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CATALUÑA & ESPAÑA. ATRAPADOS EN EL TIEMPO.

 

Phil se despierta sobresaltado. Su despertador marca las seis de la mañana del 2 de febrero, día de la marmota.  En la radio suena I got you baby (1965) de Sonny & Cher.  El personaje que interpreta Murray en Atrapado en el tiempo  lleva meses en la misma habitación. Se acuesta y a la mañana siguiente vuelve a ser 2 de febrero.  Asiste al evento que predice el fin del invierno a través de los movimientos de una marmota y retransmite la noticia a los seguidores del canal de televisión en el que trabaja.     

213507No entiende por qué ese día se repite desde hace varios años sin dejarle salir de la pequeña ciudad donde se encuentra.  Durante todo ese tiempo  ha tenido la oportunidad de conocer el pueblo, a sus habitantes, incluso de convertirse en un atracador, y de hacer lo inimaginable para intentar besar a una chica, sin lograrlo.  

No sabe lo que tiene que aprender, si es que es algo: ha llegado incluso a varias tentativas de suicidio para terminar con el tedioso día. 

De alguna forma, en las vidas de los seres humanos hay muchos días de la marmota. Se repiten hasta que aprendemos algo que nos cambia el chip, que hace que nos demos cuenta de un patrón de comportamiento que era profundamente tóxico para nuestra existencia. Lo mismo se podría decir de la historia. Se repite hasta que los pueblos son capaces de resolver asuntos que les llevaron a cometer grandes errores. Asuntos que se repetirán si los habitantes de esos pueblos no son capaces de mirar hacia los problemas desde una perspectiva diferente que la que han llevado hasta entonces.

El problema de España y Cataluña es probable que sea más psicoanalítico que político, como dijo un periodista alemán recientemente. Hay un patrón de comportamiento que deberíamos identificar para no volver a repetir y tener que vivir nuevamente las mismas pesadillas que vivieron nuestros padres y abuelos.  Mirar desde otro lado para aprender y progresar en nuestras vidas.

Gaurav, un indio que está pasando unos meses en casa se sorprendió esta mañana de la niebla que había frente al ventanal.  Le dije que parte es por el río y parte por la contaminación. 

  • “Aquí no tenéis contaminación”, me respondió. “En Delhi las cifras que tenemos son siete veces las que tenéis vosotros aquí”.
  • "Bueno", le dije, "aquí hay población afectada con problemas respiratorios. Ese es el problema que tenemos que afrontar. En cualquier caso, compararnos con Delhi no nos consuela".
  • "Prefieres compararte con Dinamarca, Suecia… Si te comparas con alguien que siempre lo hace todo mejor que tú siempre estarás insatisfecho, nunca disfrutarás del ahora."

Me quedé un minuto pensándolo y le contesté.

  • "¿Qué te parece un término medio?"

Asintió y nos quedamos los dos mirando el río. La niebla comenzó a despejarse.

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Me viene ahora la imagen del cuadro Europa que se puede ver en el  Museo Centro de Arte Reina Sofía. Pienso en la cruenta historia del continente que muestra ese cuadro y otros muchos que hay en las paredes de un museo que retrata a la perfección las contradicciones que llevamos tan arraigadas los habitantes de esta península donde parece terminar y empezar este continente. 

Me acuerdo de los mediadores culturales con los que tuve la oportunidad de disfrutar de la contemplación de una serie de cuadros del museo que me hicieron cambiar mi forma de pensar sobre lo que soy, sobre mi procedencia y sobre mis necesidades, durante el rodaje del  documental El Reina.   

Regreso a Atrapado en el tiempo y reviso ahora las secuencias en las que Phil ha dado un giro en su vida y se ha convertido en un maestro escultor de figuras de hielo, en un gran interprete de piano y en profesor de francés. Su encierro, en un mismo día, lo ha reinterpretado en una oportunidad para cultivarse, para aprender de aquello en lo que no había dedicado nunca tiempo para ejercitarse.  

Imagino por un momento que el director del Museo Centro de Arte Reina Sofía cursa invitaciones a los presidentes de  la Generalitat y del Gobierno de España, con el propósito de visitar conjuntamente el museo.  Y también imagino que se le encarga a uno de esos jóvenes mediadores culturales que seleccionen un recorrido por el museo que sea ilustrativo para ambos dirigentes de nuestro carácter y nuestras contradicciones.

Es posible que ambos dirigentes vieran juntos la cantidad de obras que hablan de la relación entre Dalí, Lorca y Buñuel; que se asomaran a Un mundo de Ángeles Santos; que siguieran la mirada que plasmó López Mezquita en Cuerda de presos; que descubrieran los prolegómenos de la Guerra Civil narrados en Espagne 1937; que se quedaran un buen rato en El Guernica; y que contemplaran en silencio las ruinas de un decorado tan terrible como real, el de  Alemania año cero. Juntos, se podrían asomar al cine de Berlanga, y también podrían redescubrir  Un perro andaluz de Buñuel;  o  algunos cuadros del Equipo Crónica como Espectador de espectadores…  y tantas y tantas obras que hablan de nuestro subconsciente colectivo.

Un subconsciente que pide a gritos, a veces llenos de rabia, que le escuchen atentamente, que le comprendan y que le consuelen.  Tal vez bastaría con comenzar así. Limpiar la rabia dejándola salir. Escuchar el desahogo verbal y las necesidades del otro y soltar las propias, mientras decenas de obras de arte pasan ante nuestra mirada.

Ni una palabra de independencia ni de 155. Una mañana de compartir lo que vivieron nuestros padres, nuestros abuelos, desde los ojos y la narración de un joven de algo menos de treinta años, tal vez sería suficiente para comenzar a terminar, de una vez por todas y para siempre con el bucle del día de la marmota.   

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Miguel Castro   19.oct.2017 19:34    

Morimos...¿hablamos de ello?

Repasando el programa de A punto con la 2 que dedicamos al proyecto HU-CI, uno se encuentra con frases como estas: “El sufrimiento en esta sociedad es un tema tabú, y no digamos la muerte”, le comenta el actor Alfonso Bassave a Gabi Heras, médico intensivista creador del proyecto para humanizar los cuidados intensivos en las UCIS.  Y lo hace mientras toman un café. A lo que Gabi añade: “Si te acercas lo suficiente, tiene premio. En el momento en que te acercas al sufrimiento y no lo rechazas, lo atraviesas, dejas de sufrir y tu experiencia vital se convierte en algo transcendental”

Pocos trabajos me parecen tan necesarios como este de humanizar las unidades de cuidados intensivos, lleva implícito humanizar nuestras vidas, nuestro día a día. Mirar a la muerte hace que miremos a la vida de otra manera. Hace que nos cuestionemos el motivo por el que actuamos, y que de repente surjan preguntas sobre nuestras intenciones, sobre el motivo por el que hacemos lo que hacemos, cada día.

No es fácil, no es nada fácil pensar que nos vamos a morir y mirar hacia adentro: hacia las emociones que nos genera esa idea, algo que no somos capaces de dimensionar ni de entender y que nos atemoriza. La mayoría de las veces preferimos no prestar atención al sufrimiento, a la muerte, porque pensamos que no sirve para nada, parece que sólo estamos programados para producir, no para perder el tiempo, y decidimos seguir con nuestras cosas, mantenernos ocupados, atentos a lo que pasa fuera, y nos olvidamos de mirar hacia adentro.

¿Qué pasaría si lo hiciésemos? ¿Si una tarde nos planteásemos que deberíamos hacer un documento de voluntades anticipadas, que deberíamos decidir si queremos que nos incineren o que nos entierren, o si queremos ser donantes de órganos?

¿Que pasaría si un día decidiésemos hablar de lo invisible, de lo oculto, de lo que sentimos y no nos atrevemos a contar a nadie? ¿Qué pasaría si hablásemos abiertamente de ello?

Gabi y Alfonso saben lo que pasaría. Ambos tuvieron la generosidad de compartir públicamente esa experiencia con nosotros, de decir cosas que no recuerdo haber escuchado nunca en un programa de televisión.

Ambos saben que si fuésemos capaces de hablar más de la muerte conseguiríamos aumentar nuestra capacidad de escucha, de percibir el aliento de los demás, de sentir nuestros miedos y el miedo de los otros, de abrazarlos, de entenderlos, y así superarlos, sentir lo que nos bloquea y  atravesarlo. Sentir que estamos vivos, despiertos, conscientes, atentos.

No puedo dejar de agradeceros, Gabi, Alfonso, lo que habéis hecho. No puedo dejar de sentir gratitud por esa gran bocanada de amor que habéis lanzado, en un mar donde sólo parece tener derecho a navegar el desconsuelo.

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Miguel Castro   12.ene.2016 18:07    

Cambia, todo cambia… cuando no hay miedo

Veía de nuevo, la semana pasada, el final de Viridiana, el que le hizo cambiar la censura franquista a Buñuel que, en un alarde de genialidad, modificó y convirtió lo que le pedían, una simple partida de cartas entre una religiosa, una criada y el señor del cortijo, en el inicio de una relación triangular.

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Era 1961 y un director que era una adelantado a su tiempo, presentaba en Viridiana, entre otros temas,  los conflictos generados entre tradición y progreso. Son los mismos conflictos que hoy se siguen viviendo en un país dividido entre tradición y progreso, en todos los ámbitos de la sociedad.

En el coloquio sobre películas españolas en Cannes que vino detrás de Viridiana (Palma de Oro),  en una declaración de archivo, Elías Querejeta contaba como habían suspendido la proyección de Peppermint Frappé, en el festival de Cannes de 1968, Godard, Truffaut Polanski y Saura colgándose de las cortinas que hacían de telón de la pantalla del cine, donde Geraldine Chaplin y el propio Querejeta lanzaron una arenga, micro en ristre, en la que se solidarizaban con el movimiento obrero y estudiantil de mayo del 68 que pedía un profundo cambio de la sociedad francesa. Era la primera vez que alguien, seleccionado para el mejor festival de cine del mundo, renunciaba a que se viera su película. La causa: la solidaridad.

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Los periódicos, el pasado fin de semana, han recordado el mayo español, el del 2011. El mayo que retrato Martín Patino con una imagen: un grupo de manifestantes lanzando globos a una trinchera de antidisturbios en posición de no pasarán.

Los antidisturbios querían detener a un movimiento que portaba mensajes como regeneración democrática, cambio de la ley electoral, punto final al bipartidismo y a la corrupción,  democratización de la justicia… Todo ello está en el documental de Patino, Libre te quiero. Fluía un asamblearismo que profundizaba en cambios de las estructuras jerárquicas del estado, de las empresas, de toda la sociedad. Cambios que traían conceptos tan difíciles de entender para muchos y tan aparentemente contradictorios, como el de jerarquías fluidas, o el de habitar los conflictos.  

Todo eso fue simplificado, simbolizado y desinflado a través de la idea de que una acampada de perroflautas quería acabar con los valores tradicionales de nuestro país.  Pero no era así. Hace cuatro años, la generación de jóvenes más preparada de la historia pedía, con gritos mudos, el cambio.. Y ahora lo reclaman en todo tipo de escenarios en una sociedad que, día a día, se transforma.

La semana pasada, Ashoka, prestigiosa organización internacional de emprendedores sociales, premiaba a cuatro colegios españoles con el distintivo de impulsores del cambio en el mundo de la educación. 

Celebration

Colegios que llevan décadas formando a sus alumnos a través de modelos que creen en las inteligencias múltiples, en la inteligencia emocional, en el aprendizaje colaborativo, en las nuevas tecnologías e, incluso, en algunos casos, en que sus alumnos decidan en asamblea, diariamente, lo que quieren aprender. Creen que todos estos caminos forman a ciudadanos libres, sin miedo. 

También la semana pasada, un día de mayo se convirtió en un día de agosto. Se batieron estadísticas de temperatura de tiempos remotos, y aunque un día no sea suficiente para que un científico determine su significado, los que vivimos ese bochorno pensamos, en algún momento, en el libro de Naomi Klein, Esto lo cambia todo, el capitalismo contra el clima. Nuestro modelo económico puede terminar con nuestro planeta y con nuestra especie. Y recordamos la conferencia de Al Gore que se hizo película: Una verdad incómoda. Lejos de modificar nuestra forma de vida, seguimos haciendo lo mismo: las emisiones de CO2 han aumentado en un 60% desde que se habló por primera vez de la necesidad del control de las mismas.

Esta semana estamos  escuchado discursos donde la tradición se enfrenta al progreso, y donde también, la falta de ideas ataca con el arma de costumbre, el miedo, a aquellos que buscan soluciones innovadoras a los problemas de siempre.

Con todas estas cosas fluyendo, en un estado relajadamente atento de lo que está ocurriendo, uno puede llegar a preguntarse: ¿cuántos Luis Buñuel hacen falta para que en ese combate, a tumba abierta, se atenúe el fuego, se dialogue, se razone, y la tradición más tolerante juegue al tute con el progreso más ecológicamente sostenible, dejando fuera de la partida a la picaresca? ¿Empezamos a repartir cartas para comenzar a jugar, sin trampas, la primera gran partida del siglo XXI? ¿Te atreves a ser tú el que reparte? Hazlo sin miedo. Nos jugamos mucho.

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Miguel Castro   21.may.2015 12:54    

EL FIN DEL CAPITALISMO

“En el año 2050 la sociedad colaborativa habrá eclipsado al capitalismo, tal y como hoy lo conocemos”, son palabras de Jeremy Rifkin, economista, pensador y activista que lleva años inmerso en lo que para él es una misión,  difundir ese mensaje por todo el mundo. Los cambios en energía, comunicaciones y transporte, que ya se han producido, son el comienzo de la tercera revolución industrial. Un suceso decisivo en el siglo XXI, que ya está ocurriendo y que podría salvarnos del calentamiento global y retrasar, sine die, el cambio climático. 

Todo esto lo cuenta Rifkin en su último libro, La sociedad de coste marginal cero, que presentó en Madrid en la fundación Rafael del Pino. Nombre que hace referencia al creador del grupo Ferrovial, hoy una de las grandes multinacionales del sector de las infraestructuras. 

“Normalmente pensamos que en nuestra sociedad las personas se dividen en propietarios, trabajadores, compradores y vendedores. Pero ahora, cientos de miles de jóvenes, en Internet, pienso que son prosumidores,  producen su propia información, entretenimiento, cultura, casi gratis , son emprendedores, producen y comparten su propia música y hay un coste marginal cero. Y no necesitan de las empresas discográficas”. 

2090542246_3e20129b98_o Fotografía: A. Diez Herrero. Creative commons -Franz Patzig-

Nos comenta Rifkin en el hotel en el que se aloja  en Madrid, tras presentar el día anterior su último libro, La sociedad de coste marginal cero. 

“Cientos de miles de jóvenes producen sus propios vídeos en youtube, sin copyright y los distribuyen por un coste marginal cero, a millones de personas en la economía colaborativa sin necesitar a la televisión como medio de distribución. Cientos de miles de jóvenes producen blogs en medios de comunicación sociales, y los comparten a través de la economía colaborativa, sin necesitar a los grandes medios de comunicación.” 

Rifkin habla de los cambios que ya estamos viviendo y que han convulsionado las estructuras de empresas dedicadas a la música, a los medios audiovisuales y al mundo editorial. Cambios que tienen su origen en Internet, y que invaden numerosos campos. Pero esto es solo el principio, ya que está desarrollándose la llamada Internet de las Cosas, millones de objetos conectados ofreciéndonos miles de millones de datos que Rifkin considera esenciales para afrontar nuestro futuro. 

“La Internet de las Cosas está conectando centros de producción en todo tipo de actividades: hay sensores en campos de cultivo agrícolas, fábricas, almacenes, casas… todo tipo de aparato está conectado a Internet por sensores, y por lo tanto a los seres humanos.  ¿Y que nos permitiría  hacer esto?  Permitiría que, con un simple teléfono inteligente, y una aplicación, con todos esos datos, se podrían crear algoritmos para analizarlos… cada uno de nosotros podría hacerlo, para producir servicios que estarían dentro de la economía de coste marginal cero. Lo que permitiría compartir esos servicios en el procomún, en la economía colaborativa. Pero a esto hay que añadir la  revolución energética y las impresoras 3D.” 

5859855781_9d3414f0b5_b                                                            Fotografía (Creative Communs):  Media Lab

Cientos de miles de jóvenes están construyendo piezas con impresoras 3d con un software gratuito, reciclando plástico, papel y metales como materia prima.  De nuevo el coste marginal es cero.  Obama tiene un plan para que todos los niños en la escuela dispongan de una impresora en 3D. A todo lo mencionado hasta ahora hay que sumarle lo que está ocurriendo en el sector energético donde las transformaciones están vinculadas a un deseo de proteger nuestro planeta de grandes amenazas como el cambio climático, y esto pasa por una profunda apuesta por las energías renovables. 

“Hay millones de personas, en especial en Alemania, que producen energía a coste marginal cero por medio de energía eólica y solar. El coste marginal es cero, no hay que pagarle al sol ni al viento la factura. En Alemania el 20% de la electricidad está generada casi con coste marginal cero, solo pagas por la instalación.  En 2020 será el 35% de la energía. ¿Quién la está produciendo? ¿Las grandes compañías eléctricas? No. Lo que está ocurriendo en el sector eléctrico es lo mismo que ocurre en la música, en la televisión, en los medios de comunicación: millones de pequeños jugadores están colaborando en Alemania a que esto ocurra. La energía que estaba controlada por unos poderosos grupos, está viendo como todo cambia debido al esfuerzo de los prosumidores, que lo hacen a un coste cercano al cero.” 

Rifkin es optimista y los datos avalan sus tesis. El 9 de junio de este año, Alemania atendió con energía solar, el 50% de la demanda energética de todo el país.  Un dato más que nos acerca a las profecías de Rifkin. Mientras tanto, España ha abandonado la senda de las renovables, a pesar de que todos los expertos preguntados pronostican que serían cientos de miles los empleos que generaría la apuesta por las energías renovables. Pero no hay que olvidarse del poder que todavía tienen las grandes empresas eléctricas, y la capacidad de retrasar cualquier innovación tecnológica que ponga en peligro su estatus. Ni tampoco despreciar el poder de las grandes petroleras que pueden tener ahora en Europa a un paladín del sector, de la mano de Arias Cañete, si finalmente es nombrado comisario europeo de Cambio Climático y Energía. 

El fin del capitalismo, título de este post, puede tener dos significados: uno de ellos hace referencia al término o consumación de algo; el segundo nos habla del motivo por el que se ejecuta algo. La economía colaborativa nos convierte a todos en productores y consumidores, según Rifkin. Nos convierte en empresarios y trabajadores. ¿No sería este el mayor de los sueños de muchos neoliberales? 

Este blog, escrito sin percibir ningún salario por ello, es un buen ejemplo de la cantidad de gente que produce con un coste marginal cero, fruto de una época en que es imprescindible producir más. ¿No se podría interpretar este gesto como una forma de competencia desleal? Millones de personas lo hacen así, diariamente, en el mundo, en este sector, y en otros muchos.

Es un hecho que la tecnología avanza a una velocidad que impide que nuestros planteamientos morales tengan coherencia, simplemente nos subimos al tren. Basta revisitar una de las mejores series de televisión sobre el tema, Black Mirror, para darse cuenta de que estamos sólo en el comienzo de una era que va a transformarnos profundamente. El futuro no ha hecho más que empezar y llegará mucho antes de que estemos preparados para asumir los cambios a los que nos obligará a adaptarnos. 

La tercera revolución industrial ya está aquí, y se está produciendo, en parte, por los cambios tecnológicos que han transformado las comunicaciones, la energía y el transporte No sabemos si, tal como predice Rifkin, la economía colaborativa eclipsará al capitalismo en el 2050, pero parece que, cuando llegué ese año, nuestro día a día tendrá muy poco que ver con como es en la actualidad.

Enlaces de interés:   Mercado social de Madrid   Consumo colaborativo

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Miguel Castro    8.oct.2014 11:10    

IMÁGENES FASCINANTES DE UN SORPRENDENTE MUNDO

Hay momentos en que las palabras se quedan muy cortas para explicar determinadas imágenes, las que ahora nos permiten captar, del mundo en el que vivimos, las nuevas tecnologías. Podemos acelerar los movimientos hasta percibir como crecen las plantas, y ralentizarlos hasta visualizar perfectamente el aleteo de un insecto; somos capaces de fotografiar el mundo microscópico, de  ver nuevos universos a través de visiones espectroscópicas, de vislumbrar el tráfico aéreo sobre nuestros continentes. En definitiva: somos capaces de disfrutar de nuevas percepciones del mundo que nos rodea. Este fue uno de los momentos más fascinantes de los vividos en Vancouver, Canada, durante una semana en la que tuve el privilegio de asistir a TED2014, The Next Chapter. La introducción está en inglés, sin subtítulos, pero las imágenes tienen la fuerza de hacernos viajar por un mundo de una gran belleza que merece la pena ser visto.

 

La nuevas tecnologías para capturar en imágenes esos nuevos mundos están cambiando ya las narrativas audiovisuales. Narrativas que tendremos que reinventar, rediseñar, para contar el futuro. 

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Miguel Castro   10.abr.2014 10:58    

Túnel de luz

¿Cómo explicarle a una niña qué es la muerte? Este es el motivo por el que Alejandro Gándara se ha pasado tres años escribiendo "Las puertas de la noche".

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¿Quieres saber quién eres? Pues responde: ¿tu cuerpo ha salido de otro cuerpo? Y si ha salido de otro cuerpo, ¿ese otro cuerpo salió de algún otro? ¿Y el otro de otro y así siempre? Si es así, entonces tu cuerpo no es sólo tuyo, sino que es también de todos los anteriores, pues salió de ellos. Si te apetece, puedes pensar que ya estabas en ellos antes de nacer. O que ellos están en ti, aunque ya no vivan como vives tú.

Me gusta ese… si te apetece. No hay certezas, tan sólo una posibilidad de partir de algo que es un hecho científico, ya estabas en ellos antes de nacer, para dotarlo de una respuesta biológica bañada de fe: O que ellos están en ti, aunque ya no vivan como vives tú.

¿Recuerdas cuando eras bebé? ¿No lo recuerdas? Vaya. Pero sabes que fuiste bebé. ¿Y el día en el que te pusiste a caminar? ¿Tampoco? Sin embargo sabes que ese día existió. Eres joven y ya tienes muchas cosas que fueron y que ya no son. Algo de lo que fuiste no lo eres ya. Te harás mayor y luego aún más mayor. Y dejarás de recordar todos los que fuiste y será como si no hubieras existido. Y tú serás muchos que no existen. No tengas miedo a la muerte, pues has tenido muchas y  hasta ahora lo has hecho muy bien, Y sigues aquí.

La muerte no es lo desconocido, sino lo conocido, porque ya has pasado por ello. Cuando alguien te diga “vas a morir”, contesta que eso lo has hecho desde siempre, que eso no es algo que pasará, que te ha pasado.

Durante el rodaje del episodio Revolucionar la escuela de Buenas Ideas TED, Alejandro provocó en nosotros una ligera e indefinible sonrisa cuando dijo: "Lo que los padres quieren cuando mandan a sus hijos al colegio no es que su hijo sea capaz de enfrentarse a la muerte, al dolor, a la pérdida, sino que su hijo sea ingeniero".

Rotundo e incontestable. Vivimos en una sociedad que le da la espalda a la muerte, en lugar de convivir con ella. Me pregunto  por qué.

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Al no encontrar respuestas vacías de carga ideológica decido evadirme, llamar a mi sobrina Leticia y proponerla que vayamos a ver Gravity, de Cuarón, aunque tengo reparos. Lo bueno que tiene ir a festivales de cine es que tienes la posibilidad de conocer a directores. Lo malo es que también conoces a los actores y en muchos casos, cuando vuelves a verlos en la pantalla, resulta difícil separar la imagen que te han dado en una entrevista del papel que representan en una película. Lleno de prejuicios entro en la sala de cine: muy favorables hacia Cuarón; llenos de dudas hacia Sandra Bullock. Sin embargo, desde el primer fotograma, Cuarón y Bullock se hacen tan pequeños ante la visión de la Tierra que salgo de la butaca inmediatamente para unirme al reparto y  flotar orbitando el planeta durante cerca de dos horas, para matar los miedos, renacer y sentir que preciso de los otros para salir de mí mismo. Miro a mi alrededor, son extrañas estas gafas oscuras. Te permiten ver los tornillos y las lágrimas que salen de la pantalla y al mismo tiempo te distancian un poco más de los que tienes a tu alrededor. Me reconcilio con Sandra Bullock cuando la veo flotar en líquido amniótico.

MAMA 3
Me veo flotar en líquido amniótico pero no lo recuerdo. Carmen Uceda, mi madre, se mueve despacio. Su mano izquierda está apoyada en mi antebrazo; la derecha ayuda a su caminar tanteando un bastón. Le gusta el edificio de la Fundación Telefónica, pero no sabe si seguir mis pasos y adentrarse en el túnel de Ryoji Ikeda. Le explico que no le va a pasar nada, que no se va a marear ante los muros que escupen millones de palabras que se han hecho luz. Vacila, pero al final se adentra en ese mar de información.

MAMA 1
Sonríe. Se llena de luz, para minutos después salir del túnel e inundarse de  oscuridad. A tientas, caminamos hacia otra pantalla. Aparece un brillo, otro más, un tercero… Me separo de ella. Desde atrás, la figura de una anciana, apoyada en un bastón, mira ahora un millón de estrellas como si estuviese presenciando el primer segundo de un nuevo universo. 

MAMA 2

 

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Miguel Castro   22.oct.2013 12:53    

DESPEGANDO, TED GLOBAL 2013

Aviones que vuelan solos, los llamados drones que, pese a su amenazante fama, pueden ser empleados para mejoras las vidas de millones de personas; mujeres que tienen el valor de reivindicar su derecho a conducir un coche, aunque esto les lleve a la cárcel en ciertos países, escritores que nos alertan de la necesidad de un pacto global para controlar las armas robóticas, investigadoras que nos hablan de que la memoria genera desinformación que procesamos como real, siendo esta falsa… Bienvenidos a TED GLOBAL un auténtico escaparate de ideas de un mundo que transita entre la tradición y la innovación; un mundo en el que continuamente surgen sorprendentes ideas aunque no siempre el desarrollo de las mismas genera beneficios, sino que más bien, puede poner en riesgo todo lo que hemos obtenido. Ese debate moral ha planeado sobre el Centro Internacional de Convenciones de Edimburgo en la anual gran cita de TED, que tiene como sede la capital escocesa. Un evento lleno de reveladoras declaraciones y sorprendentes momentos como el instante en el que un grupo de jóvenes suizos nos mostraron los acrobáticos vuelos de unos aparatos emparentados con los helicópteros (con cuatro rotores en lugar de dos), manejados a distancia con una sorprendente facilidad, como si fueran un fascinante juguete, al que un visionario como Rafaelo D'Andrea ya ha encontrado aplicaciones prácticas que aúnan esfuerzos de artistas, ingenieros y arquitectos. Aplicaciones muy diferentes de las bélicas que han llenado páginas de medios de comunicación de todo el mundo.

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Pero tienen otros usos como la investigación y conservación de bosques tropicales diseñada por Lian Pin Koh. O Andreas Raptopoulos que ha estudiado la capacidad que tienen los drones de llevar medicinas a los miles de  lugares de África de difícil acceso en época de lluvia, de forma eficaz y ecológica, e incluso su mente imagina la forma de transporte del futuro en las grandes ciudades, aunque esto nos lleva inmediatamente a revisar  Blade Runner, y no nos augura un futuro prometedorEl mismo temor, los mismos escalofríos le provocan estas imágenes al escritor de ciencia ficción Daniel Suárez que lanzó al escenario las siguiente afirmaciones: "La forma en la que resolvemos nuestros conflictos moldea nuestra sociedad". O lo que es lo mismo, si seguimos resolviéndolos violentamente y somos capaces de construir máquinas con una autonomía letal, ¿qué futuro nos espera? Esta pregunta quedó en el aire cuando se hizo un descanso y pudimos reponer fuerzas, ver una impresora 3D trabajando, y contemplar como unos fantásticos DSCN1000diseñadores gráficos pintan un mural con el resumen de las ideas del día. Y, por supuesto, no hay que olvidar que estamos en un evento TED, lo que significa que todo el mundo se presenta, charla, debate, no hay barreras para la comunicación, es otro lugar, otro mundo. Bienvenidos a TED, el ágora del siglo XXI. Continuará. 

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Miguel Castro   12.jun.2013 11:31    

Profesores no tan chiflados

Entre dos profesores chiflados, Jerry Lewis en 1963 y Eddie Murphy en la versión que se hizo de esta película en 1996, tenemos dos ejemplos de la imagen caricaturizada de lo que es un inventor. La poderosa capacidad que tiene el cine de crear imaginarios consigue que pensemos en los inventores como tipos medio chiflados, absolutamente ensimismados, capaces de crear ideas brillantes en apenas un segundo y de llevarlas a cabo en un trabajo absorbente que casi les hace olvidarse de todo lo que les rodea.

El profesor chiflado

Eusebio Moro Franco tiene 22 patentes registradas y, a pesar de ello, no vive de sus inventos y piensa que el destino de un inventor es el de Nikola Tesla, el genio croata que contribuyó activamente en la llamada segunda revolución industrial y que murió condenado al ostracismo. 

Hablando con Eusebio, uno se da cuenta de que los inventores en nuestro país necesitan dos grandes amigos: el primero de ellos debe de ser alguien con una gran capacidad de comunicación, dedicado a contar la idea del inventor con entusiasmo a futuros mecenas interesados en el proyecto. El segundo de los amigos del inventor es preciso que le dé confianza en el ámbito financiero, para que el profesor,  chiflado o no, siga ensimismado en su proyecto. Tal vez alguien debería de pensar en cómo poner en contacto al inventor y a sus futuros amigos para que la cosa funcione. Así, de primeras desconozco si hay un censo de inventores desempleados, otro de especialistas en marketing en la misma situación y un tercero de gestores pasando los lunes al sol. Si existiera este censo, tal vez el inventor se daría cuenta de que tiene muy cerca un par de desconocidos que pueden llegar a ser sus socios e incluso sus grandes amigos. O tal vez el INEM podría cruzar esos datos y ponerlos en contacto.

En El hombre vestido de blanco, clásico británico de 1951 que recomiendo vivamente. Un EL HOMBRE VESTIDO DE BALNCO extravagante científico crea una tela irrompible que además no se mancha. Lo que parece un hallazgo increíble, un gran paso para la humanidad, no es visto así. Nadie quiere comercializar una prenda que no se deteriora, los trabajadores ven el invento con preocupación ya que tienen miedo a perder sus trabajos.

 Una película genial que refleja el conflicto de intereses que lleva implícito todo cambio. Un inventor, un investigador es alguien que trabaja para encontrar nuevas vías, nuevos retos, y eso puede suponer modificar nuestras vidas. Casi dos décadas lleva Teresa de Pedro en ello, dedicada entre otros temas a la creación de un coche que no necesita conductor, en el Centro de Automática y Robótica (C.A.R.) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En estos últimos meses se va reduciendo la plantilla de su departamento: antes eran doce, ahora cuatro, y de ellos, dos de lo que nos muestran el coche terminarán sus contratos en dos meses. ¿Cuántos departamentos hay en España en estas condiciones? ¿Cuántos investigadores se están viendo obligados a emigrar? ¿Dónde revertirán los años de trabajo y formación realizados en España? Puede que ahora no haya dinero para mantener a estos investigadores pero, aunque sea una perogrullada, y siguiendo un símil futbolístico, los clubes se desprenden temporalmente de jugadores cediéndolos a otros equipos por un tiempo definido. Han dedicado muchos años a la formación de su cantera y quieren mantener unos derechos en el futuro. ¿Se podría establecer una formula parecida, beneficiosa para el Estado y para los investigadores? 

ANSELMO PEÑAS

Mientras esto ocurre, Anselmo Peñas lleva su sueño a las aulas. Enseña a niños de siete años robótica. Muchos cuestionaran este planteamiento al escucharlo, sin verlo,  argumentando que es horrible motivar así a los niños, que lo que tienen que hacer es jugar. Cuando ves una clase completa de Anselmo te das cuenta de que jugar, divertirse, crear y sacar a la luz una curiosidad innata por aquello que les rodea, es lo que hacen en todo momento. No es de extrañar que Anselmo Peñas comparta los planteamientos educativos de Ken Robinson, los que llevaron al británico a afirmar rotundamente que el modelo educativo implantado en casi todos los países occidentales mata la creatividad y a proponer soluciones para que esto no ocurra.

Los niños a los que enseña Anselmo no parece que vayan a tener ese problema. Hay, y ha habido muchos anselmos en nuestro país. Lo que nadie garantiza es que cuando crezcan tengan un lugar aquí para desarrollar su trabajo. Aunque tal vez tú, que estás leyendo estas líneas, ya has pensado en ello, y tal vez, después de ver la charla de Mick Ebeling te has decidido: vas a sacar a la luz esa idea aparcada en un cajón, vas a elegir a aquellos que te pueden ayudar a llevarla a cabo, y vas a emplear tu tiempo en el sueño de todos. ¿Podemos ayudarte?

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Miguel Castro    3.jun.2013 17:15    

BUENAS IDEAS TED

El domingo termina el festival de Cannes y, por primera vez, en muchos años, acabo de darme cuenta de que no he leído una sola línea de lo que ha pasado estos días en la Croisette. Los hermanos Coen, Soderberg, Deplechin, Ozon, Polanski, Sorrentino, Kechiche, Payne, Jarmusch, Kore-Eda, Gray… todos esos nombres parece que han sido temporalmente arrinconados en mi mente, para que otros les sustituyeran… Ken Robinson, Mike Ebeling, David Gallo, Candy Chang, Boa Mistura, Marco Tempest, Ron Finley, Brene Brown… han aterrizado suavemente en mi día a día, convirtiéndose en protagonistas, desplazandolo todo, o casi todo, en varias semanas de trabajo intensísimo, dando forma a un proyecto que se gestó hace año y medio y que este domingo, 26 de mayo, verá la luz. 

Ken Unos años atrás, Martín Molina, amigo de la infancia, pasó una estancia larga en Nueva York y se quedó fascinado con unas charlas que descubrió en Internet. Unas conferencias de eminentes sabios, de perfectos desconocidos que hablaban con pasión de nuevas ideas. Así descubrí a un tipo muy gracioso llamado Ken Robinson que criticaba el sistema educativo soltando un chiste tras otro, y concluyendo que mataba la creatividad de los individuos. Pero no era el único, había otros muchos que tenían el mismo talento para comunicar sus ideas. 

No dejaré de recordar ese consejo que me dio Martín, entra en TED. Meses después, en un momento profesional en que me sentía laboralmente arrinconado, fuera de mi otra isla, Días de Cine,  absolutamente vulnerable, me refugié en TED.com. En ese momento, Santiago Tabernero me abrió la mente recordándome el poder de la palabra, y que esta debería volver a tener cabida en una televisión que se hacía eco de la disputa vana, del discurso vacío, de los sonidos huecos. Por entonces Santi estaba diseñando un nuevo programa, La nube: yo, simplemente, estaba en el limbo, rodeado de gente fantástica, de buena gente, de la que siempre recibí aliento, apoyo, pero en un limbo personal. A veces, desde el limbo, uno se da cuenta de que lo único que tiene que hacer es transmitir lo que otros te han enseñado. Me propuse hacerlo hace un año y medio. Al viaje se unió Lola Walder para que, poco después, Samuel Martín Mateos abriera la puerta de un despacho a esas nuevas ideas que, desde el domingo día 26 tendrán un escaparate más amplio, conseguido gracias a un durísimo trabajo, codo a codo, y no exento de desacuerdos, con Urbana Gil.

En estas semanas he tenido la obsesión y la posibilidad de llevar la idea original que fusionaba las charlas de TED al medio que mejor conozco, la televisión. Hasta que Javier Pérez Jaime, una de las personas más sabias que he conocido en esta profesión, brillantísimo montador, me dio la definición de lo que es un camello: “ Es lo que sale cuando alguien intenta hacer un caballo y su trabajo es supervisado por una o dos comisiones”. Me he dado cuenta de que a pesar de que no soporto cuando sacan la lengua y se relamen, ni lo lentísimo que se mueven, empiezo a tomarle cariño a los camellos. Sin duda el mejor animal para atravesar el desierto catódico diario, tienen resistencia y saben donde encontrar agua. Puede que no os gusten los camellos, pero estoy seguro de que os interesará Buenas Ideas TED. Solo tenéis que comprobarlo los domingos a las 15:00 en La 2, o  en la noche del martes al miércoles, poco después de la medianoche.  

Ahora, no penséis que con esto os vais a librar de mí los amantes del cine. Detrás de la trama continuará hablando de cine, de la realidad, y ahora de unos nuevos protagonistas, en definitiva, como siempre, intentando hablar de la vida.

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Miguel Castro   25.may.2013 14:50    

El eterno retorno de un protón enamorado

¿En qué parte del cuerpo se aloja el amor?, se pregunta Marta Etura en Return. Son palabras escritas por Pablo Messiez que buscan respuesta en los movimientos que arranca, desliza, desgarra, provoca, susurra, el premio nacional de danza Chevi Muraday junto a una actriz que desnuda su alma de bailarina.

 Preguntas sobre emociones a las que solo se pueden sugerir respuestas insinuadas por dos cuerpos que bailan una exhausta danza llena de vida. Respuestas a nuestra idea del amor asentada en la cultura: en los libros, en el cine, en la música, que viajan en el escenario para que nos cuestionemos si realmente existen, o simplemente pertenecen al imaginario colectivo: las magnificamos y nos modifican haciéndonos buscar ideales imposibles que nos llevan a un continuo punto de fuga emocional. Ilusión, éxtasis, decepción, reconciliación, deseo, desidia, aliento, pasión, nos enfrentamos a ellas como si nos viésemos en un espejo que proyectara nuestras personales referencias por un tema tan tratado como profundamente desconocido. Así, uno puede sentir que Moon river está sonando mientras Audrey Hepburn y George Peppard se besan bajo la lluvia en Desayuno con diamantes. A su lado se encuentra Jack Lemmon escurriendo unos espaguetis con una raqueta de tenis para dárselos a la descorazonada Shirley MacLaine en El Apartamento; y un poco más allá Jim Carrey intenta olvidarse para siempre de una Kate Winslet que intentó olvidarse previamente de él, pero no pueden. Son como los protagonistas de 500 días juntos, suben y bajan en una noria de emociones que les impide disfrutar de un amor cotidiano, se encuentran muy lejos para pensar que vivirán juntos para siempre y que la vida les pondrá pruebas tan difíciles como a las que se enfrentan Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva en Amour.

Ninguna de estas películas, de estas imágenes, se encuentra en Return, pero pueden aproximarse a la mente de uno cuando contempla los movimientos de los dos bailarines. También puede aparecer una noche lejana en un parque, a finales de los setenta, y una canción de Kansas con una letra por entonces incomprendida, que obligaba a no dejar de abrazarla cuando la tuve y a imaginarme durante muchos meses que seguía a mi lado, cuando la perdí. Era Dust in the windPolvo en el viento, la primera canción de dos adolescentes que descubrían el amor. Años más tarde, conscientes de La insoportable levedad del ser,  vislumbraron, como los protagonistas de la novela de Kundera, que había diferentes versiones y visiones del amor, del compromiso, de la pareja. Entonces construyeron y deconstruyeron mundos perfectos: tan llenos de miel como de aristas. Hasta que una antropóloga le explicó a él que había tres tipos de amor y lo publicó en un blog:

Tengo un libro de cabecera sobre el amor y las pasiones. Lo escribió una antropóloga, Helen Fisher. Nada como ponernos en nuestro sitio para explicar nuestro comportamiento, y nuestro sitio está con el de los animales. Según Fisher los seres humanos necesitamos alimentar nuestras vidas de amor romántico, lujuria y apego, ya que inyectan al cerebro el chute de enzimas necesarias que precisa nuestra especie para vivir satisfactoriamente. El caso es que hay muchos individuos que son capaces de encontrar una sola persona que les satisfaga estas necesidades, pero hay otros muchos, prácticamente la misma cantidad, que pueden amar a una persona, desear a una segunda y querer vivir con una tercera. Esto lo argumenta científicamente Fisher en Anatomía del amor.

Debe de ser difícil que te expliquen esto de pequeño. Por eso el esquema de relación de pareja se transmite, generación tras generación, simplificado con el cuento del Príncipe Azul. Años más tarde, ya en la madurez, con el príncipe morado y la princesa hastiada, se pasa en muchos casos al hagámoslo por los niños, por la república, por la monarquía: finge que me quieres y yo fingiré que te deseo.

Pero Fisher solo explicaba una parte de la Historia. No aclaraba, por ejemplo, por qué lloraba sin parar la desconocida que estaba a su lado en el patio de butacas de Matadero viendo Return, ni tampoco por qué contrastaba tanto la imagen de la desconocida con la de indiferencia de su pareja. En eso estaba cuando recibí un enlace de un viejo amigo, un eminente físico que me enviaba un críptico vídeo que narraba el viaje de un protón desde el inicio del universo hasta nuestros días. ¿Cómo era posible que el ser humano fuera capaz de ver una imagen cercana a los orígenes del universo e incapaz de acordar el significado de una emoción trascendental? Marta Etura se refugiaba de lo intentos de abrazos de Chevi Muraday que volaba literalmente en el aire para atraparla. Esa imagen se proyectaba en las retinas de cientos de espectadores, viajando hacia sus cerebros de forma similar a como lo hace un protón por el espacio, haciendo quiebros y requiebros a lo largo de la Historia de una palabra inexplicablemente explicada: AMOR. ¿Conoces el código para desencriptarla? Comparte tu secreto. Puede ser vital para un protón que lleva billones de años viajando por el universo preguntándose si realmente se siente enamorado.

 

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Miguel Castro   24.mar.2013 13:37    

Miguel Castro Uceda

Bio Detrás de la trama

“La cura contra el aburrimiento es la curiosidad. No busques un remedio para la curiosidad: no tiene cura.” Dorothy Parker. De esta cita nació este blog, con el propósito de poner remedio a esa curiosidad que nos hace buscar, escarbar, investigar… Una búsqueda a la que hay que intentar añadir un pequeño esfuerzo para que el trabajo no sea en balde, e intentar que surja…, de una imagen, de una palabra, de una música…, algo parecido a una idea. Y, si fuera posible, trabajar esa idea y conectarla a otras áreas del conocimiento. Un viaje que me gustaría que hiciésemos juntos. Atentos pero relajados: con el corazón y la razón dispuestos a abrir los sentidos; con la precaución necesaria para evitar que, como dice el refrán, la curiosidad mate al gato. Cuento contigo.
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