6 posts de junio 2012

La temporada más corta de José Tomás

 

Jose_tomas

 

El diestro José Tomás toreará sólo tres corridas esta temporada, según manifestó su apoderado, Salvador Boix, en la presentación de la Feria de Colombinas de Huelva, una de las cuales, el 3 de agosto, será precisamente en ese ciclo. "Esta de Huelva será su segunda y penúltima cita en la temporada, después de cumplir la primera en Badajoz el lunes próximo, día 25, alternando con 'El Juli' y Juan José Padilla, y la última el 16 de septiembre en Nimes (Francia), donde está anunciado como único espada", ha detallado Boix. La actuación de Huelva será en mano a mano con "Morante de la Puebla" y con toros de diferentes ganaderías.


De modo que en cada una de estas tres citas de Tomás se ha procurado que haya un acontecimiento, por los compañeros que harán el paseíllo con él y por la configuración misma de los carteles. La última tarde de José Tomás en la anterior temporada fue en Barcelona, el 25 de septiembre pasado, una fecha histórica por cuanto ese día se cerraba aquella plaza Monumental a raíz de la prohibición de los toros que aprobó el Parlamento catalán. Esta presencia de José Tomás en las Colombinas ha hecho que se presenten en Madrid como un atractivo turístico más para viajar a aquella ciudad.

En un acto celebrado en un céntrico hotel de Madrid, comparecieron los empresarios Oscar Polo y Carlos Pereda de la onubense Plaza de la Merced, y al alcalde de la ciudad, Pedro Rodríguez, a quienes Boix les dio la enhorabuena "porque hicieron un ofrecimiento digno y con claridad, pensando en generar la máxima ilusión". "Así es como José Tomás ha querido volver a la plaza de Huelva, que para él es emblemática por la acogida que siempre le ha dispensado", ha señalado el apoderado. "La luz, el color y tantas cosas buenas que tiene Huelva garantizan un ambiente fenomenal. Ojalá que los toros embistan y la gente se divierta", recalcó Boix.


Por su parte, el empresario Oscar Polo justificó la presentación de la Feria de Colombinas en Madrid "para darle el empujón de la máxima difusión, ya que en esta ocasión se trata de los mejores carteles que se pueden ofrecer en cualquier plaza de segunda categoría". Polo, como su socio Pereda, hizo hincapié en la presencia de Tomás, "un nombre que va a mover en Huelva en un sólo día unos dos millones de euros; eso lo saben bien los empresarios del sector turístico". "Algo definitivo para estar agradecido a José Tomás es su colaboración para mantener los precios del año anterior. Va a ser un esfuerzo de todos, pero que parte de Tomás. Y eso, en una situación como la que se está viviendo actualmente, es muy de resaltar, y de agradecer", enfatizó Pereda.


Los responsables de la Feria de Colombinas ensalzaron el resto de combinaciones que se ofrecen en el ciclo, como un segundo mano a mano entre El Juli y Manzanares, la encerrona del rejoneador Diego Ventura con seis toros de diferentes ganaderías -entre ellos uno de Miura y otro de Pablo Romero- y la corrida del primer día con El Cid, Iván Fandiño y Daniel Luque.

 

EFE.

"Aguilar y un decepcionante regreso"

El madrileño Alberto Aguilar corta una oreja de peso y firma lo más destacado de la tarde y de la Feria del Arte y la Cultura. Decepcionante vuelta a Madrid de Victorino Martín que sólo sortea un notable astado. Irregular Ferrera y Urdiales, sin opción.

3ªarteycultura

Todos esperábamos con enorme interés e ilusión la vuelta a Madrid de una de las ganaderías emblemáticas del campo bravo. Además, el hierro de Victorino Martín regresaba a “su” plaza de Las Ventas, al coso que le ha dado todo y por el que es Historia viva de la fiesta. Y había un componente añadido en el regreso del ganadero de Galapagar: la orfandad de casta y emoción en el conjunto de la afición madrileña. Después de semanas en las que por el ruedo del coso venteño han desfilado decenas y decenas de astados vacíos de casta y bravura, todos confiábamos en que Victorino regresara por todo lo alto y lidiara una corrida marca de la casa. Pero no fue así. Parece que la divisa azul y encarnada va perdiendo poco a poco alguna de las señas de identidad que siempre tuvo. Lo que le faltó al encierro por encima de todo fue emoción, chispa, transmisión. Hubo casta, sí, pero tampoco desbordante. No salió ninguna de las típicas alimañas de Victorino ni tampoco el gran toro completo en todos los tercios. El que más se acercó fue el buen tercero que, con sus complicaciones, dio un gran juego. Pero hubo animales que si les quitan el hierro y su capa cárdena habrían pasado por cualquiera de las “comerciales”.

GRAN DIMENSIÓN

Pero la tarde trajo una sorpresa más allá de la decepcionante vuelta de Victorino. Y ese nombre fue el de Alberto Aguilar. El madrileño había apuntado en las últimas temporadas el ser un matador joven con hambre, ambición y mucho valor. Pero esta tarde ha demostrado mucho más. La corrida no terminaba de despegar cuando salió el tercero de la tarde, un bonito ejemplar de Victorino, muy en el tipo de la casa, aunque un poco chico. Tenía pocos kilos sobre sus lomos y hubo sector del público que lo protestó. Pero el toro, al contrario que varios de sus hermanos como el sexto, si presentaba una estampa típica de Victorino. Y sus buenas hechuras y noble expresión no fallaron. Cumplió en el caballo y después en la muleta embistió con mucha transmisión y humillando mucho. Se iba siempre detrás de los vuelos de la muleta “Poeta”, aunque se quedaba debajo al segundo o tercer muletazo. Tuvo clase el toro y su matador lo supo aprovechar. Alberto Aguilar se puso desde el principio en el sitio. Se cruzó durante toda la faena y, muy asentado, logró varios muletazos de muy notable trazo, templados y de mano baja. Corrió muy bien la mano y encontró el secreto que pedía el “victorino” en algunos momentos. Por lo mucho que reponía, el astado pedía que se le perdiera siempre uno o un par de pasos y volverle a dejar en la cara la muleta. Cuando Aguilar lo hizo, lo enganchó mejor y el animal regaló sus mejores embestidas. Destacaron, por encima de todo, dos naturales realmente buenos. Tras dejar una buena estocada, solo unos centímetros desprendida, cortó la oreja más rotunda de este invento llamado Feria del Arte y la Cultura. El noble, pero no tonto, toro de Victorino fue arrastrado entre una ovación. El sexto también fue protestado de salida. Se tapaba por la cara y además no tenía el tipo de “victorino”. Parecía que no terminaría de forma lucida la tarde, pero Alberto Aguilar volvió a apostar y entonces llegaron los mejores naturales de toda la tarde y la feria. Tardó en cogerle el aire al toro el madrileño, pero cuando comenzó a dejarle muerta la franela en la cara y a citarle con leves toques, el de la A coronada embistió con buen tranco y transmisión. Alberto, entregado y con el compás abierto, corrió la mano con gran templanza y consiguió naturales de gran profundidad y bello trazo. Por fin demostró este joven diestro curtido en mil batallas que sabe torear y muy bien. La plaza estaba caliente y si llega a matarlo de una buena estocada a la primera, quizás habría abierto la puerta grande, pero tras dejar un pinchazo hondo, falló con el verduguillo y perdió el posible trofeo. Como premio: una vuelta al ruedo.

OFICIO Y POCO MÁS

Abría cartel el extremeño Antonio Ferrera, un habitual ya de las corridas de Victorino. Destacó Ferrera toda la tarde con el capote y a la hora de lidiar a sus toros. Los llevó con temple y sin tirones y los lució en el caballo poniéndoles muy de largo. El primero se hizo el remolón y fue tardo a la hora de acudir al peto, pero después se arrancó con alegría y tomó dos buenas varas. A la muleta llegó este con una gran virtud: la humillación. Siempre fue con el hocico por el suelo y también tuvo mucha nobleza. Demasiada nobleza. Al de Victorino le faltó más transmisión y emoción en el viaje y estaba descafeinado en exceso. Ferrera bajó bastante la mano y por momentos anduvo templado. Demostró oficio pero su trasteo no terminó de despegar y antes de dejar una estocada, pinchó dos veces. El cuarto fue un animal interesante, que tuvo casta y poder y posibilidades por el pitón izquierdo. Eso sí, tuvo la faena y los pases justos. Cuando se terminaron las quince embestidas que tuvo, sacó su “inteligencia” y se puso mucho más complicado. Antonio Ferrera, casi siempre al hilo, no terminó de entenderlo y se pasó de faena. Horrible con el estoque con cinco pinchazos y un bajonazo.

SIN OPCIÓN

Diego Urdiales no tuvo la más mínima opción de lucimiento. Continúa sin suerte el torero de Arnedo en una temporada vital para él. Su primero, el segundo, fue el peor de todos. Muy deslucido, no tuvo nada de clase ni gracia el ejemplar de origen Saltillo-Albaserrada. Siempre salió con la cara arriba desluciendo los muletazos del matador riojano. El quinto fue el ejemplo de lo que no debe ser un toro de Victorino: noble hasta extremos insospechados. Tuvo una bondad inusitada y pareció cualquier borrega procedente de la ganadería más descastada. Urdiales lo intentó, pero no pudo hacer nada destacable.  

3ª Feria del Arte y la Cultura. Las Ventas. Con menos de tres cuartos de entrada, se lidiaron 6 toros de Victorino Martín, desiguales de presentación, con alguno muy justo como el 2º, y juego. Destacó el encastado y humillador 3º, que tuvo clase.

Antonio Ferrera: palmas tras aviso y leves pitos

Diego Urdiales: silencio tras aviso en ambos

Alberto Aguilar: oreja y vuelta

Crónica: Alejandro Martínez / Foto: Javier Arroyo

"Luque vuelve a ilusionar"

Buena actuación del sevillano que corta una oreja y firma lo más destacado de un festejo marcado por el fuerte viento que sopló en todo momeno. Corrida variada del Puerto de San Lorenzo que sortea dos notables astados. Digna confirmación de Thomas Dufau.

2ªarteycultura

Se rompió la racha de puertas grandes consecutivas en esta Feria del Arte y la Cultura. Pero esta no es una mala noticia teniendo en cuenta el peso y la importancia de esas puertas grandes de los últimos días. Lo que no se rompió fue la racha de orejas. Una cortó el sevillano Daniel Luque que vino a Madrid como debía. Después de un comienzo de temporada muy tibio y de su paso por la Feria de Abril de Sevilla, con tres paseíllos y ningún trofeo, Luque regresó a la plaza que le puso en el circuito cuando aun era novillero. Siempre se le vieron condiciones a este torero, pero la frescura y ambición que demostró en sus comienzos, se había ido diluyendo en estas últimas temporadas. Muchos éramos pesimistas sobre lo que pudiera hacer esta tarde en Las Ventas, sobre todo teniendo en cuenta la desafortunada actuación que tuvo en San Isidro, pero Daniel Luque consiguió ser el nombre más destacado de la tarde. También puntuó El Puerto de San Lorenzo, aunque se quedó a medio. La primera mitad de la corrida apuntaba muy alto, pero la segunda parte no pudo redondear un triunfo del hierro salmantino. Dos notables toros, los lidiados en primer y tercer lugar, fueron las alegrías de un encierro que también tuvo sus penas y una acentuada mansedumbre en los últimos ejemplares lidiados. El francés Thomas Dufau anduvo firme y dejó buenas sensaciones en la tarde de su confirmación. La cruz fue Manuel Jesús “El Cid” que volvió a demostrar que está muy perdido y a la deriva.

POR FIN

Por fin Daniel Luque apareció en el ruedo mostrando ganas y ambición. El torero de la capital Hispalense que parecía estar invernando desde hace bastante tiempo se hizo presente muy pronto en el ruedo venteño y desplegó su capote para firmar pasajes de gran intensidad. Varios fueron los quites que realizó en un mismo toro, en su primero. Ganando terreno y cargando la suerte, firmó un par de quites a la verónica en los que toreó con gran templanza, finura y clase. Fue su carta de presentación. Con la muleta anduvo más irregular pero dejó momentos muy notables. El tercero de la tarde era un ejemplar muy bien presentado, serio y rematado, muy en el tipo de la casa y que mostró virtudes desde que salió de chiqueros. El de Lorenzo Fraile fue un animal muy claro desde el principio y que hizo gala de las mejores virtudes del encaste Atanasio- Lisardo. Noble, con gran fijeza y humillación, enclasado, con recorrido…reunió todos esos aspectos positivos y, para ser un astado sobresaliente, sólo le faltó un punto más de transmisión y emoción en la embestida. Luque se colocó en ocasiones y en otras no tanto. A veces si que estuvo cruzado y toreando con ajuste y apreturas, otras más al hilo. Dentro de su labor muletero sobresalió una gran serie al natural en la que si sonaron con fuerza los oles de Las Ventas. Además de la templanza que imprimió a los muletazos, bajó bastante la mano y demostró poseer un gusto y empaque muy personales. La estocada fue buena, aunque cayó muy ligeramente desprendida y provocó derrame. Tras fuerte petición, obtuvo un apéndice. Ese “Velosico II” si le permitió el lucimiento, cosa que no hizo el quinto. Éste fue un ejemplar completamente manso y rajado con el que poco se pudo hacer. Luque lo intentó con insistencia, pero el fuerte viento que soplaba y el huidizo animal le frustraron cualquier esperanza de triunfo. Mató con habilidad muy pegado a tablas y el manso se fue al desolladero entre pitos.

INTERESANTE CONFIRMACIÓN

Un día más abría cartel un confirmante. En esta ocasión fue el turno del francés Thomas Dufau que, pese a no conseguir un importante triunfo, sí pudo dejar buenas sensaciones. Muy buen concepto tiene este joven matador de la vecina Francia y habrá que estar atentos a su evolución porque podría llegar a hacerse un hueco en la profesión. El toro de la ceremonia fue un precioso y rematado ejemplar de la divisa charra, algo acapachado de cornamenta, que salió bastante frío de salida, pero que después sacó un gran fondo de bravura. Hubo algunas protestas porque perdió las manos un par de veces, pero acertadamente el presidente lo decidió mantener en el ruedo. Mucha clase y nobleza demostró en la franela de Dufau y siempre llevó el hocico por la arena. El que algunos decían que era un inválido no abrió la boca ni perdió las manos en ningún momento. Su matador construyó un trasteo en el que se vieron sus buenas maneras y su firmeza. Y todo, teniendo en cuenta el peso de la tarde y el insoportable viento que sopló en todo momento. Hubo muletazos de muy buen trazo, aunque falló la colocación en algunos instantes. Mejor y más centrado al final que al principio. Terminó con manoletinas y tras dejar una estocada trasera, saludó una ovación. El que cerró plaza fue un burraco del Puerto que también pecó de mansito al principio pero que después si se sujetó en el último tercio. Muy noble el animal, pero de sosa acometividad. Dufau también se justificó en este, aunque no anduvo tan certero con la espada.

Volvía Manuel Jesús “El Cid” a Madrid después de un paso, como mínimo, discreto en el abono isidril. Y si discretas fueron sus tardes anteriores, mala fue la de hoy. Sin sitio, sufriendo gran cantidad de enganchones y llegando a mostrarse vulgar, el de Salteras no dijo nada con el noble y flojo segundo y pasó un trago con el complicado cuarto. Este toro no fue imposible ni mucho menos y su mansa pero encastada condición tuvo interés. Cid no lo vio por ningún sitio y tuvo que abreviar resignado entre la recriminación del respetable. Para quitárselo del medio pronto, se fue a los bajos y escuchó pitos. Urgente y profunda reflexión la que necesita este torero que no es ni la sombra de lo que era.

2ª Feria del Arte y la Cultura. Las Ventas. Con media plaza, se lidiaron 6 toros de El Puerto de San Lorenzo, bien presentados en general, y de juego desigual. Destacaron por su notable condición 1º y 3º. 2º noble pero flojo; 4º complicado; 5º manso rajado; 6º mansito y noble, con opciones.

El Cid: silencio y pitos

Daniel Luque: oreja y saludos

Thomas Dufau (que confirmaba alternativa): saludos tras aviso y silencio

Crónica: Alejandro Martínez / Foto: las-ventas.com

"Talavante y...lo mismo de siempre"

El extremeño abre de nuevo la puerta grande y firma lo más destacado de una corrida en la que la exigencia, en todos los sentidos, brilló por su ausencia. Morante, sólo detalles y Manzanares no entra en Madrid con nuevo petardo de Cuvillo.

Beneficencia

La tradicional corrida de la Beneficencia nos dejó dos noticias. La primera: la puerta grande de Alejandro Talavante. La segunda: la decadente exigencia de la Monumental de Las Ventas. ¿Y por qué digo esto? Pues porque, en otro tiempo (por ejemplo, en aquel en que esta corrida era la más importante de la temporada), lo ocurrido hoy en el ruedo de Madrid no sería nada del otro mundo. Sería un espectáculo cercano a la mediocridad en su conjunto. Es verdad que Alejandro Talavante estuvo bien, sí, pero se debe exigir mucho más. Para empezar, que lo que hizo el extremeño lo realice ante toros como Dios manda. La mejor prueba de esta diferencia entre un triunfo de justito peso y otro sobresaliente son las dos puertas grandes de este torero en estos dos últimos años. La primera, la del pasado San Isidro, la consiguió al cuajar de principio a fin a un bravo y serio astado del Ventorrillo. La puerta grande de hoy, por el contrario, la ha conseguido con dos trasteos irregulares y ante dos toros sin apenas trapío. Esa es la diferencia. Por eso recalco que sí, que Talavante estuvo bien, pero que su actuación no fue de puerta grande y que debemos exigir el nivel que este torero nos dio el año pasado y no conformarnos con menos. El público que llenó esta tarde la monumental de Las Ventas estaba predispuesto al triunfo de los toreros. Bueno, todo el mundo no. Los únicos que dieron algo de guerra y que protestaron, muy justamente, ciertas cosas fueron los habituales, los resignados aficionados en su mayoría del tendido siete que parecen clamar en el desierto. Esos aficionados continúan exigiendo lo que la plaza de Madrid se merece, no se conforman con un espectáculo de medias tintas. Lo malo es que ellos son una minoría y los que se conforman con poco, una mayoría.

SÓLO TALAVANTE

Sólo Alejandro Talavante consiguió destacar. El extremeño dio una buena dimensión, aunque no llegó a estar a la altura de otras tardes. Los puntos fuertes de su actuación fueron la disposición, la claridad de ideas, la improvisación y la valentía. Sí, la valentía, porque aunque es verdad que en la mayoría de momentos instrumentó un toreo perfilero y apenas adelantó la muleta, si se enroscó a veces las embestidas y expuso bastante. Sobre todo brilló Alejandro con la mano izquierda. Lo mejor de su actuación: varios cambios de mano muy lentos en los que se fajó al toro. Demostró que venía a por todas en un quite por chicuelinas ante su primero. Después, instrumentó una faena irregular que fue de más a menos y que fue premiada, excesivamente, con una oreja. Destacó en esta labor una gran serie al natural en la que, bien colocado, corrió la mano con templanza y largura, rematando muy atrás los muletazos. Buenos remates por abajo y algunos adornos de su particular tauromaquia mexicana. El animal que tuvo enfrente, uno de los remiendos de Victoriano del Río, fue un ejemplar también chico y justo de presentación que dio bastantes posibilidades. Tuvo nobleza y repitió humillando, aunque transmitiera poco principalmente por su justeza de trapío. La estocada cayó trasera, el toro tardó en caer y Talavante tuvo que hacer uso del descabello. No era de oreja, pero el público la pidió. Más peso tuvo la cortada al que cerró plaza, otra raspa de Cuvillo que repitió con nobleza, aunque diciendo muy poco. Su matador logró firmar varias tandas de muletazos de notable trazo, muy en su estilo, que intercaló con algunas improvisaciones tan propias de él. Fue certero matando y eso le permitió tocar pelo de nuevo y abrir su tercera puerta grande. Repito, no estuvo mal Talavante, todo lo contrario, pero comparen estas faenas y esta puerta grande con la del año pasado y se darán cuenta de las diferencias.

SUSPENSO GENERAL

Por lo menos Talavante logró aprobar algo que no consiguieron sus compañeros, en particular, Manzanares. El alicantino venía a tapar las bocas de todos los que le criticaron en su paseíllo en San Isidro, pero lo que consiguió fue lo contrario: generar más dudas sobre su concepto del toreo. Bueno, dudas para algunos. José María Manzanares ha demostrado que si sigue buscando este tipo de toreo nunca llegará a entrar en Madrid. ¿Y por qué? Porque, a pesar de que cada vez son menos los que exigen, sigue habiendo un importante número de aficionados que no toleran las descaradas ventajas y, menos, en una figura del toreo. Manzanares volvió a hacer lo de siempre, lo que le ha permitido triunfar clamorosamente en cosos como el de Sevilla: torear siempre despegado, con el pico y con la pierna retrasada. Su maniático pasito atrás nos saca de quicio a muchos, pero parece que José María no está muy dispuesto a cambiarlo. En otras plazas todo esto lo maquilla con su privilegiado empaque, con su innata templanza, con su estilosa figura. En otros cosos sí, pero en Madrid no. Los dos astados de su lote fueron sendos bichos anovillados de Núñez del Cuvillo que se movieron con poca clase y muy leve transmisión. Se ha vuelto a lucir este año este ganadero tan admirado en otras plazas. El año pasado, dos corridas y dos petardos y, este año, más de lo mismo. Y yo me pregunto: ¿le importará? Lo dudo. Pitos para los “cuvillos” y silencio para Manzanares. Está visto que aquí esta pareja no mantiene su idilio.

Abría cartel el siempre polémico Morante de la Puebla, torero que levanta pasiones enfrentadas. Leve fue el esfuerzo del sevillano, aunque es justo reconocer que tampoco hoy tuvo grandes enemigos. El primero de Cuvillo duró un suspiro y el remiendo cuarto de Victoriano se movió sin maldad alguna pero saliendo siempre con la cara alta. Detalles de torería en algunos muletazos en los que demostró la suavidad con la que echa los flecos de la muleta. Lo más destacado de su actuación fue un torerísimo quite por chicuelinas en el que se reconcilió con un público que le abroncó a la muerte de su segundo. Dirá que no le entienden.

Corrida extraordinaria de la Beneficencia. Las Ventas. Con lleno en los tendidos, se lidiaron 4 toros de Núñez del Cuvillo, mal presentados por anovillados a excepción del 1º, y de noble y descastado juego en general, y 2 de Victoriano del Río, desiguales de presentación y juego, mejor el 3º.

Morante de la Puebla: silencio y bronca

José María Manzanares: silencio en ambos

Alejandro Talavante: oreja y oreja

Crónica: Alejandro Martínez / Foto: las-ventas.com

"David Mora, puerta chica"

El toledano abre una puerta grande muy barata que deja la exigencia de Madrid por los suelos. Además, no fue la tarde de David Mora que dejó escapar a un gran toro de Valdefresno lidiado en tercer lugar. Curro Díaz y César Jiménez, se van de vacío.

1ªarteycultura

Las rebajas llegaron a Madrid. Sí, como lo oyen, los descuentos parece que se han adelantado este año y han llegado a la capital con fuerza. Y con rebajas y descuentos no me estoy refiriendo, como se imaginarán, a prendas de vestir ni nada por el estilo. Me refiero a las orejas y trofeos que se conceden en una plaza de toros. Aún es pronto para decirlo, pero puede que esta primera puerta grande para un torero de a pie este año en Madrid no sea casualidad. Tras el mediocre y pésimo San Isidro, la empresa Taurodelta y los diferentes implicados en la fiesta en Madrid, puede que tengan el deseo de tapar los desastrosos resultados del ciclo taurino más importante del mundo. Y, ¿cuál es la forma más fácil de taparlo? Muy sencillo: mediante el triunfalismo. Si en esta nueva feria, llamada del Arte y la Cultura, se cortan muchas orejas y se abre varias veces la puerta grande, los culpables del desastre en Las Ventas tendrán argumentos y excusas para decir que no han hecho tan mal las cosas. Esto es muy peligroso y puede traer consecuencias como las de esta tarde. La principal: la aniquilación de la exigencia y de la categoría de la plaza de Las Ventas.

PREMIO EXCESIVO

David Mora ha conseguido lo que ningún torero de a pie había podido en estas largas semanas de toros en Madrid: abrir la puerta grande. Pero, más allá del titular y de las orejas cortadas, se debe afirmar con rotundidad que su actuación no era, ni mucho menos, de puerta grande. David Mora mostró gran disposición y entrega toda la tarde, pero poco más. Este torero no es el mismo del año pasado, parece que nos lo han cambiado. Continúa con valor y arrojo desde el principio y sigue toreando bastante bien con el capote, pero en lo demás, en vez de progresar, ha retrocedido. David Mora ya no es ese torero que apuntaba grandes maneras con la muleta, no es aquel que ilusionaba con un buen concepto del toreo y con cierto gusto en las formas. Ahora es un torero que, como la mayoría, abusa de las ventajas y que realiza un toreo que, en ocasiones, llega a ser antiestético. Siempre muy espatarrado, sin encajarse ni ponerse derecho en ningún momento, falto de templanza, acelerado por momentos…ese fue el David Mora que abrió la puerta de Madrid, la de la gloria. Además, la puerta grande fue aún todavía más injusta porque el manchego dejó escapar a un gran toro de Valdefresno, el mejor de la corrida, lidiado en tercer lugar. “Bilanero”, que así se llamó el astado, tenía unas hechuras perfectas para embestir y también seriedad por delante. Y el de la divisa salmantina no falló. Empujó en el caballo, como la mayoría de sus hermanos, y después en la muleta reunió muchas virtudes. Se arrancó siempre de lejos con prontitud y alegría, tuvo nobleza, clase, recorrido, humilló muchísimo…fue sin duda un toro para cuajar de principio a fin, aunque bien es verdad que también tuvo un acentuado defecto: flojedad de manos. Más que poca fuerza, lo que evidenció el de Nicolás Fraile fue que a la más mínima perdía las manos. Al margen de ello, fue un muy buen toro.

Su matador puso en pie a la plaza en un alarde de improvisación. Se disponía a saludar con el capote Mora a su primer oponente cuando se resbaló y cayó en la cara quedando a merced del toro. David, muy rápido y fresco de ideas, se hizo el quite con una larga cambiada y remató el recibimiento con varios capotazos a una mano. Antes, en el segundo de la tarde, también había tenido un gran susto cuando el toro que le correspondía a César Jiménez le propinó una fea voltereta sin consecuencias en un quite por chicuelinas. Anduvo bastante templado con el capote toda la tarde David Mora. Brindó al público su primero y comenzó un trasteo muy irregular en el que hubo muletazos sueltos estimables, pero nada de rotundidad ni conjunción. Abusó del pico siempre y no llegó a cuajar en ningún momento al buen animal de Valdefresno, que era de dos orejas. Lo mejor: una serie de naturales al final de la faena y antes de entrar a matar. Tras una estocada de inmediato efecto, cortó una oreja muy liviana. La faena al sexto tuvo más mérito. El que cerró plaza fue un astado manso y rajado desde el principio que intentaba huir casi en cada muletazo, pero que sí tuvo casta, clase y transmisión. Fue el típico manso encastado de este encaste que cuando se le sujetaba y se le bajaba la mano respondía con emoción. David Mora tuvo buenos momentos haciendo lo que pedía el toro y sujetándolo en la franela. Se tiró a matar muy encima resultando prendido por la taleguilla a la altura de la ingle. Tras dejar una estocada muy contraria y suelta y hacer uso del estoque de cruceta, volvió a tocar pelo.

DISCRETOS Y DE VACÍO

Sus compañeros de terna, Curro Díaz y César Jiménez, no tuvieron tanta suerte pero tampoco la buscaron lo suficiente. El primero dejó quizás los mejores muletazos de la tarde en el que abrió plaza, un toro del hierro titular que comenzó embistiendo con enorme calidad y transmisión. Humilló muchísimo y colocó magníficamente la cara para embestir. Después se vino a menos al igual que el trasteo del de Linares que firmó dos series con la diestra en las que bajó la mano y se encajó y sintió. De estocada baja lo mató, al igual que a su segundo, el cuarto, un toro este mucho más soso. Este trasteo fue demasiado largo y por momentos vulgar. César Jiménez volvía a Las Ventas para hacer su segundo paseíllo y tampoco alcanzó un gran nivel. El madrileño volvió a demostrar que tiene mucha clase, largura y templanza toreando con la zurda pero, una vez más, anduvo muy despegado. Entre el toro y el matador podría haber pasado un camión. Esto hizo que su labor no tomara vuelo en ningún momento. El quinto fue el que más manseó de todos en los primeros tercios, ya que la corrida cumplió con creces en el caballo (la mayoría). Fue esta una res a la que también le faltó transmisión y clase en la embestida. Jiménez, también se puso pesado.

1ª Feria del Arte y la Cultura. Las Ventas. Con algo más de media plaza, se lidiaron 6 toros de Valdefresno, bien presentados en su conjunto a excepción del chico 2º que se tapó por la cara, y de juego desigual. Destacó el notable tercero. El 1º también muy bueno aunque duró poco y el 6º manso encastado.

Curro Díaz: saludos con algunas protestas y silencio

César Jiménez: silencio en ambos

David Mora: oreja y oreja tras aviso (ambas con algunas protestas)

Crónica: Alejandro Martínez / Foto: las-ventas.com

"Cuadri ganó la partida"

Importante encierro de Fernando Cuadri en presentación y juego por bravo, encastado y con muchas posibilidades de triunfo. Los dos mejores astados se los lleva en el lote Luis Bolívar que deja pasar una gran oportunidad. Mala suerte de Javier Castaño que sufre una aparatosa voltereta. Rafaelillo suspende.

23ªsanisidro

Cuadri ganó la partida y lo hizo en todos los sentidos. Lidió quizás la corrida de la feria, trajo la emoción, la bravura y la casta, y dio importancia y seriedad a la floja Feria de San Isidro que mañana concluirá. Los toros les ganaron la partida a los toreros. Bueno, a dos de ellos. Javier Castaño si estuvo al nivel que merecía la ocasión pero la mala suerte se cebó con él. En una tarde tan importante, en la que tenía a todo el público a su favor tras sus destacadas comparecencias en las plazas más importantes, el destino quiso que no pudiera matar al completo la corrida de Cuadri. Una desafortunada voltereta le dejó conmocionado y aunque pudo estoquear a su primero, tras pasar a la enfermería, no pudo regresar. Una verdadera pena porque la tarde, seguro, habría sido suya por su firmeza, seguridad, valor e inteligencia delante de los toros que le han devuelto a la primera línea. Sí, porque no sólo las grandes figuras ocupan la primera línea. Toreros como Castaño están ahí por hacer descomunales esfuerzos ante corridas que son todo menos fáciles.

SIEMPRE CUADRI

Gran corrida la lidiada esta tarde por el hierro de Herederos de Celestino Cuadri en Las Ventas. Es verdad que esta ganadería juega en casa, en la plaza que le ha dado todo y en la que ha lidiado corridas y ejemplares que han quedado en la memoria de muchos aficionados. El encierro de Cuadri fue un ejemplo de excelente presentación. El segundo o el cuarto fueron más feos, es verdad, pero en líneas generales la presentación fue impecable. Toros hondos, largos, muy cuajados y serios…toros que imponen respeto al mismo salir de chiqueros. Pero no sólo hubo fachada, también contenido. Casi toda la corrida se movió siempre con gran emoción y transmisión y dentro de la variedad y de ese común denominador de la casta, hubo astados con más y menos posibilidades. Eso sí, todos exigentes. Los mejores fueron tercero y quinto (se corrió turno ya que este debería haber salido en último lugar). Ambos además de esa transmisión, emoción, fuerza y casta, también se “dejaron” mucho humillando y colocando muy bien la cara para embestir. Repitieron hasta la saciedad y murieron con la boca cerrada. Y todo esto teniendo en cuenta que a toda la corrida se le pegó mucho en el caballo. Hoy en Las Ventas sí hubo emoción e importancia en todo momento. La gente, el aficionado disfrutó al contemplar animales verdaderamente listos, encastados, que se movieron y no perdieron las manos…animales que lucharon por su vida al final.

EL INFORTUNIO

Javier Castaño fue el otro nombre propio del vigésimo tercer espectáculo del ciclo madrileño. El salmantino llegó como se fue el pasado miércoles: con gran disposición y sabedor de que era su tarde. Y lo era porque, sobre todo en Madrid, la gente tiene memoria y sabe reconocer los méritos de un torero. Sus actuaciones en Valencia, Sevilla, Nimes y su primera comparecencia en San Isidro valían la confianza y el apoyo del público venteño. Comenzó inteligente Castaño, haciendo las cosas a favor del toro y lo colocó de largo en el caballo. El de Cuadri acudió rápido y de lejos, pero luego no demostró bravura ya que no empujó apenas y lo hizo con la cara arriba y calamocheando. Cuando pedía el cambio, Castaño perdió un momento la cara al toro y éste no le perdonó. Escalofriante voltereta y feísima caída que le dejó conmocionado. Pero Javier sacó la raza que le caracteriza y cogió la muleta para comenzar el trasteo. No dudó en ningún momento el de Salamanca e hizo las cosas muy bien. Sobre la diestra llegaron demasiado enganchones, pero por el izquierdo, el mejor pitón del toro, si logró naturales templados y limpios. Hizo un verdadero esfuerzo porque se notó que no estaba ni mucho menos al cien por cien de facultades. Anduvo valiente y muy profesional, demostrando ser un experto con este tipo de toros. La espada continúa siendo su talón de Aquiles y tras varios pinchazos tuvo que hacer uso del verduguillo. Palmas a su esfuerzo y lamentos por no volverle a ver en su segundo. Sin duda, mantiene su crédito intacto.

SE LES FUE...

Hubo ganadores en la batalla, pero también perdedores. Por supuesto que tuvieron un gran mérito Rafaelillo y Luis Bolívar por matar la corrida con dignidad, pero anduvieron por debajo de las expectativas. El primero no lo vio en ningún momento. No acertó el murciano ni en las distancias ni en los tiempos. Con este tipo de astados no valen los toques bruscos, los tirones ni tampoco subir la mano. El primero, que tomó con bravura tres puyazos, en la muleta se vino un poco a menos. Fueron buenas sus primeras arrancadas aunque después su embestida perdió transmisión y el de Cuadri salió casi siempre con la cara alta de la muleta. Rafael se consiguió tapar en este, pero anduvo discreto, sin terminar de tirar la moneda al aire. Peor aún estuvo en el cuarto. Este fue el más complicado y de peor condición, pero el murciano aún empeoró más el comportamiento del “cuadri”. Se limitó a machetearlo por abajo y a hacer aspavientos de resignación e impotencia. Por el percance de Castaño también tuvo que lidiar al sexto, el más noble de todos. A este le faltó más chispa, pero tuvo sus opciones y nunca hizo nada feo al matador.

Completaba el cartel Luis Bolívar, ya acostumbrado a tratar con “victorinos” pero no tanto “cuadris”. El colombiano dejó detalles de disposición y buen concepto pero dejó escapar una oportunidad grandiosa en la primera plaza del mundo. Su lote fue excelente, de los que te encumbran en Madrid. Y esto, claro, no quiere decir que fuera fácil, sino un lote para apostar. Muy completos ambos toros “Camarote” y “Pesador”, que tuvieron muchísimo que torear. Bolívar comenzó bien ambas labores pero se perdió pronto, abusando de la mala colocación y sin llegar a acoplarse ni a entender a sus enemigos. Oportunidades como estas no pasan tantas veces.

23ª Feria de San Isidro. Las Ventas. Con casi lleno en los tendidos, se lidiaron 6 toros de Celestino Cuadri, muy bien presentados en líneas generales, y de encastado y bravo juego en general, exigentes. Los mejores 3º y 5º, ovacionados en el arrastre.

Rafaelillo: leves pitos tras aviso, pitos y silencio

Javier Castaño: palmas en el único que mató

Luis Bolívar: leves pitos y pitos

Crónica: Alejandro Martínez / Foto: las-ventas.com

Enrique Mazas y Teo Sánchez


Clarín es un histórico de la radio que ahora vuelve con nuevos bríos. Presentado por Teo Sánchez y Enrique Mazas, el informativo taurino de Radio 5 se emite cada domingo de 23.05 a 24.00 horas.
Ver perfil »

Síguenos en...