Se alinearon en dos grandes grupos: a la izquierda de la pantalla gigante, los franceses, a la derecha, los mexicanos. Los primeros empezaron fuertes: vestidos con los colores de la selección, y adornados con pinturas, banderas y pitos se hicieron oir. Hasta los niños "iban marcados". Cantaron el himno de su equipo con la alegría y las ganas de quienes se saben seguros de la victoria.
Los aficionados mexicanos, en cambio, parecían apagados, con la humildad de quien no espera nada. Pero el desarrollo del partido cambió las tornas. Los fuertes se vinieron abajo y los aparentemente más débiles se crecieron...
Lo único caliente del partido fué la arena de la playa de Copacabana. El encuentro fué decepcionante y hasta los brasileños se preguntaban qué había sido de la supuesta "furia" española.
Decenas de aficionados nos juntamos ante la pantalla de 120 metros que la FIFA ha regalado a Río de Janeiro con la idea de vibrar con el partido pero...fué inútil.
Eso sí...incluso una derrota de la selección se sobrelleva mucho mejor en un escenario como éste. Sentados en al arena de la mejor playa del mundo y con el rumor de las olas de fondo.
Aquí, en Brasil, la selección española figuraba como una de las favoritas pero ahor...
Triunfo de Brasil y fiesta en la playa. Junto a más de 20 mil personas he seguido el arranque de la "canarinha" -la selección brasileña- desde el gigantesco escenario montado por la FIFA en la bellísima playa de Copacabana.
Aficionados de todas las edades, vestidos de amarillo y verde, y disfrazados con disparatados atuendos han visto el partido como el que asiste a una ceremonia religiosa.
En el primer tiempo, todos serios y concentrados. Nadie gritaba ni jaleaba al equipo. El momento exigía solemnidad. Después del primer gol los ánimos se han relajado y la explosión ha llegado tras el segundo. Ahí la "torcida" -los af...
Hola, de nuevo. Por fín el reencuentro con los blogueros después de unas semanas de parón. Estoy en plena transición laboral y ya os anunciaré próximamente mi nuevo destino. Ahora os escribo desde Río de Janeiro -estaré por aquí hasta el mes que viene- y no puedo resistir la tentación de hablaros de fútbol. Sí...de fútbol!!!
A pocas horas de que comience la "Copa do Mundo", la "torcida" -hinchada- brasileña lo invade todo. El país vive el fútbol como una religión. Desde hace días las calles están llenas de tenderetes que venden camisetas, banderas, balones, trompetas, figuritas con las caras de los jugadores más conocidos...Las past...