Julieta
jueves 7.abr.2016 por Miguel Castro 1 Comentarios
Viejos amig@s en la sala de los cines Golem donde se proyectaba, a la prensa, Julieta, la última de Almodóvar. Allí estaba Gala. Las luces de la sala estaban todavía encendidas cuando nos abrazamos y nos pusimos al día del momento dulce que los dos saboreábamos. Sonrisas que fueron apagadas al mencionar a una amiga común, al sentir la impotencia de lo incomprensible, de lo que duele, de lo que no podríamos evitar aunque quisiésemos. Ella aparcó la relación, de golpe, marcando un punto y final que nos llenó de dudas y de tristeza.
En ello estábamos, cuando se apagaron las luces y una seda rojiza inundó la pantalla, el aire la mecía. El aire de de la respiración de una mujer "tan bella como abatida". Desde el primer plano, Almodóvar nos avisaba de que aquello que íbamos a ver tenía tanto de tragedia griega como de intangible, de inexplicable. Tenía que ver con la belleza exterior y con el dolor interior, levemente marcado y al mismo tiempo oculto, por una respiración inquieta.
A partir de ahí, la vida: la culpa, el amor, el duelo, los celos, el dolor, el silencio, una foto rota, una estatua amputada, una tarta de cumpleaños en la basura, una mano que escribe para entender… como si la literatura o el cine fueran capaces de explicar algo de eso que pasa mientras nos preguntamos qué nos pasa; un cineasta que sutura su mapa emocional y al mismo tiempo hace que salten los puntos del nuestro.
Títulos de crédito. Lagrimas. Gala comenta: “Parecería que la película hubiera empezado cuando nos sentamos en la butaca y comenzamos a hablar…”, nuestra amiga se hizo presente de nuevo en una película donde se veía una de Almodóvar. “Ahora la entiendo un poco más”, le dije a Gala. Ahora me entiendo un poco menos, pensé. Me despido, salgo para Atocha hacia el Museo Reina Sofía. En el vagón del metro dos músicos nos desean un buen día. Una persona devuelve el saludo en un vagón que apenas late, tan sólo está ensimismado. Los acordes de la guitarra y de la percusión intentan robarnos al menos una sonrisa. Atocha, anden vacío. La última secuencia de Julieta me acompaña hasta la salida. Afuera, hay una luz preciosa.
@miguelcastrou
@detrasdlatrama
Facebook: Detrás de la trama y Miguel Castro Uceda
Enric Llopis dijo
Pare de dar tantas vueltas y agarre el toro por los huevos, señor Almodovar. Julieta pretende demasiada trancendencia, demasiada palabreria hueca. No me creo su historia. Su película –salvo alguna escena– no es cine ni literatura, es ambigüedad. Vuelva a su estilo que usted puede si quiere y sabe mucho. Sea humilde. Usted no es Bergman ni falta que le hace. Háblenos de cosas que conoce y conocemos.