Junto a la casa de Bin Laden
sábado 7.may.2011 por Almudena Ariza 24 Comentarios
Debo reconocer que ha sido emocionante venir hasta Abbottabad para contar las historias de la ciudad en la que vivió durante 5 años el terrorista más buscado. ¿A qué periodista no le iba a gustar estar aquí?
Otra vez me han sorprendido los pakistaníes. Muchos en la ciudad siguen sin creer que Bin Laden haya muerto; otros ni siquiera creen que haya vivido nunca aquí. Esto me hace pensar que están demasiado acostumbrados a las mentiras de los gobernantes y a un sistema político en el que la corrupción y el engaño siguen institucionalizados.
He vuelto a ver a los mismos de siempre desgañitándose en torno a algunas mezquitas de integristas. Gritando consignas antiamericanas e insultándome con la mirada por no llevar la cabeza cubierta. Un día tuvimos que refugiarnos en el interior de una casa por las amenzas de un grupo de yihadistas.
Estas coberturas son duras pero fascinantes. Hay problemas para hacer casi todo y casi nada es fácil y el reto es nuevo cada minuto. Aún así, siempre logramos el milagro. Filmar historias, llegar a los directos y enviar los reportajes.
(Juanma, el cámara que hace milagros para rodar, editar y enviar y el conductor, el que también hace el milagro de no estar nunca cuando necesitamos el coche.)
(Con los compañeros de OVERON, los que nos dan cobertura de satélite para hacer los directos. Grandes profesionales y ya buenos amigos, después de tantos viajes compartidos)
Y...todos los inconvenientes quedan atrás muy rápido: cortes de luz, de Internet, problemas con la policía, con manifestantes, con los soldados, con el motor del coche que se nos incendió, con las moscas y cucharachas con las que compartimos habitación de hotel, con las tormentas que empapan los equipos y los dejan a veces inservibles por un rato,con las noches cortas y los días largos, el sueño, el calor y las malas comidas....Y, sin embargo, cada cobertura sigue teniendo algo de experiencia inolvidable que nunca queremos que se acabe.