Un plan de futuro incierto
"No soy el primer Presidente que hace suya esta causa, pero estoy decidido a ser el último", ha dicho Obama sobre su plan para reformar la Sanidad en Estados Unidos. Está por ver que lo consiga. La piedra de toque de cualquier proyecto legislativo está en la votación final. Y visto como ha recibido el Congreso su propuesta, la reforma sigue en el aire.
Ha sido una sesión tormentosa. Nada que ver con el triunfo de su primer discurso ante las dos Cámaras, el pasado 25 de febrero. Entonces tocaba sacar al país del colapso económico. Esta vez, ha habido la ovación de cinco minutos para recibir al Presidente, como es de rigor. Pero también se han producido silencios ominosos, abucheos clamorosos, gritos tachándole de mentiroso y lo más evidente: medio hemiciclo sentado mientras que el otro medio aplaudía en pie. Todo un augurio de lo que se avecina.
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No obstante, Obama es un político pragmático. Y astuto. Es consciente de que no sólo se dirigía al Congreso sino a todo el país. Por eso, se ha empleado a fondo en desmontar las patrañas que han sembrado la oposición política y los grupos de presión de una industria que se come el 16% de la riqueza nacional. Ha tratado de tranquilizar a los que ya tienen cobertura médica y temen perder con la reforma. De ahí las dos propuestas para atajar los abusos más sangrantes: ilegalizar que las aseguradoras rechacen a las personas con historial clínico problemático e ilegalizar que les cancelen la póliza cuando más lo necesitan, cuando yacen en el hospital. Pero les ha hecho muchos más guiños: copagos más baratos en los medicamentos, garantías de que no tendrán que cambiar de médico o seguro si no quieren y compromiso de que la reforma no cubrirá a los inmigrantes sin papeles. Hipocresías aparte, los ciudadanos son los únicos que votan.
La estrategia del Presidente sirve también para intentar aplacar el temor de los que son votados. Obama se juega el éxito de su mandato en esta reforma, pero los congresistas se juegan también su escaño. Todos los representantes y un tercio de los senadores el año que viene, sin ir más lejos. Y los electores mandan. Esto no es como España, aquí no se vota según los dedos que marque el partido. Una pista de cómo andan las apuestas: el 52% está en contra de cómo lleva el proyecto el Presidente.
Así las cosas, no es extraño que un buen número de congresistas republicanos y demócratas se opongan a incluir en la reforma la llamada "opción pública": una cobertura sanitaria gestionada por el Gobierno que compita con las empresas privadas. Eso es socialismo, dicen. Hasta tal punto que el presidente del comité de Finanzas del Senado, Max Baucus, ha dicho que una reforma en esos términos jamás saldrá adelante en la Cámara Alta. El problema es que en la Cámara Baja, más liberal, pasa justamente lo contrario, y la speaker Nancy Pelosi asegura que no aprobarán un proyecto sin esa alternativa pública.
El apoyo está envenenado pues a izquierda y derecha. Obama ha tirado por el camino de en medio para salvar las distancias. Insiste en que la opción pública es preferible pero no esencial. Entretanto, pretende crear un nuevo mercado donde las personas que carezcan de cobertura puedan comprar un seguro a precios asequibles. Las aseguradoras tendrán el incentivo de competir por millones de clientes nuevos. Y bien que los habrá: contratar una póliza será obligatorio, como con el coche.
Pero este guiño a la derecha -Obama recoge ideas republicanas- y a la industria levantará ampollas entre los liberales. No es eso lo que esperaban. Y no está claro que la propuesta compense la vuelta de tuerca que da a las aseguradoras y farmacéuticas, a quienes gravará los beneficios sobre las pólizas más caras. Son un enemigo temible.
En suma, un intento notable de aunar voluntades. Pero minado hasta la médula desde el principio. Un plan detallado que quizás llegue tarde. Obama no quiso repetir el error que cometió Bill Clinton y ha dejado que el debate se le escape de las manos durante demasiado tiempo. Es el precio de no exponer su plan desde el principio. Ha tratado de retomar la iniciativa con este discurso. Puede que lo consiga. Pero puede también que sufra el mismo destino que su antecesor. La reforma sanitaria de Clinton ni siquiera llegó a votarse. Y él también habló en sesión solemne y conjunta de las dos Cámaras. Como reconoce el propio Obama, "quedan muchos detalles fundamentales por resolver".
Doug Mills/The New York Times
Carlos Y Mara dijo
Vamos a intentar darle un voto de confianza Gabriel, de otras también mas fuertes ha podido salir.Un saludo.
10 sep 2009
La pequeña Jackie Hawkins dijo
Me da miedo esa certeza de que va a ser el último en intentarlo, pero no porque crea que lo vaya a conseguir, precisamente.
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¿Podrá cambiar la mentalidad y la tradición liberal norteamericana hasta el punto de hacer que vaya para adelante semejante reforma? Me gustaría poder decir que sí.
un saludo
J.H:
10 sep 2009
El gato de Schrödinger dijo
Carlos y Mara, la confianza se tiene hasta que se pierde. Yo todavía se la concedo, pero ¿y los electores? o, mejor, ¿y las encuestas? ¿Se la conceden o se la niegan? Para mí que va a ser lo segundo. Tantos años de Guerra Fría hacen que un término como "socialismo", tan templado en Europa, sea capaz de encender la conciencia de los estadounidenses en contra de cualquier tipo de reforma. De esta y de las venideras. Entonces, cuando Obama se vea amenazado, habrá que ver si consigue mantener también la confianza de los de fuera.
Francamente, espero que sí, pero tomando decisiones que contenten a todos acaba uno por no contentar a nadie.
10 sep 2009
javi-avi dijo
Hola a tod@s.
Tanto la crónica transmitida por L.Milá para el TD2, como el presente post, reflejan bastante claramente el estado en que actualmente se halla la Reforma Sanitaria y muchos de sus vericuetos. Lo que queda por ver y determinar es si finalmente será la reforma del "team" Obama la que se vote. Yo creo-vamos, estoy casi convencido-de que efectivamente contará con una opción pública. Otra cosa es que no sea aprobada y le suponga a Obama un traspiés en su carrera como Presidente de los EE.UU.
Al hilo del comentario de nuestro ¿nuevo? bloguero El Gato de Schrödinger, me remito a una reflexión que hace poco hacía el columnista del W.Post Eugen Robinson: Vale que Obama busque el mayor consenso posible e intente romper el obstrucionismo de los llamados "moderados", donde se incluyen un puñado de representantes demócratas-yo los llamaría diletantes politicamente y oportunistas electoralmente-, pero lo que finalmente no puede dejar de hacer es satisfacer a su principal base de apoyo y que no incluye solamente al ála más liberal de su partido, si no que tambien a una buena mayoría de él. Amén de la legión de bases y voluntarios, con los que sin su ayuda podríamos creer que nunca hubiera llegado a la Casa Blanca. Todos ellos no le perdonarían que dejara de afrontar la Reforma en su versión más amplia. Olvídese B.H.Obama, advierte Robinson, de que en una próxima convocatoria electoral esas bases vuelvan a echarse a la calle con el mísmo entusiasmo que en la anterior Campaña, llevando a la gente, puerta por puerta, llamada a llamada, a inscribirse en el censo electoral y hacerlo por el P. Demócrata.
Pero además, esto me lleva mí a pensar que en caso contrario, millones de ciudadanos que hasta ahora ni siquiera algo tan básico como la sanidad les acerca a integrarse en la sociedad política, podrían convertirse en una nueva mena de votos en la que esos mismos voluntarios podrían volverse a emplear, eso sí con el aliciente de que hay otro pequeño-gran cambio del que algo pudieran beneficiarse.
Es un riesgo, obviamente. Otro más. Pero parece que insalvable.
10 sep 2009
El Lobo dijo
Pocas cosas más difíciles que predecir el futuro.
Es mas difícil, si hoy se sabe, que es incierto.
Desde el titulo se pone difícil comentar esta nota y es más difícil si nos entrega un volumen de información significativo.
Pero que no se quede por coraje. A pesar de mi supina ignorancia lo intentare, el esfuerzo del periodista/corresponsal/blogero se lo merece.
El Imperio se distingue por el trato respetuoso entre sus líderes y en particular por el JEFE.
Si en la colina le gritan MENTIROSO es una muestra clara del nivel de resistencia que encuentra LA IDEA, no creo que sea ni el cargo ni la persona, es la intención de tocar un NEGOCIO de la putamadre y el terror que algunos ladrones sienten cuando escuchan un mínimo ruido que afecte a sus sacrosantas prebendas.
Esos Poderes Fácticos son los que en realidad GOBIERNAN, el resto es verso.
Si la solución del problema de salud universal es de sentido común
¿como es posible que esa tribu tan poderosa no lo acepte?
Miedo, miedo que se sustenta en la ignorancia explotada hábilmente por los que llevan el pandero.
¿Simplismo? Si, pero es cierto.
Los CURULES que se juegan el cargo no van a arriesgar sus prebendas económicas/sociales por un montón de desarrapados que no son electores de sus parcelas.
Que se jodan! Y da lo mismo si son Elefantes o Burros.
Primero mi dinerito, después todos Uds.
Las Aseguradoras (como ING) con lo que están soportando con la Crisis Financiera/Económica/Social no están para perder ni un centavo más y por cada cesante, es dinero que dejan de recaudar. No pertenecen a la orden de las Carmelitas Descalzas y nunca van a postularse.
Las Farmacéuticas, con la contracción de la economía y por su estilo de vida no permitirán que nadie se meta en su gallinero.
Los Médicos, menos.
Y que decir de los Abogados.
TODOS juntos son una PLAGA y Moisés no era NEGRO.
Futuro? Quizá
Futuro Incierto? Que sera sera!
En una de esas CESAR encuentra un portillo y derrumba los muros del poder.
No olvidemos que es hijo político de CHICAGO.
10 sep 2009
javi-avi dijo
No lo olvidamos El Lobo, no. Obama es el primer Presidente Negro-único cisne blanco de Chicago. Precisamenete, uno de los poderes que, a mi entender, emanan del cetro del Nuevo Cesar es el que proviéne de su límpido background ;-)
10 sep 2009
Anónimo dijo
Gracias Lobo por la consideración. Esta mañana me he acordado del minidebate que mantuvimos sobre las cifras de DesAsegurados. En el discurso, Obama habló de más de 30 millones. Eliminó del total a los espaldas mojadas y a los que no pueden acceder al Medicaid por poco. Curioso. Hay quien lo interpreta como un gesto a los republicanos, que decían que los 45.7 millones estaban sobreestimados.
Sin embargo, este jueves, ante las enfermeras, Obama reconoce que los últimos doce meses de recesión han dejado a 6 millones más sin cobertura. ¿En qué quedamos?
Sé que los de Chicago son duros como el clima, pero desconocía sus dotes de baile. Saludos.
10 sep 2009
Nicolás F.A. Burón dijo
Gabriel,
Me atrevo a pensar que como están las cosas Obama va a ceder un poco a las presiones de quienes están en contra de la reforma. No creo que las ideas que están en el papel sean las que finalmente van a ser realidad.
11 sep 2009
Carlos Y Mara dijo
Gabriel Jajajajaja http://www.youtube.com/watch?v=Njui7Tx2s40&feature=channel hbitación o celda ¿666?
12 sep 2009
MZ dijo
Por si el asunto no lo tuviera el hombre ya delicado, ahora van y montan una manifestación en contra.
Y esa pancanta de Obama con el bigotito a lo Adolfo, en fin: te mezclan el socialismo y el nazismo con una facilidad pasmosa; ¿qué tienen por ahí en la cabeza?, por Dios.
13 sep 2009