Main Street 1 - Wall Street 0
Main Street es el término que utilizan en Camelot para referirse a la gente común, al ciudadano de a pie, tanto los trabajadores como los pequeños empresarios. Se suele usar como contraposición a Wall Street, el poder financiero, la élite ajena a los valores tradicionales del trabajo duro, la responsabilidad y la solidaridad. Pues bien, este jueves 20 de mayo, madrugada del viernes 21 en España, Main Street le ha doblado el pulso a Wall Street.
El Senado de EE.UU. ha aprobado el mayor cambio en las reglas de juego financiero desde la Gran Depresión. Una reforma que restringe las practicas arriesgadas e irresponsables que nos han conducido a la peor crisis económica en generaciones. Una reforma que limita el tamaño de los gigantes que se han atrevido a desafiar y poner en jaque a los gobiernos de medio mundo. Una reforma que refuerza la protección del consumidor y la supervisión del Estado. Anticipa la segunda gran victoria política de Obama. Como si los demás no ganáramos. "Os hemos dado una república", decía Benjamin Franklin, "veremos si sois capaces de conservarla". Hoy, Camelot ha dado un paso de gigante para proteger sus propios cimientos.
No ha sido fácil ni rápido. Han hecho falta casi dos años para llegar a este punto. Tras la caída de Lehman Brothers, los gobiernos se apresuraron a enterrar billones para salvar el sistema financiero. Se endeudaron hasta las cejas para sacar a la economía de su colapso. Pero no atajaron el mal de raíz. Dejaron indemnes los excesos, la codicia y la locura que nos habían conducido al desastre. De aquellos polvos estos lodos. Los rescatados, una vez fuertes, se revolvieron y mordieron la mano que les había ayudado. Y atacaron sin piedad, sin razón, sin freno. El argumento: la misma deuda que ellos habían provocado. Los mismos que han intentado torpedear el cambio a base de sobornos y presiones. En balde.
Esta reforma es la primera que pone negro sobre blanco los cortafuegos y cortapisas. No está completa. Tengo el habano de la victoria, pero no lo prenderé hasta que la firme Obama. Será en unas semanas. Falta armonizarla con la versión que aprobó la Cámara de Representantes. Son similares en lo fundamental. Difieren en ese fondo de rescate a cargo de los bancos, para que el contribuyente no tenga que volver a pagar los platos ratos. Y también en la principal novedad: el Senado ha decidido despojar a los grandes bancos, como Goldman Sachs, de su negocio de derivados. Esas armas de destrucción masiva, que decía Warren Buffett. No por nada, ayer jueves Wall Street perdía casi un 4%. Les han arrancado los colmillos. Y salga lo que salga, es el pistoletazo de salida. A diferencia de la reforma sanitaria, ésta nos afecta a todos. Es también el toque de atención para que Europa haga los deberes. Merkel ya está en ello. Y arrastrará al resto de sus socios. La cumbre del G20 en Toronto será decisiva para imponerlo a escala planetaria. La que funciona. Allí estaré. Será mi despedida.
.
PS. Hoy os puedo servir esta maravilla como Dios manda gracias a Lobo. Cómo dice Gene Kelly al principio de la secuencia, "desde dónde estoy, el sol luce por todas partes". Aunque caigan chuzos de punta. Es lo que tiene la felicidad.