Cambia, todo cambia… cuando no hay miedo
Veía de nuevo, la semana pasada, el final de Viridiana, el que le hizo cambiar la censura franquista a Buñuel que, en un alarde de genialidad, modificó y convirtió lo que le pedían, una simple partida de cartas entre una religiosa, una criada y el señor del cortijo, en el inicio de una relación triangular.
Era 1961 y un director que era una adelantado a su tiempo, presentaba en Viridiana, entre otros temas, los conflictos generados entre tradición y progreso. Son los mismos conflictos que hoy se siguen viviendo en un país dividido entre tradición y progreso, en todos los ámbitos de la sociedad.
En el coloquio sobre películas españolas en C...