Nuestro paso del Estrecho
lunes 7.jul.2008 por RTVE.es 17 Comentarios
PRIMERA ETAPA: EN AUTOCAR HASTA EL MAGREB
"¡Si me grabas, te tiro la cámara al suelo y te la piso!" Vaya. Mal recibimiento en el andén 30 de la estación sur de autobuses. Cientos de marroquíes se agolpan con toneladas de equipaje y bultos imposibles rumbo al Magreb. Son las ocho de la tarde. Durante casi una hora los operarios de la estación pesan las maletas. Algunos pasajeros llevan siete, ocho y hasta nueve. Hay de todo: bicicletas, muebles, instrumentos de música, juguetes y enormes cajas de cartón con regalos para toda la familia.
Lo primero es convencer a los viajeros, la mayoría emigrantes marroquíes, para que acepten a un equipo de television como compañeros de ruta. A los musulmanes no les gustan las cámaras y menos aún a las mujeres, que se cubren la cara nada más vernos.
"¿Y para qué vas a hacer eso? ¿Te van a pagar bien?"
La pregunta es lógica. No entienden nuestro interés por encerrarnos en un autobús más tiempo de lo que podría durar un viaje en avión hasta Oceanía.
Paco Magallón y yo hacemos un rápido “casting” entre los pasajeros. Ellos no lo saben, claro. Hablamos con unos y con otros y van perdiendo la desconfianza. Descartamos a los que no entienden español para no tener que subtitular el reportaje.
Buscamos a los personajes de nuestra historia a los que pretendemos seguir hasta sus casas, en Marruecos.
Nos "enamoramos" de Fátima, una abuelita con indumentaria islámica que viaja con sus dos nietas de cuatro y siete años, Noor y Sidna, y que no se separarán de nosotros en todo el viaje. La madre de las niñas es limpiadora y se ha quedado en Madrid. El padre trabaja en la construcción y no puede tomar vacaciones porque perdería el empleo.
Sonia, 52 años, también nos va a guiar en este viaje. Lleva 30 años en España y dice que “ha trabajado como una mula desde los 17". Vuelve a su país cargada de maletas con regalos para sus hermanos, que están en paro. Su madre la espera enferma en una humilde vivienda en Larache. Ella es la “broncas” del autobús, la que más se queja, pero lo hace con simpatía y es tremendamente irónica.
- ¡Conductor...pónganos una película!
- La tele está rota
- ¡Conductor, mi asiento no se tumba!
- Está roto, señora, cambiéselo a su compañera
(Resulta que el de la compañera también está roto, pero su problema es el contrario. Solo tiene la posición de tumbado)
- ¿Por qué nos ponen autocares viejos a los marroquíes y los nuevos se los dais a los españoles?
- ¡Los autocares son los mismos, pero ustedes los destrozan...!
Sonia, entonces, se calla. El conductor, Paco, también tendrá un papel protagonista en nuestro reportaje. Es veterano en la ruta del Estrecho y está acostumbrado a tratar con magrebíes. “No les puedo decir que no coman en el coche aunque esté prohibido. Si se lo digo, más lo hacen. Se ponen "moraos". Lo que no puedo consentir es que se descalcen. Después de 20 horas de viaje no hay quien aguante el olor. Pero...me gustan. Respeto mucho sus costumbres, sus rezos, sus bromas...”
- ¡Conductor, que quiero mear, dice un pasajero!
- Que ahora no puedo parar, falta una hora para el restaurante
- Es que no aguanto más...
- Si paro cada vez que uno quiere hacer sus necesidades ¡no llegamos nunca, señores!
Así las cosas...Paco para cada cuatro horas, obliga a todo el mundo a bajar y a que visiten el baño con el objetivo de evitar intempestivos colapsos de vejiga.
A las dos de la madrugada el autobús se detiene para que cenemos.Algunos pasajeros llevaban horas quejándose de hambre. Paco, el conductor, lo tiene muy claro: ¿no queréis parar en un restaurante árabe? ¡Pues es el único que hay en todo el camino! (Estamos en Grazalema, en plena sierra de Granada).
El restaurante se llama “Jaima Park” y tiene una amplia explanada repleta de coches de familias musulmanas. Muchos duermen en el suelo, en sacos de dormir o en colchones. Las vacas de sus vehículos son el escaparate de una ilimitada variedad de voluminosos objetos.
Durante la cena, aprovechamos para hacer entrevistas a los viajeros y a otros emigrantes que encontramos en el restaurante. Cuesta que se relajen delante de la cámara. Siempre nos ocurre así en los reportajes. La gente se explaya con soltura cuando les preguntas “fuera de cámara” pero en cuanto enciendes el piloto rojo se asustan.
Paco, el conductor, es una extraordinaria excepción, se crece ante la cámara y nos cuenta mil y una aventuras de sus viajes, en los que han tenido desde narcotraficantes (con droga escondida en las maletas) o niños polizones. Los llaman “arragas” y se meten en los bajos de los autocares para poder cruzar desde Marruecos hasta Europa. Un sueño que ha acabado por matar a muchos de estos niños que fallecen atropellados por los propios autocares
Paco, el conductor, se turna con un compañero novato, Antonio, que está “de prácticas”. Cada tres horas, cambian y Paco aprovecha para enfrentarse a si mismo en una partida de ajedrez en su portátil. No pega ojo. Dice que puede aguantar hasta cuatro días sin dormir. La frase favorita de Paco es: ¿Puedo saludar otra vez a mi señora?.. "Para ti, mi vida y para mi niño, que es lo que mas quiero en el mundo"...¿"Lo has grabado, verdad?"
Magallón –el reportero- y yo vamos dando cabezadas y filmando de vez en cuando. Pero es curioso, los pasajeros nos prohíben que los grabemos mientras duermen porque consideran que es un acto “muy íntimo”.
Pues nada... el cámara aprovecha entonces para sacarme a mí unas fotos en plena ceremonia del sueño. Son las cuatro de la mañana y aun nos quedan cinco horas para tomar el barco hacia Tánger. Continuará...
(Así estamos rodando el Paso del Estrecho para el programa REPOR, que se emite en la Primera, de TVE).
leyó y dijo
¡Esto sí que son cuadernos de ruta!, no los que presentan los políticos.
"Divisando a Tánger en el horizonte marino pensaba que llegaba a un continente, a un país, a una ciudad, sin embargo tenía la sensación de llegar a una enorme isla. La familia lingüística trajo "aislamiento" a mi mente y dudé si me iba a aislar yo o ellos eran los aislados. Hasta que pisé el suelo de África, de Marruecos, de Tánger y me resultó como cualquier suelo del mundo."
Manuel Márquez dijo
Esto de poder conocer los entresijos de la realización de un reportaje que, a posteriori, podremos ver en la pantalla del televisor, es una experiencia tremendamente interesante (y muy ilustrativa). Gracias por transmitirnosla.
Un saludo cordial
JESS dijo
Me gusta, qee traversia pasan para llevar luego un trabajo simplificado a las pantallas :O
Ya te conozco, te encontre en youtube , una entrevista que te hacen en eso de la fiest de san fermin o corrida (creo ke asi se llama) :DDD
Deberias inscribirte en fotolog :PP asi subes diariamente mas fofots :PPPP y nos cuentas mas detalles.
Un besazooo , te sigo la pista ;)
descargas dijo
Estoy con Manuel Márquez, impresionante ver cómo se cuece este reportaje que, por otra parte, ya hacía falta. Mi única experiencia para cruzar el estrecho fue en Navidad, sin mucha gente y, evidentemente, sin ese calor agobiante del verano. Tuvimos que esperar 4 horas a que llegar el ferry, se hizo muy largo. Me acordé de los pobres que en verano se pasan incluso días esperando. Debe ser horroroso porque, a parte del calor, el humo de los coches hace más irrespirable la espera. Enhorabuena y espero el siguiente capítulo con ansia.
un saludo y buen viaje!
Anónimaa dijo
Ay ay Almudena!!, vaya artículos más espectaculares que escribes, son magníficos, al leerlos es como si te sumerges en un cuento que es real...me encantan, espero el próximo...CONTINUARÁ...besotes
Begoña dijo
Muchas gracias, Almudena, Paco, por dejarnos seguir disfrutando con el Periodismo.
bob esponja dijo
Es flipante cómo haces apasionante algo tan aparentemente "soso" como un viaje en autobús. Se nota que vives lo que haces y está muy bien que lo trasmitas. A mi, también periodista, me anima a seguir adelante... y espero aprender de lo que vayas escribiendo!! jeje
Tienes suerte de ir con "un adicto" a Repor a tu lado. Seguro que aporta como el que más...
Mucho ánimo en vuestro viaje!! Y suerte!! (que en esta profesión tanto se necesita)
bb dijo
gregreg
tatote dijo
Muy buena forma de demostrar el duro trabajo que hay que hacer para sacar unos minutos de televisión. Veo que os lo estaís currando de lo lindo. ¿De dónde sacais el tiempo para este blog?. Buen trabajo, pasarlo bien.
Un estudiante admirador.
el pelos dijo
Esto es PERIODISMO. Lo demás tonterías. Me encanta la idea y la realización y que se interactúe con el lector-espectador. Felicidades a los dos. Las fotos están muy bien y seguro os quedará estupendo. Estoy esperando verlo en la tele. Cuidaros y seguir así. Enhorabuena.
el pelos dijo
VIVA EL PERIODISMO!... es lo que realmente cuenta. Lo que siempre acaba prevaleciendo. Enhorabuena. Seguir así y espero verlo pronto.
Anónimo dijo
Me crie en Marruecos hace cincuenta años y veo que todo sigue igual!
Amiga de Marruecos dijo
Almudena y demás miembros del equipo, esto tiene muy buena pinta. Espero con impaciencia los relatos en el lado marroquí. A ver si nos cuentas en tu reportaje con pelos y señales las "actuaciones" de la policía marroquí durante la ruta del autobús. Conozco Marruecos y sé de lo que hablo. A ver si podemos ver la verdad del verdadero sufrimiento del viaje en el reportaje final de TVE . Buen viaje a todos!!!
salva dijo
Eso es una odisea y no la de Kubrick.
Rafa dijo
Animo, Almu y Paco!!!
Y no dejes de lado el reporterismo bloguero... que no se te da nada mal tampoco!!!
Anónimo dijo
Tienes más valor que el Guerra¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Esteban dijo
No hay manera, año tras año el paso del estrecho se convierte en un suplicio para los viajeros pero también para los vecinos de Algeciras. Colas, aglomeraciones, accidentes, contrabando, falta de medios, basuras, niños en situación de riesgo... Que os cuente algún veterano sus recuerdos de los viajes de hace 30 años, soy incapaz de imaginarme una organización aún peor.