Ordnung und Vernichtung = Orden y destrucción
Mañana se inaugura en el Museo Histórico Alemán de la capital alemana una exposición con este título: "Orden y Destrucción. La policía en el estado nacionalsocialista". Algunas personas pensarán " ¿otra de nazis? " ." ¿ Pero queda algo nuevo aún que decir? ". Pues, efectivamente, aún quedan cosas nuevas por contar y descubrir acerca de aquel momento trágico de la Historia europea. En este caso, la implicación y colaboración de la inmensa mayoría de los 355.000 policías (normales, secretas y criminales) que formaban las Fuerzas de Seguridad del Estado en la maquinaria nazi.
La iniciativa de esta exposición ha partido de los ministros de Interior de los Länder - porque aquí los temas de seguridad estaban ya transferidos a los estados federados ya antes de la IIGM, aunque exista también un ministro del Interior por encima de todos ellos miembro del gabinete central- y ha contado con la estrecha colaboración de la Escuela de Policía de Münster, donde eran conscientes de que éste era un capítulo absolutamente desconocido para la mayoría de los estudiantes y policías en activo.
Y esto es lo que hace admirable, de nuevo, a la República Federal Alemana con respecto a otros países a la hora de mirar atrás. Han tardado tiempo, cincuenta o sesenta años. Pero cuando se han puesto a ello, es verdad que han sacado fuera toda la basura y la han expuesto con sonrojo,con objetividad y con un punto de humillación ante sus conciudadanos. Y es algo que en España ni se plantea. ¿Sería siquiera imaginable que la Guardia Civil o la Policía entrara en sus archivos y/o encargara a alguien un estudio profundo o una exposición su papel durante los últimos cien años o sobre el Alzamiento, la guerra civil y la posguerra y la represión de los disidentes?.
Pues eso es precisamente lo que se puede ver en esta exposición de mil metros cuadrados distribuida en dos pisos del edificio I.M. Pei del Deutsches Historisches Museum. Cómo la policía alemana creada en la República de Weimar como un instrumento más de un estado democrático se convirtió más tarde en una gran ayuda para los SS y el Ejército alemán en el Holocausto, la persecución de los partisanos y opositores y la captura de prisioneros que luego serían esclavos del régimen. Hitler nombró en 1936 a uno de sus más cercanos colaboradores, el Reichsführer SS Heinrich Himmler, jefe de la Policía del nuevo Estado.
Los comisarios de la muestra comentaban esta mañana que en el año 45 no se hizo la purga que hubiera sido necesaria para limpiar las filas de la policía alemana. Muy pocos comparecieron ante la Justicia. Simplemente, los que estaban disponibles siguieron en sus puestos porque los Aliados los necesitaban. Nadie preguntaba nada, business as usual..En la zona rusa sí que se produjo una depuración, pero sólo para sustituirlos por otros policías de máxima confianza.
Ha sido sólo a partir de los años 80, cuando empezaron a jubilarse o a desaparecer los policías que habían vivido la guerra, cuando esta Institución empezó a reflexionar sobre su pasado. Ya no valía la excusa de que había sido la Gestapo la responsable de todos los crímenes. Tras la reunificación, y con la creciente consciencia de que los mismos policías no conocen la historia de su Cuerpo, se ha hecho no sólo necesario sino imprescindible el trabajo de investigación que ha culminado con esta interesante exposición.
En los años 90 cayeron algunos mitos sobre el nazismo : por ejemplo, que la Wehrmacht, el Ejército alemán, no había participado en los crímenes y matanzas del Tercer Reich. Luego diferentes empresas y firmas empezaron también a investigar sobre su pasado nazi: la Volkswagen, la IBM, la IG Farben,el Deutsche Bank, la Renfe (= Bundesbahn)..Hace poco el ministerio de Asuntos Exteriores ha presentado un libro sobre la colaboración de la diplomacia alemana en la maquinaria de guerra y terror que puso en marcha Hitler. Todo un ejemplo para un país como España, donde cualquier intento de investigar objetivamente sobre nuestro doloroso pasado se ve siempre dificultado por quienes se sienten culpabilizados o por quienes perpetraron unos crímenes que quisieran ver olvidados y archivados para siempre.