Lügen und Unwahrheiten = mentiras y falsedades
Regreso a Berlín después de unos días en Madrid, escuchando todo tipo de mentiras e inexactitudes sobre lo que, según algunos comentaristas y tertulianos, están haciendo los gobiernos europeos y, particularmente, la canciller Merkel.Y me asombra que se hable con tanta alegría y tanta contundencia de lo que no se conoce con exactitud o se ignora. Que si Merkel ha hecho tal, que si el gobierno alemán decidió cual, que si en Europa se dice..Me pregunto, sinceramente, cuántos de esos tertulianos leen de manera habitual los grandes títulos de la prensa alemana o continental y sus artículos editoriales y de fondo o siguen de cerca las televisiones de nuestros países vecinos...
Aquí, de momento, la canciller Merkel todavía no ha decidido nada nuevo y concreto sobre cómo abordar la crisis y los próximos presupuestos. Lo hará -si es que se llega a un acuerdo- en una reunión extraordinaria de la coalición de gobierno que tendrá lugar este domingo en el palacio de Meseberg.Y,por el momento, las posiciones de democristianos y liberales distan de coincidir en puntos esenciales. Los liberales siguen resistiéndose a aceptar una subida de impuestos, pero a la vez están muy preocupados porque su líder, Guido Westerwelle, empieza a desdibujarse en el horizonte, ausente como ministro de Exteriores y poco capaz de imponer orden en su propio partido.Por ahora no se habla de subir impuestos y tampoco de reducir pensiones, pero sí de reducir subvenciones -por ejemplo,al sector de la energía (6.800 millones de euros anuales en la actualidad) . De reconsiderar el IVA reducido de algunos productos (por ejemplo, alimentos, que tienen sólo un siete por ciento). De reducir gastos en todos los ministerios,con la excepción de investigación y educación. De que los parados de larga duración realicen trabajos para el bien de la comunidad.
La oposición socialdemócrata pide gravar más a los que más tienen y la Federación de Sindicatos (DGB) advierte al gobierno en contra de medidas de ahorro que castiguen, como siempre, a la "kleine Leute", literalmente a la gente pequeña,a los que menos tienen y que están pagando las consecuencias de toda esta locura.Hasta aquí, todo más o menos normal y previsible. Veremos qué se decide el domingo y qué lectura hacen luego de ello el señor Rajoy o la señora de Cospedal. O la calle Ferraz.
De momento,lo que realmente asusta es lo que declara hoy en el diario económico "Handelsblatt" Nouriel Roubini,el hombre que vió llegar la crisis y al que nadie hizo caso.Van a llegar nuevas crisis,que serán aún más destructivas que la actual.El euro seguirá cayendo.En los próximos tres años vamos a vivir la deflación.Le llaman "Dr.Doom", "el profesor Fatalidad" y él se sonríe. "No soy ni pesimista ni optimista-precisa Roubini-soy, sencillamente, realista".