Bueyada para empezar
Un encierro manso y descastado de José Luis Pereda dio al traste con la primera corrida de la Feria de San Isidro. Las únicas ovaciones de la tarde fueron para los subalternos Miguel Martín y Luis Carlos Aranda y también para el picador Hector Piña.
Madrid, jueves 9 de mayo de 2013. Toros de José Luis Pereda, bien presentados, mansos y descatados en general. Sin fondo y de pobre juego. DIEGO URDIALES: Silencio tras aviso y silencio tras dos avisos; LEANDRO: Silencio tras aviso y silencio; MORENITO DE ARANDA: Silencio y silencio. Entrada: 18 mil espectadores.
Como en Clarín nos gusa ir contracorriente vamos a salir a la contra de las crónicas kilométricas en la que se describe hasta la pezuña de la mano derecha del toro así como de aquellas utilizadas para el lucimiento literario del plumilla de turno sin que nos enteremos de nada una vez leídas. Para ello vamos a intentar resumir lo sucedido en el ruedo de Las Ventas en menos de 140 caracteres. Vamos allá que creo que hoy me voy a pasar.
La ganadería de José Luis Pereda ha vuelto a las andadas y ha enviado un encierro manso, descastado y deslucido. Una vez más fallan los tópicos de la tauromaquia. "Con esas hechuras tienen que embestir", pues nada.
Diego Urdiales, con un lote de escasas posibilidades se contagió de la abulia de sus oponentes. Pasó como una sombra por su cita isidril.
Leandro tuvo los toros con más posibilidades sobre todo el 2º. El animal, manso y huidizo, al abrigo de las tablas embestía con franqueza a favor de querencia. El vallisoletano, precavido y sin ambición, no logró atacar al toro para que repitiera las embestidas y aquello llegara a los tendidos. Un natural aqui, un remate allá pero nada más.
Muy distinta la actitud de Morenito de Aranda. Firme y dispuesto se quedó muy quieto frente a dos marrajos de Pereda. Positiva la actitud del burgalés que esperemos se prodigue. Lo más sobresaliente de la tarde lo protagonizaron dos toreros de plata: Miguel Martín y Luis Carlos Aranda. Dos pares con mucho de riesgo de Martín y uno lleno de torería de Aranda, sin saltos, sin moviolas, sin violines ni trombones. Cuartear, cuadrar en la cara, clavar y salir andando. Parece tan sencillo...
TEXTO: Enrique Mazas FOTOS: Javier Arroyo para aplausos.es
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