Seamos valientes: la Tierra grita.
Me considero algo parecido a un amateur espiritual. Hago meditación desde hace años, y simpatizo con algunas de las ideas del budismo que me parecen valores universales. Motivo por el que emprendí este verano un viaje a la India más tibetana y budista, en compañía de un grupo de desconocidos que teníamos en común a un amigo un tanto singular: Andoni Ajuria. Singular porque empezó como consultor para IBM, llegó a ser Director de Consultoría de una multinacional sueca y un buen día dejó el traje y la corbata y se colgó los hábitos de monje.
En el sur de la India, en Bilakuppe, cerca de Mysore, Andoni cuida de un grupo de niños tibetanos ...