se afanen en determinar el grado de sinceridad de una persona que desde niño ha aprendido el arte de fingir. A mí también me parece sincera su declaración, lo que ya no tengo tan claro es qué es lo que siente mucho porque no lo aclara. La noticia fue eclipsada rápidamente por el incremento de la prima de riesgo, justo cuando yo debía de estar enfrascado en el análisis de reality shows, aunque tal vez era lo que estaba haciendo.

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    En esto comencé a revisar unas entrevistas que me habían llegado de Estados Unidos.  Donald Sutherland inundó la pantalla. Hablaba de una secuencia esencial de Los juegos del hambre, cuando el presidente del ficticio estado totalitario le dice a uno de sus acólitos que es necesario dotar a los oprimidos de un grado exacto de esperanza. La suficiente para mantenerlos vivos y la justa para que ésta no desborde al miedo y haga que se levanten contra los opresores. 

    En otra entrevista aparecían Elizabeth Banks y Lenny Kravitz relacionando el movimiento de los indignados con el mensaje de la película e instando a los jóvenes a la rebelión. Por supuesto, después de ver la película. ¡Qué fácil es decirle a los jóvenes, desde un sillón,  lo que deben hacer! Tanto como ser un articulista de éxito y soltarle un interminable y pedante sermón a una joven que se ha quedado encerrada con él. Es Madrid, 1987, de David Trueba, y uno de los mejores momentos cuando el personaje que interpreta María Valverde, estudiante de periodismo, pone en su sitio a un elefante blanco de la profesión que interpreta el septuagenario y casi siempre magnífico José Sacristán.

    La prima de riesgo seguía subiendo, las redes sociales se inundaban de todo tipo de comentarios republicanos y ahora aparecía Jennifer Lawrence en la pantalla de mi ordenador. La brillante heroína de Los juegos del hambre confesaba que ya no podía salir de casa, que ya no tenía vida privada y que esto le había dado un gran bajón. La película que insta a la rebelión ha conseguido encerrar a su joven protagonista en una jaula de oro.

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    En otra jaula, aislado,  se encuentra Jafar Panahi, un cineasta iraní que esta semana estrena Esto no es una película. El testimonio que ha rodado desde su obligado encierro domiciliario, inhabilitado para hacer cine durante 25 años por un gobierno totalitario que le sometió a esa kafkiana condena. Esto no es una película es una obra indispensable para cinéfilos y no cinéfilos aunque muchos podrían llegar a pensar que es un reality show protagonizado por el cineasta.  Cuesta mucho discernir últimamente entre ficción y realidad. Algo que no debe causar inquietud. Puedo asegurar al ciento por ciento que lo que acabas de leer es ni más ni menos que un blog.                                                                                                                                                                                                                                                   @MiguelCastroU

Categorías: Actualidad , Cine , Libros

Miguel Castro   20.abr.2012 17:19    

6 Comentarios

A mi me ocurre lo mismo con un libro fantástico "Yo ya he estado Allí" de Xavier Perez y Jordi Balló qué en realidad es narrativa que va desengranando la visión del mundo actual percibido desde el prisma cinéfilo.Todas las películas que recomienda ( no voy a desvelar ninguna ) o de las que cita me parecen indispensables; para entender la era que nos está tocando vivir herencia de otra que con trazos de grandísima calidad ha sido humanamente atroz.
Recomiendo también el guión original de "Las normas de la Casa de la Sidra" ( Guión de john Irving editado por tusquets y ganador del Oscar de la academia ) creo que hay una gran lección de vida , y ya no hablo de ética o de moral de cómo vivir tu vida.Resumiendo ese es el mensaje.
Sobre los arquetipos ; príncipe azul , princesa del castillo...creo que nuestra cultura ha hecho un daño terrible , de relaciones que muchas veces más que en el amor se basan en la codependencia de otra persona y la alimentación del EGO.
Todos sabemos que esto, realmente no existe.
Sin embargo , eso no significa que tengamos que robar las ilusiones a otras personas del amor romántico idealizado , no es bueno para nadie chafar sueños, procuren no chafárselos a los demás;
Sobre una escena , no voy a entrar en "Juegos del Hambre" me quedo con "Eyes Wide Shut" y la secuencia del porro que se fuman Nicole Kidman y Tom Cruise y todo el diálogo ( para mi inmenso) acerca de las relaciones de pareja durante lo que dura el metraje..Ya no me extiendo más.Un saludo Miguel.

sábado 21 abr 2012, 01:10

Bueno Valentín me has tocado la fibra sensible!!! porque esa escena de "Eyes Wide Shut", y su fantástico diálogo que es el desencadenante de toda la película me pareció sublime y la interpretación de Nicole para mi se sale. Ni que decir tiene de la escena en la que baila el vals con el desconocido, que los que la hemos visto en el cine bailábamos también gracias a ese magnífico director. Coincido plenamente contigo Valentín.

Bueno Miguel, sigo diciendo que te superas cada día más y más, cuando he terminado tu crítica he sonreído y me he acordado no se por qué de la frase final del Epílogo de Antología Rota de León Felipe en la que Guillermo de Torre termina con las palabras de Walt Whitman que cierran sus Cantos de Adiós
"Camarada, esto no es un libro
Quién vuelve sus hojas toca un hombre"
besos

sábado 21 abr 2012, 02:10

Me apunto el libro de Helen E. Fisher en la lista de pendientes..Aunque muchas veces es mejor pensar que tomamos decisiones libremente en vez de conocer que realmente esas decisiones ya están "dirigidas" por nuestra bioquímica interna o nuestra fisiología.. Pierde todo el encanto..

Este post daría para una larga sobremesa de cafetito y pacharán..igual que dijo Guardiola de Mou: eres el puto amo¡¡

Besos

sábado 21 abr 2012, 11:07

No sé si lo he entendido, pero podría ser que: ¿una parte de la ficción nos describa la realidad y nos empeñemos en hacer realidad otra parte de la ficción?
Hoy he pensado todo el día en un eslogan en letras grandes colgado en grandes soportes publicitarios "lo importante es el otro".....

lunes 23 abr 2012, 00:22

Me gusta este blog. Miguel ¿has visto Somewhere? La última se Sofia Coppola. La he visto tarde (últimamente no llego a los estrenos) y me encantaría saber qué te pareció. Un relato fantástico sobre la intimidad en un sujeto sin identidad. Me ha vuelto a impresionar la hijísima.
Besos grandes, por cierto.

lunes 23 abr 2012, 17:40


Gracias como siempre por tus palabras y reflexiones. Dejo la narrativa para los que saben y te formulo dos preguntas, a ver si obtienen respuesta:

1) ¿Es muy dura Martha Marcy May Marlene?

2) Qué opinión te merece 500 days of summer, sus actores, la historia...


Yo también me apunto el libro de Helen Fisher.

Gracias.

lunes 30 abr 2012, 08:42

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Miguel Castro Uceda

Bio Detrás de la trama

“La cura contra el aburrimiento es la curiosidad. No busques un remedio para la curiosidad: no tiene cura.” Dorothy Parker. De esta cita nació este blog, con el propósito de poner remedio a esa curiosidad que nos hace buscar, escarbar, investigar… Una búsqueda a la que hay que intentar añadir un pequeño esfuerzo para que el trabajo no sea en balde, e intentar que surja…, de una imagen, de una palabra, de una música…, algo parecido a una idea. Y, si fuera posible, trabajar esa idea y conectarla a otras áreas del conocimiento. Un viaje que me gustaría que hiciésemos juntos. Atentos pero relajados: con el corazón y la razón dispuestos a abrir los sentidos; con la precaución necesaria para evitar que, como dice el refrán, la curiosidad mate al gato. Cuento contigo.
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