Tarde accidentada
Toros de Cebada Gago (el 1º como sobrero al partirse un pitón), desiguales de presentación, varios de ellos terciados. 1º complicado y con peligro. 2º manso y rajado. 3º noble sin raza. 4º complicado y con peligro. 5º desrazado. 6º sin clase ni raza.
Francisco Marco, silencio en el único que mató.
Sergio Aguilar, silencio, silencio y silencio.
Morenito de Aranda, vuelta al ruedo y silencio.
Dos horas y media entre el bochorno de una tarde a 38 grados de temperatura y ante la lidia de seis moruchos de Cebada Gago no es como para sentirse a gusto en los toros. Y, para colmo, la corrida resultó muy accidentada, con percances de los tres espadas, aunque el más perjudicado fue Francisco Marco, un muchacho al que aquí le han puesto un chiringuito. Es fijo en los carteles de San Fermín y a estas alturas nadie sabe la causa.
Con el género de Cebada habría visto naufragar a muchas figuras encopetadas. Sin embargo le tocó la china a Sergio Aguilar y a Morenito de Aranda, dignos de mejor trato y de tener enfrente otro tipo de toro. No obstante Morenito tuvo una actuación más que digna y supo aprovechar el único toro que metió la cara, aunque sin fuerza y muy bajito de casta.
El de Aranda del Duero se recreó en tras tandas sobre la derecha en las que templó, sometiendo por bajo y dejando un sello de buen torero, que aquí supieron apreciar los escasos buenos aficionados que van quedando en la capital navarra. Al entrar a matar sufrió un fuerte golpe en la mano que le obligó a ser infiltrado para salir en su siguiente ejemplar, un manso insoportable.
El percance de Francisco Marco se produjo al lancear de capa al cuarto, sufriendo un golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente. Sergio Aguilar tuvo que matar ese toro que, como el resto de los de su lote, no le permitieron al madrileño otra cosa que justificarse con más empeño que suerte. Y muy mala porque en el que mató por Marco sufrió un pitonazo en la mano derecha que necesitó varios puntos de sutura.
CRÓNICA CARLOS ILLÁN-FOTO burladero.com