María Hernández Martí y Javi de Castro nos hablan de 'Que no, que no me muero'
martes 12.abr.2016 por Jesús Jiménez 0 Comentarios
Que no, que no me muero (Modernito Books), de María Hernández Martí y Javi de Castro, no es un libro de autoayuda ni una terapia para enfrentarse a la enfermedad. Simplemente es un conjunto de relatos que componen un testimonio real y sincero del día a día de Lupe, un personaje imaginario que tiene un cáncer de mama y, aparte de lidiar contra la enfermedad, tiene que enfrentarse a la incomodidad y las impertinencias de la gente que la rodea, que tampoco sabe cómo afrontar la situación. Unos pequeños cuentos que derrochan autenticidad y evitan cualquier tipo de moraleja.
El personaje es una especie de alter ego de la escritora María Hernández Martí (Las Palmas, 1970), autora del libro de cuentos Vida Tinta (Almuzara, 2008), que decidió relatar sus experiencias tras enfrentarse al cáncer: "No fue que quisiera relatar mi experiencia personal ni hacer terapia escribiendo. Cuando lo he necesitado he hecho terapia tal cual, yendo a la psicóloga o a la psiquiatra o a las dos. Cuando me diagnosticaron el cáncer me encontré con la obligación de dar el parte de las novedades médicas diarias a muchas personas a las que quería (sobre todo amigos que se preocupaban). Pero yo no tenía ganas malditas de hablar por teléfono (ni de hablar en general), y menos sobre el número de pinchazos que me habían dado ese día ni sobre el nivel de malignidad de las células".
"Entonces -continúa María- me hice un blog y empecé a escribir breves escupitajos informativos que me liberaran de la obligación de informar a todo el mundo y de escuchar sus condolencias. (Sólo envié el link del blog a la gente mía, de resto el blog no estaba en buscadores ni en ninguna parte). Y se me fue de las manos. Empecé a encontrar historias que contar en los hospitales, a darles vueltas, y pasé de dar el parte en tres líneas a escribir cuentitos. A partir de ese material pude montar el libro después".
El dibujante Javi de Castro (León, 1990), autor de obras como Sandía para cenar (Thermozero) o Ilustrofobia (Underbrain Books), ha sido el encargado de llevar estos pequeños cuentos a las viñetas con una sensibilidad y una imaginación dignas de elogio: "Esos relatos encajaban perfectamente en mi forma de pensar, me encantaron. Me pareció un reto divertido poder adaptarlos". (Sigue leyendo las entrevistas con los autores de 'Que no, que no me muero')