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Los franceses y el demonio

Los católicos franceses no creen en el demonio o dudan de su existencia, constata Jacques Duquesne en Le Diable, Ed. Plon. Juan Pablo II dijo en su momento que relativismo acerca de esta figura era pernicioso. No sé si es de la misma opinión Benedicto XVI. Aquí les traigo un vídeo titulado La salsa du démon, versión popular y zumbona del asunto. Si quiere conocer la letra pulse aquí.

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La figura del demonio me parece uno de los pocos inventos medianamente mediáticos de la iconografía católica. Mucho más afortunada, sin duda, que esos ancianos eternamente airados y decrépitos aplastados por el peso de la púrpura colocados en el vértice de la pirámide. Además, lleva los colores del Liverpool y de la selección española, qué más queremos.


Por los de nuestros días nos cuentas, ¿no?. Porque -si no ando mal- hace unos siglos sí que creían y no dudaban y los cátaros y otros herejes y las brujas en el País Vasco francés lo pasaron teta: la cruzada albigense, la inquisición, etc.
Que ahora no crean o duden puede ser: 1) por no liarse: la religión católica sostiene que es un ángel caído y para qué ponerle otros nombres, que además son feos (diablo, demonio, satanás, belcebú y tiene más), si ya tiene nombre y apellido; 2) porque los católicos franceses son todos muy buenos, muy buenos, si pecan pecan poquito, tal, y van a ir todos al cielo, con lo que no necesitan infierno (ni portero en él). Y podría pensar en más motivos (que se me ocurren asi, de parecido pelo), pero si me leen en Roma lo mismo me la lían.

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Luis Miguel Úbeda


Luis Miguel Úbeda, veterano periodista de Radio Nacional, es corresponsal de esta emisora en París. Desde allí escribe esta Bitácora, un blog construido con entradas informativas de la actualidad francesa, muy sugestiva para un observador extranjero cuya función es precisamente servir de intérprete a los que están fuera. El encuentro con lo ajeno produce también saludables interrogaciones sobre lo propio, perspectivas más relativas, menos dramáticas y emocionales.
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