El general en su laberinto
El general venezolano Henry Rangel Silva habrá leído, probablemente, El general en su laberinto, la obra de García Márquez que relata el último viaje de Simón Bolívar, desde Bogotá hacia la costa colombiana. En esas páginas Gabo no deja muy bien parado al Libertador. Alguien dijo que ese libro traza más “la desesperanza, la soledad y la muerte” que “el amor, la salud y la vida” del gran héroe de los procesos de independencia.
Rangel Silva, como todo alto cargo del gobierno bolivariano, habrá compensado ese retrato triste de Bolívar con decenas de biografías donde se alaba su figura, ensalzada hasta la saciedad y casi hasta el paroxismo desde que el presidente venezolano comenzó a gobernar, allá por 1999. El general Silva habrá leído, pues, la delgada línea que separa el éxito del fracaso. Y probablemente hoy se esté mirando en ese espejo de la historia, que le juzgará por lo que haga en el futuro y que ya le ha marcado, de alguna manera, por lo que hizo en el pasado.
Henry Rangel Silva es, desde esta semana, el nuevo Ministro de Defensa de Venezuela. Alguien puede pensar que es un cargo con un poder relativo, habida cuenta de que en ese país todo parece girar en torno a Hugo Chávez, la única estrella de la constelación venezolana. Más aún teniendo en cuenta que Chávez es un militar de carrera, y que las grandes decisiones en materia de Defensa las sigue tomando él. El presidente, sin embargo, se ha rodeado de un hombre leal, “un buen hombre y un buen soldado”, según sus propias palabras. La lealtad se la ganó Silva acompañando a Chávez en aquel golpe de Estado fallido de 1992, y sufriendo tras las rejas las consecuencias de aquella aventura fracasada. El general acompañó a Chávez desde entonces, y desde entonces ha ascendido como la espuma en el estamento militar.
Rangel y la edición de Semana que revela sus contactos con las FARC
Pero su historia está jalonada también de episodios oscuros. Los periódicos han desempolvado archivos para contar que, según el F.B.I., Rangel Silva fue el hombre clave en aquel episodio del maletín cargado con 800.000 dólares que aterrizó en Argentina para financiar la campaña de Cristina Fernández de Kirchner. La prensa destaca también que las agencias de inteligencia de Estados Unidos y el Reino Unido incluyen a Rangel como un elemento clave en el Cártel de los Soles. Ese término se utilizó hace unos años para designar la complicidad del Ejército venezolano con el narcotráfico, y provocó su inclusión en la lista Clinton. Lo que no estaba claro era su papel en ese otro laberinto que relaciona al Gobierno de Hugo Chávez con la guerrilla de las FARC.
La revista Semana, probablemente el medio de comunicación más respetable que existe en Colombia, publica estos días datos reveladores. Datos que aparecen en el ordenador de Rául Reyes, el antiguo número dos de la guerrilla abatido en Ecuador. Según esas filtraciones, el general Rangel Silva fue, hace unos años, la clave de una prolongada relación entre las FARC y el Gobierno venezolano. Silva, por ejemplo, y siempre según esos datos, facilitó la falsificación de documentos para que los guerrilleros pudieran comprar armas en Venezuela. Y él mismo se reunió varias veces (al principio, sin que lo supiera el propio Chávez) con el entonces miembro del Secretariado Timoleón Jiménez, alias Timochenko, el nuevo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Hay quien piensa que todos esos antecedentes volverán a “embarrar”, como dicen por acá, las relaciones entre Colombia y Venezuela, dos países que comparten dos mil kilómetros de frontera por donde todo el mundo sabe que se mueven, con mayor o menor dificultad, elas guerrillas del ELN y las FARC. Pero hay quien dice también que Santos y Chávez no caerán en provocaciones y seguirán siendo buenos amigos, convencidos como están de que lo importante es relanzar las relaciones económicas sin meterse en los asuntos internos del país vecino. Otros, simplemente, ven el nombramiento del nuevo ministro en clave interna. Rangel Silva dijo hace unos años que el Ejército venezolano era “revolucionario y bolivariano”, y que no permitiría un Gobierno de la oposición. Y esas palabras resuenan ahora con más fuerza, porque estamos en un año electoral. En octubre se elige presidente y la oposición ya ha pedido al Gobierno que explique los antecedentes del nuevo Ministro de Defensa.
Como a Bolívar, será la historia la que juzgue a Rangel Silva, el lugarteniente y el escudero de Hugo Chávez, tan ligado al Presidente que su destino probablemente corre ligado al de él. Y será la historia, también, la que nos diga si el general, finalmente, saldrá indemne de su propio laberinto.
jose vargas dijo
soy chavista pero este militar nunca me cayo bien, siempre estuvo metido en asuntos turbios
17 ene 2012
julio bravo dijo
el otro dìa vi una nota suya sobre el tema del ministro en el noticiero de TVE. Estoy de acuerdo con lo que dijo la analista Tickner. El asunto hay que leerlo en clave interna, porque este es un año electoral y el nuevo ministro asegurò hace un tiempo que la oposici`'on nunca ganarìa las elecciones
23 ene 2012