6 posts de mayo 2010

Los lodos del Imperio

Llevo varios días buscando una noticia amable, materia para animar al personal en estos tiempos revueltos, algo que contrarreste tanto ruido deprimente. No hay manera. No me queda otra que coger el toro por los cuernos: BP y las guerras. El historiador Paul Kennedy analizaba las razones del auge y caída de las grandes potencias. El meollo de la cuestión es que se necesita riqueza para sostener el poder militar; y ese poder militar es necesario para adquirir y proteger la riqueza. Un equilibrio muy delicado. Si se desvía una proporción excesiva a los objetivos militares, a la larga, se debilita el poder del Imperio. Y Camelot, como todos sus predecesores, se enfrenta al mismo dilema.

Las guerras de Irak y Afganistán, junto con las bajadas de impuestos que regaló Bush a los más ricos, han dejado un agujero monstruoso en las cuentas. La crisis lo ha engordado aún más y la deuda de EE.UU. ya ha superado el 90% del PIB. Ese es el punto de inflexión a partir del cual, el lastre se come un punto de crecimiento, según Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart. Hasta ahora parece que no se nota. La crisis de la eurozona ha desviado el capital a EE.UU. en busca de refugio. Gracias a esa inyección, el interés que deben pagar por su deuda es mínimo. Y de paso, los tipos de las hipotecas están por debajo del 5%. Pero esto es un espejismo. Sólo gana tiempo. Aunque lo compre mucho más barato que Eurolandia.

De momento, el Congreso tiene que aprobar un gasto extraordinario de 37.500 millones de dólares para financiar el incremento de tropas en Afganistán. Los informes previos ponen en cuestión la falta de estrategia clara de salida, la pobre planificación de los proyectos, los resultados poco alentadores y los costes inflados del Pentágono. Un poco más al Este, el régimen totalitario de Corea del Norte sube unos grados la provocación. Torpedear una corbeta es casus belli, pero no parece que la sangre llegue al río. EE.UU. no puede permitirse otra guerra sin hundir el Tesoro. Y con toda sensatez, China, el único aliado del Pyonyang, colabora para rebajar la tensión . Un conflicto en la zona es lo último que nos faltaba en esta crisis económica.

Y en casa, los pies de barro se muestran sin calcetines. Casi 40 días después de la explosión en la plataforma petrolífera, el crudo sigue envenenando el Golfo de México. Se agota la paciencia de los ciudadanos, pero la administración Obama ha tenido que reconocer que no puede sustituir a BP. No tiene los medios técnicos para cerrar la boca a la serpiente. Las películas de Hollywood como Abyss son eso, películas. Hiperrealistas. La US Navy no es capaz de taponar la espita a 1.500 metros de profundidad. La marea roja lame los pilares del gigante. Y no son de roca. Se van deshaciendo en lodo.

PS. Esta foto es de la Gran Depresión. En mi opinión, Lobo, ilustra como ninguna la crisis económica en carne y hueso. La que encabeza el post y la que lo cierra son las dos caras de los efectos de la locura humana. En casa propia. Sin embargo, debo recordar que nuestros abuelos salieron del abismo. A costa de una guerra mundial, es cierto. Pero no tenemos por qué repetir sus errores sino aprovechar sus aciertos. No es nada fácil. A la vista está. Pero estos días me acuerdo una y otra vez de la frase de Obama: "no me rindo". Con suficiente masa crítica, es posible.

Main Street 1 - Wall Street 0

Main Street es el término que utilizan en Camelot para referirse a la gente común, al ciudadano de a pie, tanto los trabajadores como los pequeños empresarios. Se suele usar como contraposición a Wall Street, el poder financiero, la élite ajena a los valores tradicionales del trabajo duro, la responsabilidad y la solidaridad. Pues bien, este jueves 20 de mayo, madrugada del viernes 21 en España, Main Street le ha doblado el pulso a Wall Street.

El Senado de EE.UU. ha aprobado el mayor cambio en las reglas de juego financiero desde la Gran Depresión. Una reforma que restringe las practicas arriesgadas e irresponsables que nos han conducido a la peor crisis económica en generaciones. Una reforma que limita el tamaño de los gigantes que se han atrevido a desafiar y poner en jaque a los gobiernos de medio mundo. Una reforma que refuerza la protección del consumidor y la supervisión del Estado. Anticipa la segunda gran victoria política de Obama. Como si los demás no ganáramos. "Os hemos dado una república", decía Benjamin Franklin, "veremos si sois capaces de conservarla". Hoy, Camelot ha dado un paso de gigante para proteger sus propios cimientos.

No ha sido fácil ni rápido. Han hecho falta casi dos años para llegar a este punto. Tras la caída de Lehman Brothers, los gobiernos se apresuraron a enterrar billones para salvar el sistema financiero. Se endeudaron hasta las cejas para sacar a la economía de su colapso. Pero no atajaron el mal de raíz. Dejaron indemnes los excesos, la codicia y la locura que nos habían conducido al desastre. De aquellos polvos estos lodos. Los rescatados, una vez fuertes, se revolvieron y mordieron la mano que les había ayudado. Y atacaron sin piedad, sin razón, sin freno. El argumento: la misma deuda que ellos habían provocado. Los mismos que han intentado torpedear el cambio a base de sobornos y presiones. En balde.

Esta reforma es la primera que pone negro sobre blanco los cortafuegos y cortapisas. No está completa. Tengo el habano de la victoria, pero no lo prenderé hasta que la firme Obama. Será en unas semanas. Falta armonizarla con la versión que aprobó la Cámara de Representantes. Son similares en lo fundamental. Difieren en ese fondo de rescate a cargo de los bancos, para que el contribuyente no tenga que volver a pagar los platos ratos. Y también en la principal novedad: el Senado ha decidido despojar a los grandes bancos, como Goldman Sachs, de su negocio de derivados. Esas armas de destrucción masiva, que decía Warren Buffett. No por nada, ayer jueves Wall Street perdía casi un 4%. Les han arrancado los colmillos. Y salga lo que salga, es el pistoletazo de salida. A diferencia de la reforma sanitaria, ésta nos afecta a todos. Es también el toque de atención para que Europa haga los deberes. Merkel ya está en ello. Y arrastrará al resto de sus socios. La cumbre del G20 en Toronto será decisiva para imponerlo a escala planetaria. La que funciona. Allí estaré. Será mi despedida.

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PS. Hoy os puedo servir esta maravilla como Dios manda gracias a Lobo. Cómo dice Gene Kelly al principio de la secuencia, "desde dónde estoy, el sol luce por todas partes". Aunque caigan chuzos de punta. Es lo que tiene la felicidad.

Feliz


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Soy feliz (sólo podéis verlo pinchando en el link, no deja incrustarlo en el blog). Y no me importa lo más mínimo si me perdonan o no los muertos de mi felicidad.

Las dos caras de la contraofensiva

Se avecina una semana interesante. Tendremos oportunidad de ver hasta qué punto va en serio la reforma del sistema financiero. A uno y otro lado del Atlántico. En Europa, se votará el endurecimiento de las reglas de juego para los hedge funds, y en Londres, el flamante gobierno estudia la duplicación del impuesto sobre las ganancias de capital para las primas de los ejecutivos de la City. En Camelot, el Senado votará, si Dios quiere, el proyecto de reforma financiera. De salir adelante, entraría en la fase final: sólo faltaría armonizarlo con el texto de la Cámara de Representantes y estará listo para la firma de Obama. Probablemente en junio.

Me gustaría explicar cómo quedará. Pero no está claro. Puede haber cambios de calado en las próximas semanas. Sólo un ejemplo: la regulación de los derivados financieros. Aprobada la propuesta de la senadora por Arkansas , la demócrata Blanche Lincoln, los grandes bancos de inversión -Goldman Sachs, JP Morgan, Bank of America, City Group y Wells Fargo monopolizan el 90% de este mercado- tendrán que desprenderse de los departamentos que comercian con estas armas de destrucción masiva. A quedarse sin garras, en castizo. Además, los derivados se contratarían en cámaras de compensación, a la luz pública y con garantías frente a pérdidas. No es extraño que Wall Street esté nerviosa y despliegue sus lobbies en un último intento de frenar el hachazo.

R.J. Matson, The New York Observer

En el frente judicial, la contraofensiva también avanza. Puede que algunos se rían al saber que el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, -nacido en Minnesota, por cierto- estudia demandar a los bancos de inversión que contribuyeron a engordar la deuda helena. La sonrisa se les helará al saber que las acciones de Moody's se desplomaron un 12% hace una semana. Se hizo público que la famosa agencia de rating había recibido un aviso de la SEC de que podría ser demandada por "declaraciones falsas y engañosas". Que inflaron sus calificaciones, vamos. En 2007. Ahora hacen lo contrario.

Esto de las demandas tiene empaque, como las calificaciones de deuda, que aquí podemos jugar todos. Un banco no puede hacer negocio con semejante espada encima. Mina su principal activo: la confianza. La SEC ya ha demandado, por lo civil, a Goldman Sachs. Pero puede ampliar el proceso a otros siete bancos. La Fiscalía baraja abrir la vía penal, que hace más daño todavía. Visto el panorama, los bancos ya estudian la posibilidad de llegar a un acuerdo. Indemnizar a los perjudicados a cambio de que se retiren las demandas.

Y por último, la segunda cara, la real, no el espejismo financiero. Camelot se cae del guindo y comprende que la crisis del euro puede llevarse por delante no sólo la recuperación en EE.UU. sino la economía mundial. Y no me refiero a que la bajada del euro les estrangule las exportaciones. Por cierto, visto desde nuestro lado, la caída de la moneda única es una auténtica bendición. La maldición común es la sequía de crédito que ha vuelto a desatar la crisis. Demuestra la conexión global y ahoga la financiación de empresas y familias. Y eso es real. Tan real como que el ataque de los especuladores ha puesto a la vista nuestras vergüenzas. El informe del grupo de sabios hace el inventario. No puedo estar más de acuerdo.

DEFCON 2

Parte de guerra. Cuatro muertos en Grecia, una de las víctimas estaba embarazada. Portugal presta dinero a Atenas a un tipo más bajo, 5%, que el que tiene que pagar para financiar su propia deuda, 6,26%. España no llega a tanto, 4,44%, pero el castigo se comerá prácticamente la subida del IVA, dilapidando el sacrificio de los consumidores. Ante el ataque de la "manada de lobos", en palabras del ministro sueco de Finanzas, Anders Borg, Europa decide elevar la defensa a DEFCON 2. Nunca se había llegado tan lejos.

Redondeando: la eurozona y el FMI ponen un billón, con B, de dólares para financiar la deuda pública de sus miembros si llega el caso. Lo pongo en dólares para subrayar que es un 40% más que el plan de rescate financiero aprobado por el Congreso de EE.UU. cuando cayó Lehman Brothers. Y al igual que entonces, sólo es la mitad de la estrategia. La parte más contundente viene de la mano del Banco Central Europeo. El BCE intervendrá en el mercado secundario de deuda pública y privada. Por si todavía quedaba alguna duda, la autoridad monetaria está dispuesta a usar el botón nuclear. Imprimirá todo el dinero que haga falta para comprar los bonos y letras de los países miembros y de sus bancos. Dispone del suficiente músculo para atajar el ataque de los especuladores. La financiación de los gobiernos queda asegurada.

En Camelot, la Fed respalda la decisión del BCE. Obama habla con Merkel y Sarkozy y avala los pasos dados. Pero este domingo, los mainstream media seguían con la matraca Grecia-Portugal-España. Aunque los especialistas ya introducen matices. Hasta ahora, miraban con espléndido aislamiento la crisis del euro. Al fin y al cabo, el flujo de capital se desviaba a EE.UU. y abarataba el coste de su deuda pública. La realidad les ha hecho caer del guindo. Las consecuencias del ataque son globales. Las emisiones de bonos empresariales se han desplomado; no hay compradores. El Libor, el tipo que pagan los bancos por préstamos a tres meses, alcanzaba el viernes el 0,428%, una subida de 8 puntos básicos en una semana, la mayor desde la caída de Lehman. Y el barómetro que mide las reticencias de los bancos a prestarse entre ellos, el Libor-OIS, se ha triplicado en apenas dos meses. En pocas palabras, como avisaba el FMI, la crisis del euro podía secar el crédito en los mercados mundiales. Vuelta al mismo punto que hace dos años. Todos los esfuerzos y sacrificios en balde. Para nada.

Ya veremos, la guerra no ha terminado. A estas horas, los mercados asiáticos suben, igual que el euro. DEFCON 2 es algo muy serio. Pero no basta para derrotar al enemigo. Los romanos acuñaron una locución para identificar al culpable: Cui prodest; quién se beneficia. Alguien tiene que explicar quién soltó el bulo la semana pasada de que España negociaba un rescate de 286.000 euros y que la agencia de rating Fitch iba a bajar nuestra calificación. El listillo lo hizo justo antes de dar órdenes de venta sobre deuda española. Alguien tiene que explicar quién detonó la caída de mil puntos en Wall Street en un cuarto de hora el pasado jueves. Hubo sorprendentes movimientos en Chicago a costa de futuros sobre el S&P. Y como sospecho que es difícil demostrar que hicieran algo ilegal, recurro a otro latinajo: Carthago delenda est. Como Catón el Viejo, soy de la opinión que hay que cortarles las garras de una vez por todas. Con una reforma financiera en serio. Y pienso repetirlo al final de cada post.

Giros

Empezamos la semana con dos giros notables: el del euro y el de la inmigración en EE.UU. Por partes. Detrás del rescate de 110.000 millones de euros para Atenas, hay otra medida tanto o más importante. El Banco Central Europeo aceptará la deuda griega como garantía para sus préstamos. ¡Guau! La decisión de Trichet -no es sólo suya, desde luego, cuenta con el bundes nihil obstat- es el aval más contundente de que esto va en serio. Tiene dos virtudes. La primera desarma el torpedo nuclear que lanzó S&P. Los bancos europeos, especialmente los franceses y alemanes, no tendrán que contabilizar como pérdidas sus bonos-basura griegos. Siguen siendo líquidos.

Pero además, es una muestra de poderío. El BCE dará a la máquina de imprimir dinero. El gobierno griego emite deuda a interés muy jugoso, se la compran los bancos, los bancos la depositan como garantía en Frankfurt y reciben a cambio dinero fresco a tipos más bajos. Negocio redondo para las entidades. Miles de millones de euros nuevos en el sistema. Así es como se hace. La política monetaria es nuestra. Que se fastidien los especuladores. El brutal plan de ajuste impuesto a Grecia es el contrapeso para que no se dispare la inflación. El sine qua non de la ortodoxia. Un apunte al hilo de las recortadas barbas del vecino: el pacto social funciona en los dos sentidos. Si se exige a los ciudadanos que acepten recortes en sus salarios, pensiones y empleos, es imprescindible también meter en cintura a los responsables de la crisis. El tiempo se agota. La inacción de los gobiernos abona el terreno a los partidos de extrema derecha.

Mike Keefe, The Denver Post

El segundo giro lo tomo de una persona que ha seguido durante años las cuestiones de inmigración. Teorema: cuando una sociedad debate la inmigración irregular, gira a la derecha. Y añado un corolario: el giro es más pronunciado cuanto mayor sea la crisis económica que sufre esa sociedad. Los dos ilustran la polémica que se ha montado a cuenta de la ley de inmigración aprobada en Arizona. Sí, esa que ha desatado las críticas porque permitía interrogar y detener a una persona sólo por su aspecto. Observad el pasado en que conjugo el verbo. Algunas puntualizaciones. La ley ha sido aprobada por la mayoría republicana en el Congreso de Arizona y firmada por su gobernadora. Cuenta con el respaldo del 70% de la población del Estado. Y ha sido retocada el pasado viernes para pulir sus aspectos claramente inconstitucionales. Ahora, la Policía ya no podrá interrogar a una persona porque "les parezca razonablemente sospechosa". Ya no basta el color de su piel -obviamente era el moreno-. Es preciso que esté infringiendo otra ley, no la de inmigración.

No soy abogado. No sé si basta el retoque. Algunos grupos preparan peticiones de referéndum y ya las han amoldado a los cambios introducidos. Si prosperan, la ley quedaría paralizada durante un mínimo de dos años. Además, el Fiscal General, Eric Holder, estudia impugnar el texto porque invade las competencias federales. La inmigración lo es. Pero también es cierto otros estados como Ohio, Maryland o Nebraska estudian seguir el camino abierto por Arizona. El problema es la inacción del gobierno central. Obama prometió en campaña una reforma migratoria. Está estancada en el Congreso. Y los demócratas no tienen ganas de impulsarla antes de las elecciones de noviembre. Esta cuestión es una mina anticarro en campaña. Por el teorema.

Tuve ocasión de comprobarlo este fin de semana. Varios centenares de hispanos se manifestaron frente a la Casa Blanca por la reforma migratoria, la reagrupación de sus familias y en contra de las deportaciones. Fue una concentración modesta, frente a los 50.000 de Los Ángeles. Pero lo que más me llamó la atención fue la reacción del público norteamericano; en su mayoría, turistas. No se percibía ninguna simpatía. La respuesta más suave fue "tengo sentimientos encontrados sobre la inmigración". La más culta me la dio Simon, de Pennsylvania. "El problema es el paro, que es del 17%, y no el 10% que dicen las autoridades". Un hombre informado. "La gente rechaza al inmigrante -latino- porque compite por sus puestos de trabajo y no hay suficientes", añade. Ya, pero le pregunto si no cree que la ley de Arizona criminaliza a los inmigrantes. "¿Criminalizar? la inmigración irregular es un delito en este país, ¿en España es diferente?".

Gabriel Herrero


Los periodistas tenemos que contestar al menos cinco preguntas: Qué, Quién, Dónde, Cuándo y Por qué. La última es mi favorita.
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