Final de trayecto
Es difícil mantenerte sereno cuando dentro de ti viajan las emociones a mil por hora. Es difícil poner en unas líneas todo lo que quiero escribir. Es difícil explicar todo lo que he sentido cuando ha terminado el partido contra Croacia, y terminaba también mi último partido con la selección. Lo dicho, este último post es difícil, pero aquí empezamos.
A la espalda quedan 267 internacionalidades. Más allá de los números, esa cifra esconde una vida entera dedicada a este deporte al que amo como si fuera un niño. El broche que le he puesto a la carrera ha sido perfecto. Ayer os decía que soñaba con esta medalla y el sueño está ahora colgado de mi cuello.
Es la mejor manera de terminar. En este momento me vienen muchos recuerdos, muchos momentos, pero sobretodo muchas personas. Lo mejor de mi carrera son los amigos que he encontrado y he ganado por el camino. Me ha emocionado que me mantearan mis compañeros nada más terminar el partido. Y digo lo de nada más terminar el partido porque me ha parecido generoso. En ese momento, en lugar de celebrarlo cada uno para sí mismo, se han venido a celebrarlo conmigo.
Me acuerdo de mi hermano (que en paz descanse), de mi familia, de mis hijos, de mis amigos… y de muchos momentos que ya no volverán. Se acaba una etapa y quiero centrarme en disfrutar de este broche. No quiero, y la verdad, no puedo, pensar en lo que vendrá después.
Ahora nos iremos a la Clausura. Si ya la primera ceremonia fue una fiesta…imaginad esta, en la que ya llegamos con los deberes hechos y sin tener que estar tan preocupados por el desgaste. Luego nos iremos a cenar y a disfrutar juntos de esta última noche.
Me llevo el balón y una medalla.Después de que mis hijos jueguen con ella (esta medalla es para ellos sin duda), y si sobrevive, la colgaré junto con la camiseta. Haré un cuadro para recordar este momento cada vez que lo mire.
También quisiera, ahora como capitán del equipo, brindar esta victoria a los familiares de los fallecidos en el trágico accidente de Barajas. Estamos lejos, pero queremos mandarle un abrazo grande. Está claro que su dolor es tan grande que nada puede mitigarlo, pero esto es sólo un granito de arena para arroparles un poco entre todos. Desde aquí, está victoria es para ellos.
Poco más que contaros. Llega el momento de despedirme de Pekín y de vosotros. Muchas gracias por visitar “este particular diario” y por dejar vuestros comentarios y mensajes de ánimo. Gracias a todos los que nos habéis seguido y apoyado en este mes. Sois el motor de este equipo y de cualquiera de los que compite por nuestro país en una cita olímpica.
Desde Pekín, con todo el cariño del mundo, un abrazo muy fuerte