DEFENDER EL BULO. Periodistas y políticos en ataque de nervios.
viernes 17.jul.2015 por Miguel Castro 2 Comentarios
Sigo frotándome los ojos y sin entender nada de lo que pasa. ¿Qué ocurre? ¿Qué está pasando para que tantos periodistas y políticos se pongan de acuerdo en que hay que cerrar la web VO, creada por el Ayuntamiento para desmentir bulos? Cerrar, están de acuerdo que hay que cerrarla, y argumentan que es porque peligra la libertad de los periodistas a la hora de escribir noticias referidas al consistorio madrileño. Me pregunto si van a pedir lo mismo con la web de la Comisión Europea que desde hace 23 años se dedica a hacer exactamente lo mismo, a desmentir bulos.
¿Qué ocurre, que los periodistas no se equivocan? ¿Un organismo público o privado no tiene derecho a rectificar informaciones que le atañen y que considera que son inexactas y a publicar la versión original de sus informaciones en su web?
Parece que no. Hay que cerrar todo lo que pueda, de alguna manera, controlar a los que controlan, a los auténticos “garantes de la pluralidad informativa”.
¿Cuántas mentiras, cuántos bulos interesados recogen diariamente los medios de comunicación de nuestro país? ¿Cuántos ciudadanos o instituciones se acogen al derecho a rectificar la información publicada en uno de estos medios? Un derecho que todos tenemos y que casi no se utiliza por lo poco efectivo que resulta el procedimiento para conseguir esa rectificación. Lo que ha hecho el Ayuntamiento de Madrid es ahorrarse esos litigios y sacar los colores a algunos profesionales.
Fotografía de Ahmad Hammoud
A finales del siglo pasado los medios de comunicación eran altamente cuestionados por la veracidad de las informaciones que publicaban, por las meteduras de pata que una y otra vez cometían, por los infiltrados que se inventaban noticias, auténticos escritores de ficción que muy creativamente contrataban hasta falsas fuentes y publicaban como veraces sorprendentes artículos. En aquel tiempo hubo cineastas que llevaron alguna de estas historias a la gran pantalla, El precio de la verdad es un buen ejemplo de lo fácil que resultaba a finales del siglo pasado engañar a los medios. Ya en un tono más divertido y ficticio, La cortina de humo, narraba como la política y el falso periodismo televisivo son capaces de inventarse hasta una guerra. Una ficción, evidentemente, pero que se hizo real un siglo antes, cuanto William Randolf Hearts, gran magnate norteamericano de los medios de comunicación, en ese tiempo, recibió un telegrama de un ilustrador al que había enviado a Cuba con motivo del hundimiento del Maine. “Todo está en calma, no habrá guerra, quiero volver”. La respuesta de Hearst fue la siguiente: “Usted envíeme las ilustraciones, yo pondré la guerra”. Y efectivamente, Hearst puso la guerra, la cocinó día a día en las primeras páginas de sus periódicos.
Hoy, en el año 2015, en la segunda década del siglo de Internet, a la velocidad en que los medios y los usuarios devoran información, hay mucho más ruido, muchos más bulos que entonces. Y esto es debido a esa prisa injustificada y al contenido de los diarios y de los informativos de televisión que dotan de una enorme importancia a declaraciones que forman parte del juego político y que, realmente, aportan muy poco a la construcción de una sociedad mejor. Es la forma en que la política usa los medios de comunicación para sus propios intereses, sin que tercie ninguna reflexión.
Ayer, por ejemplo, los medios ofrecían las declaraciones de Esperanza Aguirre contra la página VO del Ayuntamiento de Madrid, como si Aguirre fuera una activista por la libertad de prensa, pero nadie informaba de la relación existente entre el largo periodo de presidencia de la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre, nueve años, y la manipulación informativa ejercida durante ese periodo de tiempo en Telemadrid. Sí, sí, Aguirre es la portavoz del principal partido de la oposición en el Ayuntamiento, y es importante lo que diga. Efectivamente, es importante lo que diga, pero hay que poner en antecedentes a los lectores para que se den cuenta de quién está hablando, qué es lo que dice y qué es lo que hace o ha hecho con anterioridad, porque uno es lo que hace, y no lo que dice. Aguirre, política sumamente inteligente, aprovechó la lluvia de micrófonos a su alrededor para hacer campaña electoral, para intentar sacar un gran rédito de una noticia nimia, un pequeño blog del Ayuntamiento que la gente está empezando a leer ahora, y que nadie hubiera sabido de su existencia si no se hubiera organizado todo este revuelo. Y, detrás de Aguirre, fueron lanzando declaraciones todo tipo de políticos de su partido que se apuntaban a la batalla mediática. Ya no importa la crisis, no importa la ciudad, hay que hacer una cruzada por la libertad de expresión, por la libertad de prensa, o estás conmigo o estas contra mí.
A la cruzada se apuntaba Miguel Carmona, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, quien según publicó ayer El País, “es contrario a corregir la opinión de los periodistas”, y es partidario de la libertad de prensa. Carmona exigió el cierre inmediato de la web VO.
Que se sepa, nadie ha prohibido que salga a la luz ningún periódico, luego sigue habiendo libertad de prensa, nadie la cuestiona. ¿Por qué Carmona une dos argumentos sin aparente relación? ¿Qué pretende transmitir a la opinión pública?
Si VO fuera consecuente con sus objetivos, debería publicar todo lo acontecido ayer, porque parece que nadie entiende el fin que tiene la página: aclarar las tergiversaciones, los bulos, las desinformaciones que se cuentan y ayer fue un día glorioso en este aspecto.
Es claro que VO molesta, y mucho, porque es un aguijón al circo mediático en que se basa la política española. Una colleja al rumor publicado; a un proceso que diariamente sigue la misma cronología: “A” declara a las 10:00; a las 11:00, enfado enérgico de “la oposición a A”; globo sonda de” A”, a las 12:00; replica de “la oposición a A”’, a las 12:30… y todo ello en los informativos de las 15:00, y horas antes en las webs de cientos de periódicos… ¿Qué harían los políticos sin ese circo, lleno de grandes titulares, y casi siempre vacío de análisis? ¿Qué contarían los periódicos, los informativos de televisión, sin todas esas declaraciones? ¿Hay alguien que se pregunte de qué manera mejora el circo mediático nuestras vidas, nuestra sociedad, cómo construye un futuro mejor? Y si no lo hace, ¿para qué sirve? La regeneración de la sociedad pasa por una regeneración de los medios de comunicación y del periodismo.
Juan dijo
La web de la UE no tiene desperdicio:
"The Daily Express claims that “Brussels is trying to restrict the drinking habits of Britain’s coffee lovers.
This is utter rubbish."
Me imagino a MadridVO diciendo que un artículo de La Razón es una "completa basura"!!!
Jesús Generelo dijo
No puedo estar más de acuerdo con lo que se dice en este artículo. ¿Limita la libertad de prensa el derecho a réplica? Lo que limita la libertad de prensa es el seguidismo desvergonzado de algunos medios a los partidos políticos o empresas que los mantienen.