Vuelta al cole... ¿a qué cole?
lunes 23.sep.2013 por Miguel Castro 2 Comentarios
Septiembre es el mes de los cambios, de los nuevos proyectos, de aquello que queremos mejorar y de las etapas que nos proponemos para conseguirlo. En un par de meses nos pondremos a prueba a nosotros mismos sobre si somos capaces de abordar todos los nuevos retos que nos hemos planteado, o los abandonaremos a mitad de camino.
En cualquier caso, parece que venimos con las fuerzas renovadas, con suficientes energías para afrontar cambios significativos: personales, familiares, colectivos. Pero sin tener claro si tendremos capacidad para estirar nuestro tiempo, y si los cambios que nos proponemos seguirán siendo las prioridades de nuestras vidas en los próximos meses.
Yo me lo estoy pensando desde que regresé de vacaciones, ¿a qué dedico el primer malgastado trimestre del año? Malgastar el tiempo es la mejor manera de aprovecharlo. Se puede pasar uno 15 años educándose y no aprender nada. De repente, se deja llevar y, sin proponérselo, ata cabos y se encuentra con lo que para él es la piedra filosofal.
Hace menos de un mes: cines Renoir, Madrid, primera hora de la tarde. The Act of Killing.
Salgo del cine conmocionado preguntándome cómo se le puede ocurrir a un cineasta plantearle a unos asesinos que sean ellos los que escriban las secuencias que les hicieron protagonistas de un genocidio. Este cineasta, Joshua Oppenheimer, va a ayudar a filmar esas recreaciones. The Act of Killing es una película absolutamente imprescindible para entender una parte esencial del comportamiento de los seres humanos.
Días después, en Babelia, Muñoz Molina escribía:
"En lugares remotos del mundo el cine violento americano induce sueños de heroísmo y vocaciones sanguinarias. (…) En una provincia indonesia, hacia la mitad de los sesenta, delincuentes de barrio que en circunstancias normales no habrían llegado a más que a dar miedo a algunos tenderos se convierten de la noche a la mañana en señores de la muerte, y aprovechan para poner en práctica lo que han visto en viejas películas mal proyectadas y mal dobladas en cines al aire libre."
Días después, Jesús Ferrero hablaba de la banalización del mal.
"El cine americano ha banalizado siempre la muerte. La forma banal de matar en las películas americanas dice mucho de esa enfermedad que han heredado los videojuegos, donde la banalización de la muerte adquiere su dimensión más inmediata y fulminante, y justo desde ese ángulo se convierte en pulsión: la pulsión de matar, y también la simpleza de matar."
Meses antes: Margarethe Von Trotta sobre Hannah Arendt
"En 1983, quería hacer una película sobre Rosa Luxemburgo porque estaba convencida de que fue la pensadora más importante del siglo pasado y me interesaba descubrir a la mujer detrás de la luchadora revolucionaria. Pero ahora, al comenzar el siglo XXI, Arendt se presenta como una figura aún más fuerte: su concepto "la banalidad del mal", entonces duramente criticado, hoy es fundamental a la hora de discutir y pensar los crímenes cometidos durante el nazismo."
Esta semana: Revisando la charla de TED de Sue Austin.
"Es maravilloso estar aquí para hablarles de un viaje, de mi silla de ruedas y de la libertad que me ha dado.
Empecé a usarla hace 16 años cuando una enfermedad prolongada cambió mi forma de relacionarme con el mundo. Usar silla de ruedas supuso una gran libertad para mí. Había visto como mi vida se disipaba y se restringía. Y esto era como tener un juguete nuevo. Podía salir y sentir el viento en la cara de nuevo. El mero hecho de estar en la calle era emocionante, pero aunque tenía esa sensación de alegría y libertad, la actitud de la gente hacia mí cambió completamente. Era como si ya no pudieran verme, como si un manto de invisibilidad me cubriera. Ellos me veían según lo que suponían que debía de ser estar en una silla de ruedas. Cuando les preguntaba con qué asociaban una silla de ruedas, sus respuestas eran: limitación, miedo, lástima y restricción. Me di cuenta de que yo había interiorizado estos conceptos y que eso me había cambiado profundamente. Una parte de mí se había anulado a sí misma. Continuamente, yo me veía, no desde mi perspectiva, sino según las reacciones que la gente tenía hacia mí. En consecuencia, sabía que tenía que crear mi propia historia sobre esta experiencia, una nueva narración para poder reclamar mi identidad."
Hace falta nuevas narraciones para encontrar nuestra verdadera identidad. Oppenheimer y Austin indagan en ello. Arendt abrió hace decadas ampollas con sus conclusiones sobre el juicio a Eichmann. El ser humano es un animal de costumbres, muy influenciable, que necesita de un entorno en el que se sienta seguro para construir su vida cotidiana. Este entorno puede ser un infierno o un paraíso. En definitiva, una gran mayoría de los seres humanos se adaptarán a ese modo de vida sin plantearse cuáles son las reglas que lo definen, y si estas reglas pueden ser limitantes para la existencia de algunos individuos de la especie. Sólo unos pocos alzan la voz sobre la necesidad de recontar las historias. Navegan contra corriente llamándonos la atención sobre pensamientos y conductas asumidas, mostrándonos de una forma absolutamente provocadora discursos alternativos, nuevas versiones, sobre realidades mayoritariamente aceptadas.
Sue Austin es una de las protagonistas de Buenas Ideas TED, programa que regresó el pasado domingo a La2, a las 14:30, y que podréis ver de nuevo el martes, pasada la medianoche.
@MiguelCastroU
@Detrasdlatrama
Ana dijo
Cuando estudiaba periodismo, hace ya más de dos décadas, eran momentos de ilusión, de eperanza, de fe en el poder de los medios de comunicación y su potencial para transformar la sociedad.
Pero ¿Cuántos programas nos ofrecen ahora los medios audiovisuales para transformar la sociedad? ¿Realmente las televisiones emiten espacios que nos permitan pensar, salirnos del esquema convencional, que nos permitan sentir de otro modo?
Quizás hubo algo muy hermoso en los 60 y era la esperanza. "La respuesta esta en el viento" como cantaba Dylan.
Ana dijo
Por cierto se me olvidó decir que Buenas Ideas TED me aporta esa otra forma de pensar tan necesaria ahora en un mundo tan intercomunicado que no tiene tiempo de tener conciencia de que es.